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Sugerencia de la semana: Noche en el hotel, Slawomir Mrozek (microcuento)

sábado, 18 de junio de 2011

Las raíces del mal, 2° parte, John Kekes

La segunda parte del libro es básicamente teórica, deja de lado los casos y sus pormenores para concentrarse en las raíces propiamente dichas del mal. Ofrece un listado de explicaciones que se han dado en diferentes épocas a la problemática. ...La respuesta a la que llega sobre los orígenes es de naturaleza mixta, concluye que intervienen factores internos (propios del individuo) y externos (de la sociedad o entorno), pasivos (carencia de factores que controlan el mal) y activos (existencia de elementos que impulsan al mal). Los internos están relacionados con el individuo y su temperamento, con sus puntos débiles; los externos con el contexto en que vive y con las circunstancias a las que se ve expuesto; los pasivos son las falencias que posibilitan la acción (déficit moral, educacional, intelectual, etc.) y los activos constituyen la existencia de agentes que incentivan la acción mala.
Hay un conjunto de condicionantes que son: la fuerza de las propensiones malas de cada individuo, el carácter conducente de las condiciones sociales, los obstáculos para desarrollar el conocimiento de sí mismo y el grado de flexibilidad de los límites. Deja expresamente afuera de las causas posibles a Dios, el Diablo y la política. Con las dos primeras exclusiones estoy de acuerdo, con la última tengo reservas. Si el mal nunca puede ser adjudicado a una sola razón, quizás pueda haber entre las múltiples causas un influjo de la política en el ciudadano. ....Para ilustrar este concepto integrador del mal cita este pequeño relato, que recomiendo, de John Godfrey Saxe: Los hombres ciegos y el elefante.
Niega que se pueda centrar el mal en una única causa, las causas son múltiples, pues deben coincidir diversos factores posibilitadores y, además, el mal presenta diferentes cualidades según los casos, por ende, recomienda analizarlo siempre en función de una situación concreta. ....Kekes aventura que para combatir el mal se precisa: .El cultivo de la imaginación moral (es decir, si entendí bien, más que seguir el listado protocolar y convencional de normas a ojos cerrados, se sugiere nutrir la capacidad de pensar por sí mismo qué cosa es buena y qué mala de acuerdo con una tendencia más empática: intentar comprender la cosmovisión del otro para no tomarlo por enemigo por la simple razón de pensar distinto)
Aplicación de prohibiciones fuertes (límites) 
Aplicación de amenaza de castigo o de castigo real para los violadores de las normas 
Hacer responsables a los perpetradores por sus violaciones intencionales como por las no intencionales, siempre que tengan la capacidad de prever las consecuencias fácilmente previsibles de sus acciones; o disculparlos si carecen de esa capacidad.
Conceptos centrales del autor:
El mal es un atentado contra el bienestar humano.
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Los seres humanos no son básicamente buenos ni malos, sino ambivalentes.
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La moral es un esfuerzo humano por asegurar las condiciones del bienestar humano.
Finalmente, pretendo no olvidar estas reflexiones acerca de la sinceridad y la tolerancia:
Sinceridad:
Es una idea ampliamente aceptada que las personas merecen crédito moral si lo que dicen o hacen refleja realmente sus verdaderas creencias. Se supone que es digno de elogio actuar de buena fe, ser auténtico, ser uno mismo. Por el contrario, se condena la hipocresía, la mala fe, la falta de sinceridad y falsedad. Pero esto puede no ser correcto porque la sinceridad puede significar que se expresa y se actúa a partir de creencias que son falsas, nocivas, ignorantes, destructivas, y, peor aún, puede conducir a malas acciones.
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Así se cree que las acciones moralmente dignas de elogio son las orientadas desde el interior, más que las motivadas por las influencias externas o sus consecuencias. El culto a la sinceridad celebra, precisamente, este modo de expresión de sí mismo. La objeción clave a esta concepción es que excluye lo que es fundamental para la responsabilidad: hacer responsables a las personas por las consecuencias fácilmente previsibles de sus acciones.
Tolerancia:
Podemos encontrar que las actitudes diferentes de las nuestras son desagradables, ofensivas, irrazonables, extrañas o simplemente equivocadas, pero no debemos moralizar sobre ellas porque nuestras actitudes pueden provocar en otros las mismas reacciones negativas. La tolerancia requiere que no debemos juzgar y condenar a otros [...] sin embargo, esto se torna incompatible con las nociones mínimas de decencia.
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La esclavitud, la ablación del clítoris, los odios ancestrales, el asesinato, el terrorismo, la mutilación de los criminales, la persecución de disidentes religiosos, la tortura a prisioneros, la toma de rehenes inocentes, condenar de por vida a los niños a la prostitución o ser castrati también son prácticas culturalmente condicionadas, pero son malas. La tolerancia de tales males, los improbables intentos de excusarlos y la renuencia a condenarlos ponen en peligro la vida civilizada al tolerar la violación de la seguridad física de sus víctimas.
Pone un límite dentro de lo que es tolerancia y lo que es permisividad: es decir se toleran las prácticas culturales distintas siempre y cuando éstas no pongan en peligro la integridad física de los seres humanos, si no se caería en un relativismo moral que no garantizaría lo que Kekes llama el mínimo de decencia moral (respeto hacia la integridad física).
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Objeciones: .
En el capítulo que trata del peligro de las ideologías (peligro en tanto desboquen hacia el fanatismo), Kekes ejemplifica: Es posible construir dentro de las ideologías salvaguardas de los requisitos de la moral y la razón. Sin embargo, debe decirse que las ideologías no tienen en este punto un registro histórico alentador. El nazismo, el comunismo, las diferentes clases de fundamentalismo, terrorismo y racismo demuestran cuan fácilmente las ideologías conducen a la inhumanidad. No obstante, incluso las ideologías malas no necesariamente producen acciones malvadas. Los ideólogos deben tener oportunidad de actuar de conformidad con ellas para que esto ocurra. 
Ignoro cómo habrá estado expresado en el idioma original, pero no es dable que se use inhumanidad cuando se alega que lo humano concibe tanto lo malo como lo bueno (que no hay razones para emplear el término humano en referencia a lo moralmente bueno). Es, por tanto, incongruente con su texto la utilización de la palabra inhumanidad en sentido tradicional. ....Otra cosa no menos importante en referencia a la cita es que escribe este libro en 2005, en tanto persona culta, está al tanto de lo que el presidente de su país, exponente sin duda del capitalismo más acérrimo, hace a otros países con tal de acaparar recursos. ¿Cómo es entonces que no pone en esa lista de ideologías peligrosas al capitalismo? Cita última del autor
Los hacedores del mal llegan a creer sinceramente que los hechos que han falseado son como ellos lo ven, y se aferran apasionadamente a sus sinceras creencias debido a su relación con los ideales [...] El mal que hacen es el resultado de falsear los hechos.
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martes, 14 de junio de 2011

Las raíces del mal, 1° parte, John Kekes

Se trata de un estudio filosófico que intenta esbozar el concepto de la maldad y vislumbrar sus orígenes. Establece un esquema básico que reduce la acción mala a un atentado contra el bienestar humano. Este atentado consta de tres requisitos: un motivo malévolo del perpetrador, un daño serio y excesivo causado por sus acciones y la falta de una excusa moralmente aceptable. El motivo, dice, puede ir de la rabia pasajera al odio eterno; el daño puede involucrar tortura y muerte; y la falta de excusa puede comprender desde la ignorancia culpable o la debilidad hasta la deliberación y la alevosía. ....Las excusas aceptables se reducen a tres elementos: defensa propia, accidente inevitable o ignorancia no culpable (es bastante interesante la diferenciación entre ignorancia culpable e ignorancia no culpable que se hace al respecto). 
Las causas del mal, como se sostiene en todo el libro, no se pueden limitar a un sólo factor general ni individual, son complejas y se combinan entre sí. Según el autor, el malvado tiene una propensión hacia algún defecto (envidia, orgullo, etc.), cuenta con circunstancias favorables y encuentra límites débiles. ....Para este estudio el escritor ha decidido tomar los casos que involucran maldad incuestionable, esto es: asesinatos cruentos, torturas y todo tipo de ensañamientos físicos. ....En el primer caso refiere las atrocidades perpetradas por las cruzadas cristianas contra los cátaros, en las cuales la fe fue el motor y el pretexto. La fe, que a simple vista podría desdecir el motivo malévolo en realidad sólo lo encubre, pues no hay forma de exculpar a los cruzados de haber perpetrado el mal contra sus supuestos enemigos, porque es justo lo que la propia fe les manda no hacer: No matarás (quinto mandamiento), poner la otra mejilla, amar a tu prójimo como a ti mismo, etc.
La nobleza y la población en general se pusieron de parte de los cátaros, pues ellos eran sus conciudadanos, a menudo vecinos, y a quienes se conocía como personas pacíficas, puras e inofensivas. La gente del Laguedoc dio refugio y protección a los cátaros, opuso resistencia a los cruzados, con terribles consecuencias para ambos.
Para controlar el mal, según Kekes, el hombre debe apelar a su razón y revisar si sus motivos son verdaderos y válidos moralmente o si encubren impulsos más primarios como la envidia, el egoísmo, el orgullo u otro tipo de intereses meramente personales, tendientes a sostener su identidad psicológica (algo así como defender una máscara). La introspección es esencial, y para llegar a ella se precisa de la razón, aunque ésta no es infalible.
Dice de la fe:
La amenaza de la fe es que ella, por su propia naturaleza, va más allá de la razón, por lo cual hace que sea imposible la introspección. Porque la esencia de la fe requiere un esfuerzo de la voluntad para aceptar lo que para la razón puede resultar inaceptable.
Kekes rechaza la máxima que sostiene que el ser humano es bueno por naturaleza y que es la sociedad la que se encarga de corromperlo. Se pregunta en primera instancia, cómo es que la sociedad, que está integrada por ser humanos buenos por naturaleza, puede ser corruptora.
El supuesto de la cosmovisión del Iluminismo es que los seres humanos son básicamente buenos y que, si usamos la razón para tomar decisiones, decidiremos a favor de posibilidades que contribuyan al bienestar humano. Esto no es tanto un error como una afirmación superficial y solo a medias verdadera. No reconoce que también tenemos otras propensiones como la agresión, el miedo, la envidia y la ambición, que no son menos básicas que la razón, y con frecuencia provocan acciones malas. La explicación que prefiero [...] reconoce que actuar de conformidad con nuestras propensiones podría dar como resultado tanto actos buenos como actos malos, de modo que rechaza la suposición de que los seres humanos son básicamente buenos.
Luego se encarga de demostrar cómo la ciega confianza en la razón puede engendrar el mal. Emplea para ello el caso de Robespierre y la Revolución francesa.
...todos aquellos que desempeñaron un papel en el drama se creían motivados por impulsos patrióticos y altruistas. Todos podían dar más valor a sus buenas intenciones que a la vida humana.
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Su descontrolada pasión no le permitió ver los simples requisitos de la razón y la moral y lo llevó a decapitar, ahogar, enterrar y destripar vivas a miles de personas simplemente porque sospechaba que podían no estar de acuerdo con las visiones a las que se aferraba.
Se presenta a Franz Stangl, el comandante nazi de un campo de exterminio denominado Treblinka, ubicado en Polonia. En esta ocasión se propone la ambición, como característica predominante y en alto grado determinante de sus acciones. ....Se encarga del caso de Charles Manson, subtitulado La venganza del orgullo herido. La pulsión principal aquí hunde sus raíces en la envidia, que no debe ser entendida de una manera simplista, adjudicándosele la mera codicia de los bienes ajenos.
Se pueden adquirir los bienes envidiados, pero es mucha más difícil llevar una vida como la que envidio en otro. Porque una vida envidiable depende de ser cierto tipo de persona, tanto como de recibir el reconocimiento apropiado por ello. * Si se reconoce que una comparación adversa es el resultado de una incapacidad propia, entonces el orgullo, entendido como autoestima o respeto por uno mismo, está herido. * De modo que [el individuo] culpa al mundo por dejarse embaucar por las falsas virtudes de los exitosos y gran parte de su odio, es, en realidad, resentimiento por su propia inferioridad...
El capítulo en el que explica la maldad desarrollada durante la dictadura argentina (1976) se subtitula, elocuentemente: Perversidad en los altos niveles
Habla de politización y enfrentamiento de facciones, de un orden que se veía amenazado y de un intento reaccionario por protegerlo. Por supuesto, se le llama terrorista a todo el que piense distinto y, en consecuencia, se lo reprime. Un sentido del honor exaltado y colectivo es propuesto como común denominador. Es interesante el tratamiento que Kekes le da a la excusa Obediencia debida. Aquí expone el concepto de obediencia debida y luego argumenta la razón por la que no es aplicable al caso.
Aquellos que obedecen subordinan su voluntad a un comando. Hacen lo que otra persona quiere que ellos hagan, no lo que harían si no estuvieran sujetos a un comando. Siguen la voluntad de otra persona, no la propia. [...] La obediencia, por lo tanto, requiere que exista una diferencia entre lo que a un sujeto se le ordena que haga y lo que este mismo sujeto haría en la misma situación si no mediara una orden. En la guerra sucia no había ninguna diferencia entre las motivaciones de las juntas militares y las de los oficiales. [...] Si los oficiales fueron como caballos de carrera ansiosos por correr, entonces sus superiores fueron los jinetes que los espolearon.
Finalmente describe el caso de John Allen, un psicópata norteamericano, a quien atribuye principalmente los estragos del aburrimiento crónico. Este aburrimiento, a diferencia del aburrimiento trivial o circunstancial, es un desencanto con la vida: el individuo no halla sentido en ella. ....Este capítulo me ha parecido particularmente interesante, ya que analiza este fenómeno expansivo y actual que es el aburrimiento y cuya causa sería una fragmentación entre estos tres aspectos constitutivos de la persona: las creencias, las emociones y las motivaciones. 
Hace una comparación con épocas medievales, en las que la creencia constituía una certeza tranquilizadora y en las que las condiciones de vida llevaban a las personas a estar todo el tiempo ocupadas. 
Hoy el aburrimiento es más frecuente porque: 1) La comodidad ha reemplazado a las privaciones medievales (que mantenían a la humanidad activa y entretenida) y las consecuencias del fracaso son mucho menos graves que entonces. Tenemos tiempo de ocio. 2) La cosmovisión de la Edad Media que ofrecía un ideal que brindaba consuelo y esperanza ya no es una convicción.
Estas dos condiciones características de la vida contemporánea -el enorme desarrollo de la comodidad y la libertad - plantean preguntas sobre el significado y el propósito de nuestras vidas que solamente unos pocos privilegiados enfrentaban antes: ¿qué debemos hacer con nuestras cómodas vidas, cómo debemos llenar nuestro tiempo de ocio y qué ideales debemos elegir para aspirar a ellos? El hecho es que muchísimas personas utilizan su libertad para ignorar estas preguntas: así pagan el precio de no tener una guía en sus vidas, ningún objetivo más allá de asegurar la continuidad de la comodidad.
*
El resultado es una actitud fragmentada, es una vida que carece de dirección general. El individuo resulta tironeado de un lado a otro por sus creencias, emociones y motivos incongurentes.
Por consiguiente sobreviene el aburrimiento, que es definido como: la incapacidad de atribuir valor a algo. Consiste en una actitud de acidia que combina la apatía con la intranquilidad.
Estos individuos están aburridos. Muchos no se dejan arrastrar por la apatía. Lo que ocurre en cambio es que están intranquilos y en el intento de aliviar su aburrimiento buscan distracciones.
Cita a Jacques Barzum:
Se tratara de los encuentros deportivos, de las telenovelas o los conciertos de rock, los espectáculos del siglo XX, en sus principales formas, eran para verlos sentados y de manera pasiva. La cantidad proporcionada fue sin igual... Se transformó en el principal objetivo de la vida de la gente, porque para millones de personas el trabajo había perdido su capacidad de satisfacer al espíritu. Al no producir ningún objeto terminado, al desarrollarse solamente de manersa abstracta sobre el papel y en palabras en un mero cable con una conexión, dejó insatisfecha la necesidad de lograr algo. Fue trabajo sin recompensa, aburrimiento sin tregua... Después de un tiempo, calculado en más de un siglo, la gente occidental fue atacada por una plaga: el aburrimiento.
Una persona con ciertas propenciones, estímulos y carencia de límites podría desarrollar, en consecuencia, actitudes crueles y malas para mitigar ese aburrimiento y lograr eliminar la fragmentación entre creencia, motivos y emociones que hace penosa su existencia.
El mal es mucho más emocionante que las soporíferas distracciones que los perpetradores del mal desprecian.
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martes, 31 de mayo de 2011

Cuentos desconcertantes o... despejar X, Dostoievski /Cortázar

Novela en nueve cartas Fiódor Dostoievski
Se trata de un cuento que se compone de nueve enrevesadas cartas. Lo que en ellas no se dice (porque es de común conocimiento de los amigos que se cartean) genera un hueco en el relato. Si bien la narrativa es de corte realista, lo implícito (y cierta reticencia a hablar claramente, quizás por decoro) hace que no se sepa qué diablos está pasando, a eso agréguese que cada participante conoce de manera individual cosas que el otro ignora. ....Genera desconcierto llegar al final de la cómica correspondencia y tener que retroceder para poder captar, por fin... ¿ y lo habré captado bien?
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Son textos que exigen una ardua participación lectora, un seguimiento minucioso y un atento escrutinio de los más insignificantes detalles. Desentrañar el contenido, despejar X, requiere a veces más de una lectura. Me parecieron cuentos ocurrentes y lúdicos, que apelan a la intervención del que lee para la construcción del sentido. Buenas alternativas para la ejercitación del cerebro.
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Sobremesa
Julio Cortázar
Este otro se desarrolla en cinco cartas. Es de extensión menor y de corte fantástico. Al igual que en el de Dostoievski, los amigos van agriando su trato, que comienza muy caballeroso y cortés, a medida que intercambian correspondencia. Hay algo que sucede, sucedió o está por suceder que mantiene en ascuas al lector demandándole cierto esfuerzo interpretativo. O quizás uno de ellos miente. ....La metafísica está presente. El sentido un poco trastocado del tiempo ya viene advirtiéndose en el epígrafe: El tiempo, un niño que juega y mueve los peones. Heráclito

sábado, 28 de mayo de 2011

Saramago, una mirada triste y lúcida, Andrés Sorel

Para los que gustan de Saramago, este es un libro interesante, ya que nos acerca a él, más que a sus obras o, quizás, nos hace verlo a través de ellas. Con tono reflexivo, algo nostálgico, el autor ha querido mostrarnos al ser humano que hay detrás del escritor, cuáles son sus ideas, cómo ve el mundo y cuánto reniega del capitalismo, del consumismo, de la mercantilización de la cultura, de la tiranía de los medios de comunicación y de la burocratización de los partidos políticos. Lo que inquieta a Saramago (se me hace imposible utilizar el pasado), y está expuesto en múltiples paráfrasis y citas textuales, es la incapacidad del ciudadano de intervenir en las circunstancias de la vida pública. La incapacidad de pensar, no ya por sí mismo, si no ya de pensar, lisa y llanamente. El mundo de ciegos brutales que habitan sin nombres en Ensayo sobre la ceguera da buena cuenta de esta visión. Esa uniformización del pensamiento, esa masificación de la cultura, hizo que el escritor tuviera a bien representar a los individuos por sus roles, la mujer de, el médico o el niño estrábico. ....Hay múltiples datos que nos interesan a los que seguimos a José Saramago, como sus gustos personales, anécdotas, fragmentos de cartas y transcripciones de partes de conferencias, interpretaciones de hechos históricos, oficios que desempeñó, roles que tomó, circunstancias que lo marcaron, algunas fotografías, etc.
Y de fondo la música. (...) música, me dice, que ama, como esos estudios de Chopin que escuchamos, el opus 25 número 12 en do menor es su preferido.
El autor viaja a los lugares clave en la vida y en la obra de Saramago y apunta sus impresiones, siempre preñadas de recuerdos que comparte con el escritor biografiado. Describe las localidades, compara con el pasado, advierte la vertiginosidad del progreso, la ignorancia creciente y complaciente en que se solaza nuestro mundo, lleno de gentes que han dejado de ser y han pasado a tener sin pararse a reflexionar en lo que esto acarrea, ni en cómo afecta al planeta. 
Por su condición económica, Saramago postergó el estudio y aprendió a temprana edad el oficio de cerrajero. Fue mecánico, trabajó en el Hospital Civil de Lisboa y en las oficinas del registro civil. Ya escritor, fue influido especialmente por el jesuita Antonio Vieira, de quien tomó el conceptualismo y la tendencia al barroquismo, y también por Fernando Pessoa y Cammoes, entre otros.
Ese gusto por la oralidad, cierto tono bíblico, el relato sin pausa, la mezcla de estilos que se encuentra bien en el tono bíblico, de sermón moral o en la ironía cáustica del narrador que va introduciendo al lector en la historia y el análisis de la condición moral y ética de cuanto le rodea, explica, es parte de la herencia de Vieira asumida por Saramago, como asume la de muchos otros creadores que justifican la célebre explicación borgiana de que uno antes que escritor es lector.
Después del primer libro, Tierra de pecado, como ya sabemos, calló por diecinueve años. Hay algunas verdades que el mundo rechaza. Cuando retomó la pluma, lo hizo con poesía. Fue la única vez que incursionó en el género lírico y al parecer fue inducido por el impacto que le ocasionó la obra poética de José Regio.
Algunos, muchos, no quieren ver la mirada de Saramago, porque es una mirada lúcida y penetrante, éticamente irreprochable. Ellos se lo pierden. La mirada de un pesimista que no se conforma con ser otro ciego de los que exhiben en los salones de moda. Un pesimista a la manera que Mario Benedetti definió este concepto: un pesimista es un optimista bien informado.
Sorel define el estilo de Saramago como antiacadémico, humorístico, desacralizado y lleno de guiños intertextuales. Entre las muchas citas de Saramago que el autor inserta en el libro, no ya de su obra literaria, si no de sus opiniones públicas, disertaciones, entrevistas, ensayos, cartas, etc., hay mechadas valiosas palabras de otros intelectuales, que vienen a afirmar conceptos, a aclarar situaciones y a presentar escritores cuyas opiniones los vuelven de apetecible lectura.
Fragmento de la cita que hace Sorel de H. M. Enzensberger: El analfabeto secundario es producto de una nueva fase de industrialización. El medio ideal para el analfabeto funcional es la televisión. Al hecho de ser retrasado mental es a lo que debe la televisión su encanto, su irresistibilidad, su éxito.
Cita a Schopenhauer El optimismo en las religiones, como en la filosofía (podríamos añadir nosotros y en la literatura) es un error fundamental que cerca el camino a cualquier verdad.
Hace un recorrido de los libros de Saramago y va desentrañando su sentido y su intensión, develando algunos puntos de contacto con otros libros, desmadejando su sentido filosófico y político. Impulsa algunas interpretaciones que a los lectores se nos pasarían por alto por no conocer la historia del país del autor, la idiosincrasia cultural, la vida de éste, su forma de pensar, etc.
Puedo decir, que luego de esta lectura, me han invadido ganas de leer Memorial de convento (que a Umberto Eco ha deslumbrado), Todos los nombres (la que me falta para completar la trilogía que forma junto a Ensayo sobre la ceguera y La caverna, esta última es una espectacular mirada al consumismo y a la mentira en que vivimos inmersos) y Alzado del suelo, que denuncia la brutalidad de la represión policíaca y de la censura política, entre otras cosas (con base en hechos reales).
Para dar apellido al protagonista de la novela Alzado del suelo, el denominado Maltiempo, Saramago acudió al cementerio de Montemor, buscando en las lápidas apodos y nombres (...) Saramago no puede leer el capítulo que narra las torturas y asesinatos de uno de los protagonistas. Lloraría al releerlo, me reconoce.
La política es un tema transversal en este estudio. Saramago era comunista, de los que no se esconden, y este su condiscípulo se encarga de develar un poco la historia escondida tras la historia oficial, o tras el olvido, o tras la demonización de un partido tenido por terrorista.
Sin concesión alguna a los auténticos dioses que nos gobiernan: los de la Iglesia, el capital y el mercado, Saramago es la consciencia crítica y solidaria, el escritor y el ciudadano que no puede sentarse a la mesa del recompuesto poder.
Sorel nos deja ver cuánto le interesaba a Saramago el asunto de la educación, cuánto le preocupaba la degradación de ésta y la pérdida general de valores humanos. También nos previene del desprecio de ciertas elites de intelectuales hacia los escritores llamados socialmente comprometidos. Ahora está de moda escribir para entretener.
Pero los maestros no son valorados, no son el "ejemplo" para quienes ensalzan sin embargo a corruptos personajes que triunfan en la política, los negocios, los deportes, la cultura del espectáculo, lo peor de la vida pública. Y lo que se obtiene es el estímulo a la violencia, la perversión de los valores humanos, se alimenta el miedo y las familias se encuentran cada vez más desorientadas, pues lejos de educar acaban cobrando temor al los hijos y por eso ya no se enfrentan a ellos, explicó Saramago.
Estas de abajo son algunas de las citas textuales que el autor hace de Saramago, recogidas de diversos medios:
Quisiera una prosa descansada, tranquila, que dijera las cosas más serias de forma simple. Una prosa que se ayudara a sí misma y en la que yo no interviniera.
Me veo como un narrador oral cuando escribo (...) Ahora bien, el narrador oral no usa puntuación, habla como si estuviera componiendo música. (...) Determinadas tendencias que reconozco y confirmo (estructuras barrocas, oratoria circular, simetría de elementos) supongo que me vienen de una cierta idea del discurso oral tomado como música.
Las tres enfermedades del hombre actual son la incomunicación, la revolución tecnológica y la vida centrada en su triunfo personal.
Yo quiero que en mi lápida diga "Aquí yace, indignado, José Saramago"
.Este libro se editó en 2007. Saramago murió en 2010 y fue cremado, por tanto, no hay tumba, pero sí una piedra que reza: "pero no subió a las estrellas, si a la tierra pertenecía" (frase tomada de su novela Memorial del convento). Sus cenizas fueron depositadas en partes iguales en su Azhinaga natal y en la isla española de Lanzarote donde murió.

sábado, 14 de mayo de 2011

La fuerza bruta, John Steinbeck

Escrita en 1936, fue la primera obra del autor y despertó polémica por la crítica social que encarna. Redactada con lenguaje sencillo, ágil y fluido, diálogos profusos y descripciones ocasionales, es una novela que me resultó atrapante. Expone la vida de unos trabajadores del sur de Norteamérica en la época de la Gran Depresión (años treinta). Los sueños aparecen como medio de sobrellevar una rutina cotidiana, ardua y desesperanzada y contrastan con la realidad, una escena de campesinos sin techo, sin familias y sin otro destino que el de la dependencia laboral, la jornada agotadora y el futuro incierto, generalmente frustrante. Los campesinos son a menudo personas marginadas: negros, mutilados o viejos, gente que no tiene otro lugar donde vivir, que vaga de puesto en puesto. George y Lennie son un dúo inseparable que llama la atención en un contexto donde la individualidad es la norma. Lennie tiene un severo retraso mental, es inocente, pero robusto y enérgico, y a menudo es incapaz de controlar su fuerza. Fue confiado por su finada tía a George y éste se comprometió a cuidar de él, mas no teniendo hogar, debe llevarlo de un lado para otro y lograr que lo acepten como peón.
-No te lo quito para hacerte sufrir. Ese ratón se estaba pudriendo; y además, lo habías roto de tanto acariciarlo. Cuando consigas otro ratón más fresco, te lo dejaré un tiempo. Lennie se sentó en el suelo y dejó caer la cabeza, desconsolado. -No sé dónde habrá otro ratón. Recuerdo que una señora me daba ratones... Todos los que conseguía. Pero esa señora no está aquí. -¿Señora, eh? -se burló George-. Ni siquiera te acuerdas de quién era esa señora. Era tu tía Clara. Y ella misma dejó de darte ratones. Siempre los matabas. Lennie alzó tristemente la vista. -Eran tan pequeños -dijo, disculpándose-. Yo los acariciaba y enseguida me mordían los dedos, y yo les apretaba un poco la cabeza, y entonces se morían...
El carácter de cada personaje está bien definido, el escritor hace gala de una admirable facilidad para plasmar arquetipos. George y Lennie se emplean en un rancho para cargar bolsas de cebada, entre otras cosas. La serie de sucesos que se despliegan desde su llegada, y que culminan con su trágica partida, expondrán el entramado social. La pirámide de jerarquías y subordinaciones, los prejuicios raciales, la frialdad práctica y atroz, los estrictos códigos que rigen el trato entre hombres, son algunos de los aspectos que saltan a la vista. Hay sin duda una melancolía subyacente, un clima de decepción general que se mantiene a raya gracias a una chispa de esperanza y a la resignada obediencia que mantiene el orden, las estructuras de autoridad. Se me ocurre decir que es una narración de gente que sobra. La primera muestra de esta sobra se da cuando un perro viejo es ejecutado por uno de los compañeros de cuarto porque hacía mal olor y ya no servía para nada, frente a la impotencia del triste dueño que reniega de sacrificarlo pero no se atreve a oponerse.
John Steinbeck (California 1902-New York 1968) Premio Nobel de Literatura 1962
-Oiga, ¿qué diablos le pasa a ese tipo? Lennie no le hizo nada. El anciano miró cautelosamente a la puerta para asegurarse de que nadie le escuchaba. -Es el hijo del patrón -contestó quedamente-. Es bastante peleador. Ha boxeado bastante. Es peso ligero, y bastante pendenciero. -Bueno, que sea peleador -admitió George- pero no tiene por qué meterse con Lennie. Lennie no le hizo nada. ¿Qué tenía contra Lennie? El barrendero reflexionó un momento. -Bueno..., te diré. Curley es como muchos otros hombres pequeños. Odia a los grandulones. No hace más que buscar pendencia a los grandulones. Como si se enojara con ellos porque él no es grande. Habrás conocido tipos así, ¿verdad? Siempre buscando pendencia.
Lennie, a causa de su retraso, no ha internalizado los patrones de conducta de su época, su moralidad se reduce a normas básicas, es por eso que no comprende que no debe hablar con ciertas personas, como por ejemplo, con el negro o con la mujer (sectores segregados de la sociedad, reducidos a meras posesiones). ....Luego de terminado el libro, me pareció que la fuerza bruta no debe de referirse a la del obvio fortachón, ese ser vulnerable, dependiente y enérgico que es centro del relato, ese niño-adulto que no tiene malas intenciones, sino mera torpeza física. La fuerza bruta es la que hay en torno, la que dicta sentencias, margina, golpea, explota y obliga a la gente a convertirse a la brutalidad como único medio para soportarla. Of mice and men* es el título original, cuya traducción literal es De ratones y de hombres (título que lleva la película rodada en 1992, protagonizada por John Malkovich, en el papel de Lennie y Gary Sinise, en el de George). El film es fiel y los diálogos son textuales, por lo menos en la versión doblada al español que he visto.
Hay también una versión clásica, filmada en 1939. *Título tomado de un poema del escocés Robert Burns To a mouse: Pero pequeño ratón, tú no estás solo, en mostrar que la previsión puede ser vana. Los mejores proyectos de hombres y ratones a menudo salen mal, y no nos dejan más que amargura y dolor, ¡en lugar del placer que prometían! A pesar de todo ¡tú estás bendecido en comparación conmigo! A ti sólo te afecta el presente: ¡Pero oh! Yo miro atrás, en retrospectiva fría y sombría Y hacia adelante, aunque no puedo ver, ¡Y especulo y tiemblo! El mensaje final, íntimamente relacionado con el poema, es que ningún proyecto hecho por el ser humano es infalible, ya que el futuro es incierto, y que nadie puede estar preparado para el porvenir, pues éste siempre toma por sorpresa y obliga a redireccionar la marcha.

jueves, 5 de mayo de 2011

Sobre la procreación humana, José Saramago / Flannery O'Connor


...pero qué triste la gente sin otra finalidad en la vida que la de hacer hijos sin saber por qué ni para qué. Para continuar la especie, dicen aquellos que creen en un objetivo final, en una razón última, aunque no tengan ni idea de cuáles son y nunca se hayan preguntado en nombre de qué tiene que perpetuarse la especie, como si fuese ella la única y última esperanza del universo.
Caín, José Saramago


—Los tiempos están cambiando —afirmó ella—. ¿Sabes tú lo que está sucediendo en el mundo? Está creciendo. Hay tanta gente que solo aquellos que son inteligentes, activos y ahorrado­res van a poder sobrevivir—. Recalcó las palabras inteligentes, activos y ahorradores golpeándose la palma de la mano.
[...]
—¿Y cómo es qu'hay tantos? —preguntó él.
—La gente es egoísta —respondió ella—. Tienen demasiaos críos. Eso ya no tiene sentido.
La persona desplazada, Flannery O'Connor

lunes, 2 de mayo de 2011

Caín, José Saramago

Si en El evangelio según Jesucristo nos da una versión del Nuevo Testamento, en este libro nos da una sobre el Viejo Testamento. Si en el primer libro pone en jaque a las creencias de los cristianos, en este otro apunta a las de los hebreos, aunque, claro está, están incluidas en el cristianismo. Comienza a narrar desde la creación de Adán y Eva, incluyendo el diluvio universal, pasando por todas aquellas vicisitudes que tienen especial relevancia en la religión. Hace de Caín un personaje testigo, e incluso, intervencionista, en diversos momentos y lugares. Caín viaja por el tiempo y por el espacio involuntariamente. Tiene un hijo con Lilith; es él quien detiene el brazo filicida de Abraham; observa indignado cómo Dios destruye la torre de Babel; defiende la libertad de culto cuando sucede lo del becerro de oro; le parece un abuso de Dios lo que le hace al pobre y fiel Job; se espanta ante la masacre de Sodoma (con tantos niños y mujeres inocentes quemados vivos); y no le gusta nada la decisión caprichosa del Señor de terminar con el humano mandando un diluvio, como si eso garantizara que la nueva descendencia no fuera a incurrir en los mismos errores. Se cuestionan desde todo punto de vista las inconsistencias bíblicas y los sinsentidos.
Clama a los cielos la imprevisión del señor, ya que, si realmente no quería que le comiesen el fruto, fácil remedio tendría la cosa, habría bastado con no plantar el árbol
Por supuesto y, igual que en El evangelio según Jesucristo, Saramago confronta y pone en evidencia la gran contradicción inherente al cristianismo: el libre albedrío y la predestinación. Dios es el hacedor de todas las cosas y mueve a todos los seres. ¿Cómo entonces tendrían ellos libertad de acción si todos sus movimientos ya están determinados antes de nacer? ¿De quién es entonces la culpa de los actos de maldad humana? ¿Cómo han de escaparse los hombres a los designios de Dios cuando estos los lancen hacia el pecado? Dice Caín a Dios cuando éste viene a ponerle la marca en la frente por su crimen:
Sí, es verdad, yo fui el brazo ejecutor, pero la sentencia fue dictada por ti.
La extraña protección que ofrece Dios al culpable en la Biblia (eso de ponerle una marca en la frente denotando su criminalidad, pero jurarle resguardo ante cualquier posible atacante) queda explicada en la versión saramegeana como un cargo de consciencia divino por tener culpa compartida. Pues, aún si no fuera suficiente el hecho de que todo sucede por voluntad exclusiva de Dios, está el acontecimiento desencadenante: que Dios haya preferido la ofrenda de Abel y haya desdeñado a la de Caín, que haya sembrado discordia entre los hermanos estableciendo preferencias. Luego, sucede lo de Abraham:
El lector ha leído bien, el señor ordenó a abraham que le sacrificase su propio hijo, con la mayor simplicidad lo hizo [...] Lo lógico, lo natural, hubiera sido que abraham mandara al señor a la mierda, pero no fue así. [...] Les dijo entonces a los criados, Quedaos aquí con el burro que yo voy hasta más arriba con el niño a adorar al señor. Es decir, además de ser tan hijo de puta como el señor, abraham era un refinado mentiroso.
La incisiva, irónica y, hay que decirlo, cómica mirada de Saramago les da un sentido y un tono distinto a los acontecimientos. Transcribo este diálogo entre Isaac y su padre alterando la forma original para que quede claro quién habla en cada ocasión (Saramago separa un diálogo de otro por una coma y una mayúscula, sin hacer uso del guión o de las comillas):
Isaac: Padre, qué te hecho para que quisieras matarme a mí que soy tu único hijo Abraham :Mal no me has hecho, isaac [...] La idea fue del señor. Isaac: Y qué señor es ese que ordena a un padre que mate a su propio hijo Abraham: Es el señor que tenemos, el señor que estaba aquí cuando nacimos [...] Isaac: Y si ese señor tuviera un hijo también lo mandaría a matar. Abraham: El futuro dirá. [...] Isaac: Y si tú hubieras desobedecido la orden, qué habría sucedido. Abraham: Lo que el señor suele hacer es mandar la ruina o una enfermedad a quien le falla. Isaac: Entonces el señor es un rencoroso.
Las mujeres en las novelas de Saramago tienen roles decisivos, no son adornos. Le gusta poner en evidencia el machismo, casi que queda como la gran debilidad del hombre débil, valga la redundancia. En ese sentido, me siento segura al leerlo, sé que no encontraré esos molestos guiños que algunos escritores hacen a los lectores masculinos. Al contrario, Saramago no se avergüenza de poner al género masculino en ridículo a causa de su machismo. Hay que notar la sorna con que relata el episodio de Adán tras morder la manzana, pues éste le echa la culpa a Eva y Dios la condena a padecer siempre el gobierno del hombre. Sabemos que Saramago es ateo y que, en virtud de eso, no está acusando a Dios de todo lo que le imputa, sino a las criaturas que lo crearon: los humanos. Dios es creación humana, por ende, todas sus características serán una trasposición, estarán al servicio de los ideales en boga y servirán de comodín para diversas injusticias. ....Lilith, que se enamora de Caín, le pide a éste que mate a su esposo, pues su esposo ha pasado sobre la gran autoridad que es Lilith en su tierra y ha querido asesinar a su enamorado. Claro, Lilith se siente incapaz de cometer el crimen, y Caín le dice:
Hombres que matan mujeres es cosa de todos los días, matándolo tú a él tal vez inaugures una nueva época.
Pero como ninguno de los dos tiene la suficiente maldad para acometer un asesinato, el marido vive hasta perecer de muerte natural. Es de destacar que al escritor le gusta invertir los planos, poner a los supuestos buenos como malos y a los llamados malos como víctimas de los buenos. Los que por tradición religiosa son buenos se vuelven malos a raíz de su conservadurismo, su pasividad y su obediencia irreflexiva y los que tradicionalmente se conocen como malos se descubren buenos porque no temen emitir su juicio sobre los designios divinos, cuestionándolos y rebelándose ante ellos. Estos últimos son los desventurados de la historia, los estereotipos, víctimas de la universalización de una parábola ejemplificatoria sacada de contexto, reformada o de dudosa interpretación ética. ....En el pasaje de la Torre de Babel:
Un habitante: Probablemente ni ruinas habrá, hay por ahí quien le ha oído decir al señor que mandará un gran viento para destruirla, y lo que el señor dice, lo hace. Caín: Los celos son su gran defecto, en vez de estar orgulloso de los hijos que tiene, prefiere dejar que lo venza la envidia, está claro que el señor no soporta ver a una persona feliz.
Caín encarna la racionalidad. Libre de prejuicios y del pensamiento supersticioso o ávido de milagros, no se conforma con explicaciones complacientes. Piensa claramente y no siente temor a Dios. Esto es lo que Caín advierte en el pasaje en el que Lot es emborrachado por sus hijas que se acuestan con él para darle descendencia, (ya que su mujer ha muerto convertida en sal por mirar hacia atrás por la maldad divina).
A un hombre borracho de esa manera, hasta el punto de no darse cuenta lo que está pasando, la cosa simplemente no se le levanta, y si no se le levanta la cosa, entonces no puede haber penetración y, por tanto, de engendrar, nada. Que el señor haya admitido el incesto como algo cotidiano y no merecedor de castigo [...] no es nada que deba sorprendernos [...] Es posible, aunque esto no pase por ahora de una simple hipótesis de trabajo, que la liberalidad del señor en esto de hacer hijos tuviera que ver con la necesidad de suplir las pérdidas en muertos y heridos que sufrían los ejércitos propios y ajenos.
Se pone en evidencia la parcialidad del señor, que se alía con el ejército israelita y masacra a las poblaciones de los alrededores sin ninguna compasión divina, como si de ellos no fuese dios. Así, se destruye a los madianitas, se toman sus bienes, se matan a sus hijos y se expropian a sus mujeres. Se destruye Jericó y se tira abajo su templo. Se saquean y se incendian un sinfín de ciudades en nombre de Dios y con su protección y connivencia. Al final, Caín, provisto siempre de un pragmatismo inenarrable, dice:
Me voy, ya no soporto ver tantos muertos a mi alrededor, tanta sangre derramada, tanto llanto y tantos gritos, devuélvanme mi burro, lo necesito para el camino.
Nota: Los sustantivos propios aparecen en este libro en minúscula.
*
El que haya leído algunos de sus libros quizás recuerde que la mayoría están dedicados a Pilar. He visto esta película, fragmentos recopilados de distintos momentos que pasó con ella, una periodista española con la que compartió las últimas décadas de su vida. Su compañera, su pilar (dice en alguna dedicatoria) y su amor, a ella debemos las traducciones al español de casi la totalidad de la obra de José Saramago.

.El film fue grabado cuando él ya estaba enfermo y temía no llegar a terminar El viaje del elefante. Por suerte tuvo tiempo para finalizarla e, incluso, para escribir una más, la última: Caín.




miércoles, 20 de abril de 2011

Los pichiciegos, Rodolfo Enrique Fogwill

Es un novela que desarrolla una historia ficticia ambientada en Malvinas, durante la guerra de 1982. Contada con humor y con lenguaje cotidiano, puede resultar engorrosa para un lector ajeno a los argentinismos y a las expresiones propias del lenguaje de este país. Subtitulada Visiones de una batalla subterránea, trata de un grupo de combatientes que se aparta del ejército argentino, se refugia en una especie de búnker precario cavado sobre la piedra, y comercializa con el enemigo, vende información e incluso se presta a llevar a cabo algunas acciones a cambio de alimentos y enseres. No batallan, han sido tomados por muertos por sus tropas. Los integrantes de esta banda se autodenominan pichiciegos. ....Los que hablan son muchos y, de esta manera, se representa a la sociedad, una sociedad censurada, amedrentada por el terrorismo de estado, dirigida, crédula y decepcionada. Los pichis son de diferentes provincias.
-El pichi es un bicho que vive abajo de la tierra. Hace cuevas. Tiene cáscara dura-una caparazón- y no ve. Anda de noche. Vos lo agarrás, lo das vuelta, y nunca sabe enderezarse. -Es la mulita-cantó alguien. -El peludo-dijo otro, un bahiense.
La obra fue escrita antes de que la guerra terminara y, según el autor, en sólo tres días. Marca el contraste que genera la esperanza de ganar con la certeza de que se va a perder. Las contradicciones ideológicas expresadas en la libre conversación de los pichis y una moral apuntalada únicamente por la sobrevivencia, son las columnas que sostienen la trama. Los que están afuera, los connacionales que aún combaten, forman tropas desorganizadas y faltas de tecnología en comparación con las de los ingleses. Estos grupos de soldados muertos de hambre y de frío coordinados por superiores limpios y bien alimentados, autoritarios, corruptos y abusivos, vagan en las afueras. Hay un desdén implícito hacia el ejército, no hay cómo respetar a los que se saben represores, torturadores y asesinos.
-Videla dicen que mató a quince mil-dijo uno, el puntano. -Quince mil... ¡no puede ser! [...] -Lástima que no esté el sargento. Él sabía de eso. -¡Y cómo no iba a saber, si él trabajó de eso! ¡Si tenía una medalla del Operativo Independencia!-dijo Acosta.
Los pichis son un grupo marginal, odiado por los ingleses, por ser argentinos, y por los argentinos, por ser desertores y traicioneros. En realidad conforman una organización secreta con fines de autosustentación.
Y el Turco confesó que a veces tenía miedo de que los ingleses los vendieran. Explicó: -Son capaces de cambiarnos por cualquier cosa a los oficiales argentinos. Con ellos son como iguales, se tratan como iguales, toman el té juntos. Son capaces de cambiarte por algo y hacerte fusilar. Por eso yo quisiera que tuviéramos a algún inglés aquí de pichi, con nosotros.
Con mucho diálogo, con lenguaje directo y oral, expone el miedo, los intereses y los pensamientos de los adolescentes que se refugian en la trinchera a esperar que pase la guerra. Es uno de los protagonistas el que relata la historia que ha registrado en apuntes y grabaciones.
Las fotos del té las había atraído García con el diario. Les habían dado un fajo dec opias de las fotos de los oficiales rendidos tomando té con los capitanes de los barcos de la flota británica. Atrás estaban puestos los nombres de los argentinos y el nombre del lugar donde se había rendido cada uno. -Tirémoslas-aconsejó Viterbo. Insistía en eso. Los ingleses habían pedido que los pichis las repartieran entre los de Intendencia, para apurar la rendición. -¡Tirémoslas! ¡Que no se rindan! Que se maten entre ellos y que se vayan a la puta que los parió todos. Las tiramos y les decimos que las repartimos igual.
El que no sea argentino, precisa saber algunos datos básicos acerca de la guerra y su contexto histórico antes de leer el libro: Fue declarada por un militar en estado de ebriedad. Es la culminación de la dictadura argentina que más muertos y desaparecidos políticos tuvo. Se dio en un gobierno anticonstitucional, censurador. Fue emprendida de manera caprichosa, con poca preparación y escasos recursos.
-¿Cuál fue el génesis del título? -Escuché “pichiciegos” por primera vez en 1980 en una celda de la Cámara Federal de la calle Viamonte, donde nos hacinábamos más de 20 presos a la espera de turno para comparecer ante los jueces.
Entrevista a Fogwill
-Según el relato, muchos pichis fueron dados por muertos, desaparecidos o prisioneros de británicos. ¿Para la tropa argentina los pichis son desertores? -Los pichis no existen, ni existieron. La idea en la novela es que los imaginen como fantasmas, que lo son, en realidad son mis fantasmas.
Entrevista a Fogwill

lunes, 4 de abril de 2011

Cuentos completos, parte 2, Flannery O'Connor

La narrativa de Flannery O'Connor aborda el tema del mal desde una perspectiva despierta y honesta. No escatima la violencia si le es necesaria para ilustrar una situación, o si el personaje es propenso a ella, o si la propia realidad la requiere. ....He encontrado poca bibliografía acerca de vida y obra (para no decir nada) sobre esta autora.
Es una de las grandes cuentistas de la literatura norteamericana, pero no goza de la misma fama en el resto del mundo porque ha sido poco difundida fuera de su país (sus últimos cuentos se tradujeron al español en 2005). En español al parecer existen pocos estudios sobre ella. Yo he sabido de tres que, por ser tesis doctorales, están en poder de las Universidades donde fueron presentadas. Si bien éstas las ofrecen al público como libros de consulta en sus bibliotecas, son facultades españolas (bien lejos de mi país) y por desgracia no tienen digitalizados los textos en cuestión. Así que, habrá que esperar unos años para poder comprar un estudio interpretativo sobre la narrativa de O'Connor. 
He husmeado algunos comentarios y reseñas fortuitos, y la verdad es que los personajes son impredecibles, eso es cierto, pero yo no creo que sea porque estén locos o porque su accionar sea inconsecuente. De hecho el loco es alguien privado de su juicio o su capacidad de razonamiento. Pues los personajes en cuestión no parecen sufrir de este tipo de privaciones. Tienen un juicio propio y hacen uso de la razón, pero poseen modelos éticos erráticos, son productos de su pasado y de las injusticias sociales. Una vez que nos enteramos de su historia, o que tenemos una noción, incluso cuando podemos sospecharlo, sus actos no nos parecen tan inconsecuentes, tan locos. Crueles y reprensibles, desde luego, pero no incoherentes, tienen una coherencia tremenda, una correlación de causa y efecto, por ejemplo: Enoch ha sido obligado a mudarse a esta ciudad, por eso está solo y desentona; Ruby tiene un pasado traumatizante que explica su fobia; el Desequilibrado de Un hombre bueno es difícil de encontrar no cree haber sido apresado con justicia. Creo que en sus cuentos los personajes son lo que hacen (y también lo que hicieron con ellos). Pero no algo de lo que hacen, no una determinada acción que sobresale negativa o positivamente del resto de actividades cotidianas. Los personajes son todo lo que hacen. Y también, por supuesto, lo que no hacen. Hay una consciencia integradora que evita mostrar solo un aspecto de cada individuo. De aquí que ninguno sea absolutamente malo, ni tampoco ninguno sea nunca absolutamente bueno.
El corazón del parque: Se retoman los dos personajes del relato anterior, El pelapatatas: Haze y Enoch. El segundo visita todos los días un parque y se lo encuentra al primero que lo anda buscando. Me gusta la forma en que queda pintado el personaje de Enoch en pocas líneas:
Allí se tomaba un batido con leche malteada y chocolate y le hacía unos cuantos comentarios sugerentes a la camarera, a la que creía enamorada de él en secreto.
-¿De ande has sacado un coche tan lindo? ¿Por qué no le pones unos carteles por fuera que digan algo así como: "Súbete, nena"?
En este relato se materializa lo que la autora sostiene cuando dice que todos sus relatos tratan sobre la gracia en alguien que no la desea:
-Tú eres un muchacho guapo-dijo Maude-. Se nota qu'eres trigo limpio, sigue así, no te juntes con un hijo de puta como ese qu'está ahí sentao. Siempre sé reconocer a los muchachos que son trigo limpio.
*
-No soy trigo limpio-dijo Haze. Enoch no oyó aquellas palabras hasta que Hazel las repitó. -No soy trigo limpio-repitió.
Un golpe de buena suerte: Ruby se siente enferma, pero se niega a ir al médico. Hay un terror al embarazo. El recuerdo de una madre que se fue muriendo con cada hijo, que se fue agotando hasta extinguirse, genera angustia y la obsesión enfermiza de evitar tomar el mismo camino.
Enoch y el gorila: Este relato me hizo recordar a un cuento de Chéjov titulado Tristeza, pues en ambos aparece un personaje con la necesidad imperiosa de conversar con alguna persona y, no encontrando a nadie dispuesto, se contenta con hablarle a un animal (o a un supuesto animal). Incluso los encuentro paralelos también en el tratamiento de la forma, que despierta compasión y risa al mismo tiempo. 
Este es el tercer cuento en que encontramos de manera consecutiva a Enoch Emery, y para estas alturas lo conocemos, si no bastante, por lo menos mejor que a cualquier otro personaje. Es un joven que está solo en esta ciudad, que ha venido obligado por el padre y que persigue a Haze (que no aparece en este cuento) con la desesperada urgencia de hacerse de un amigo. ....La personalidad de Enoch es tan inocente por momentos, como patética. A veces despierta ternura y por ratos rechazo. Su persona es cómica, lo que le sucede no tiene parangón.
Se encontró cara a cara con un cartel a todo color, tamaño natural, de un gorila. En letras rojas se leía: "¡GONGA! ¡El gigantesco monarca de la jungla! [...] ¡Entradas gratis para los diez primeros valientes que se atrevan a darle la mano!
¿Qué hace Enoch ante esto? Se pone en la cola junto a los niños, porque:
Según él la oportunidad de insultar a un mono de éxito se le presentaba de la mano de la providencia.
Pero luego:
Era la primera mano que le tendían a Enoch desde que había llegado a la ciudad. Era cálida y blanda. De entrada no supo qué hacer y se quedó ahí, agarrado a aquella mano. Después, empezó a tartamudear. -Me llamo Enoch Emery-farfulló-. Fui a l'Academia d'Estudios Bíblicos Rodemill pa niños. Trabajo en el zoológico municipal. Vi dos carteles tuyos. Tengo dieciocho años recién cumplíos pero ya trabajo pal municipio. Mi papá me ha obligao a venir...-Y se le quebró la voz.
Un hombre bueno es difícil de encontrar: Este es su relato más famoso. Me gustaría hallar un análisis de él, porque es un cuento en el que entendemos el argumento, pero eso que está implícito queda un poco flotando sin ser aprehendido. Aquí tenemos una pareja con dos hijos y la abuela paterna de las criaturas. Ésta última parece ser bastante manipuladora y absorbente. También hay un asesino suelto justo en la ciudad donde la pareja quiere ir a vacacionar y donde termina encontrándoselo. ....La abuela quiere ser querida, pero ese sentimiento termina siendo muy egoísta. Hasta manipula el deseo de los niños para que los padres cambien la trayectoria de viaje según sus propias motivaciones. ¿Es eso lo que quiere transmitirnos? Tengo la sensación de que el careo final de la abuela con el criminal es un cotejo en el que ella sale perdiendo, pues el malhechor, al menos, es abiertamente malo y eso le da, por lo menos, la ventaja de la sinceridad.
—¡Jesús! —gritó la anciana—. ¡Tienes buena sangre! ¡Yo sé que no dispararías a una dama! ¡Sé que vienes d'una familia buena! ¡Reza! Por Dios, no deberías disparar a una dama. ¡Te daré to el dinero que tengo! —Señora —repuso el Desequilibrado mirando hacia el bosque—, nunca ha habido un cadáver que diera una propina al sepulturero. Se oyeron otros dos disparos y la abuela levantó la cabeza como un viejo pavo sediento pidiendo agua y gritó: «¡Bailey, hijo, Bailey, hijo!», como si fuera a partírsele el corazón. —Jesús es el único qu'ha resucitao a los muertos —continuó el Desequilibrado—, y no tendría qu'haberlo hecho. Rompió el equilibrio de to. Si Él hacía lo que decía, entonces sólo te queda dejarlo to y seguirlo, y si no lo hacía, entonces sólo te queda disfrutar de los pocos minutos que tienes de la mejor manera posible, matando a alguien o quemándole la casa o haciéndole alguna otra maldad. No hay placer, sino maldad.
Un encuentro tardío con el enemigo: El general va a la ceremonia de graduación de su hija, una mujer adulta ya. Está habituado a ser el centro de atención o cree serlo cuando en realidad no despierta mucho interés en el público. Sus motivaciones son egoístas e infantiles. ....Nota curiosa: me llamó la atención el hecho de que el general comenzara a tener la sensación de un agujero en la cabeza, justo en la coronilla, antes de su muerte, ya que esto es lo que los budistas del Tibet (según Alexandra David Neel) describían como paso previo al fallecimiento, pues por ahí debía salir el alma.
La vida que salvéis puede ser la vuestra: Un forastero para en la casa de una mujer viuda que tiene una hija de treinta años ("que parece de dieciséis). No se nos informa abiertamente, pero se insinúa un retardo mental en la chica. El trato que se le da a la chica por parte de la madre termina siendo el mismo que se le da a un tesoro, pero en forma de botín. ....La mentalidad de la sociedad, por tradición, tiende a sentir lástima por las personas que no forman pareja. El culmen de la realización personal pasaba y pasa muchas veces por formar una familia. Pareciera que la peor tragedia es la de quedarse soltero. Esto es, quizás, lo que se intenta transmitir y criticar en el relato (si lo he captado bien). ....Por otro lado, se exhiben requisitos meramente formales y materiales como determinantes de matrimonio. ....En otras palabras, esta madre que adora con verdadero amor a su hija ha logrado "acomodarla".
El río: Un niño es llevado por su niñera donde un predicador. La niñera cree que la madre del chico sufre alguna enfermedad. Sin embargo, el predicador niega ante la multitud poseer tales dones. El hombre bautiza al niño y le dice:
-Ahora se te tiene en cuenta-aseguró el predicador-. Antes ni siquiera eso
O sea, para este predicador cristiano no todos son iguales ante los ojos de Dios.
-No olvide a su madre-dijo la señora Connin-. El crío quiere que usté rece por su mamá. Está enferma. -Señor-dijo el predicador-, oramos por alguien que sufre y no está aquí presente para dar testimonio. ¿Está tu madre enferma en el hospital?-preguntó-. ¿Es presa del dolor? El pequeño lo miró. -Todavía no se ha levantado-respondió con voz aguda y aturdida-. Tiene resaca.
Ese último es un buen ejemplo de la mezcla humorística y compasiva que despiertan algunos pasajes. Pues el alcoholismo también es una enfermedad y, aunque se tratase de otra cosa, aunque fuera sólo desidia, desgano o abandono, acaso, tratándose de espiritualidad ¿no podrían sanarse las enfermedades del alma? ....Entre tanta ruindad, atropello, abyección, Flannery nos presenta a un niño que debajo de todos sus malos hábitos, seguramente adquiridos de su entorno e, incluso, del seno familiar, conserva algo de inocencia y de luz. El final quizás sería preciso que lo analizara alguien con nociones de teología, es drástico y tal vez no muy bien recibido por los lectores del contexto de la escritora. 
Es conveniente mencionar a este respecto que Flannery pertenecía a una minoría católica inmersa en una sociedad mayoritariamente protestante. Por eso es dable preguntarse si la crítica va contra el mal entendimiento del cristianismo en general, contra el mal enfoque de algunos de sus líderes o si señala a la religión vecina. También puede suceder que no haya tal crítica, pues no aparece un marcador absoluto, ni siquiera irónico. Se trata de una escena redactada con limpieza. Ir a la parte 1