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Sugerencia de la semana: Noche en el hotel, Slawomir Mrozek (microcuento)

miércoles, 22 de diciembre de 2010

La crema del crimen 2, compilación de Josh Pachter

    No sé si Daniel Pennac incluyó entre los derechos del lector el de leer el volumen número dos sin haber leído antes el número uno, pero creo que, de todas formas, habrá estado incluída de manera tácita esta permisividad. Bueno, si se tratara de una novela en dos partes sería algo objetable hacer un post de la segunda parte sin saber las consecuencias narrativas que derivaron en ella, pero como estos son cuentos, y los cuentos, a menos que pertenezcan a una serie de historias correlativas y consecuentes, son unidadades autónomas, se pueden analizar independientemente.
    La cuestión es que encontré este tomo en la biblioteca, de manera fortuita, y si estaba la recopilación antológica anterior, no la vi, ni la busqué. Se trata de un compilación hecha por Josh Patcher, un conjunto de dieciocho relatos en total, escritos por distintos autores norteamericanos a los que se les ha pedido que escogieran el que consideraran el mejor cuento de intriga de toda su producción literatia.     Lo cierto es que son relatos muy entretenidos, simples de leer y llenos del suspenso, característica que saben explotar las narrativas enfocadas en los crímenes, en sus pormenores, su resolución, sus causas y todos los misterios que puedan derivar de ellos. Siempre expermimento una sensación similar a la de resolver crucigramas cuando leo relatos de este género. La diferencia es que muy pocas veces logro identificar al asesino y al final de las historias siempre me termino sintiendo algo inepta (quizás esa sea la intención del escritor, engancharnos como bobos por sospechar de la persona incorrecta o por no ver las evidencias que tenemos en las narices), pues no importa cuánta atención ponga en el relato y en sus detalles, parece que no se trata de estar alerta, parece que más bien se trata de procesar distinto la información a la hora de intrepretar la realidad. Eso es lo que tienen los buenos agentes, los detectives y todas las personas que desentrañan la verdad en estos cuentos, un hábito consistente en una rigurosa concordancia a la hora de inspeccionar escenas, comparar testimonios y decodificar gestos, además de una envidiable memoria capaz de notar las más mínimas contradicciones. Muchas veces, los que resuelven los crímenes, lo hacen a partir de detalles que, a ojos del simple lector, aparecen como insignificancias.     
    Verosímiles son, a mi juicio, todas las historias; quizás un poco menos la de Edward D. Hoch.: El capitan Leopold en un cuarto cerrado, por la increíble premeditación que exige y las artificiosas estrategias que refiere, pero incluso ésta es sucedible, en tanto que la realidad siempre tienda a superar a la ficción, y haya en el mundo un buen puñado de trastornos psicológicos. Si son compatibles con las normativas reales y vigentes de investigación y con los aspectos tanto técnicos, como legales y de otras naturalezas, eso ya no lo sé, pero creo que la literatura no necesita ser ortodoxa en este punto; de otra manera sólo las personas que desempeñaran cargos relacionados estarían acreditadas para narrar historias de esta índole. ....En algunos casos los cuentos se vuelcan a descubrir al asesino, y en otros a encontrar evidencias que lo incriminen o lo absuelvan, pero prevalece la primera opción; en la mayoría de las historias lo que importa es saber quién y para eso es necesario apelar a otras preguntas: cómo, por qué, cuándo, dónde, e incluso quién no. A este respecto es que a veces el cuento concluye con el descubrimiento del verdadero asesino y se nos deja sin saber cómo diablos va a probar el investigador (que ha llegado al descubrimiento a partir de razonamientos lógicos y no de evidencias tangibles) que efectivamente fue él. Pero eso ya no nos importa porque hemos resuelto el crucigrama, hemos despejado x y tenemos la satisfacción de asistir al misterioso procedimiento mediante el cual se ha llegado a la verdad. ....Hay historias que dan un vuelco al final, que nos sorprenden, otras en las que no muere nadie porque el crimen ha sido frustrado magistralmente por la víctima, este es el caso de La segunda profesión. Tenemos un relato en que el asesino confiesa al principio, pero cuál de todos los que confiesan: Alguien está diciendo la verdad. El misterioso caso del Capitan Leopold el que la mató sin matarla. Invitación a un crimen, en el que una viuda invita a un grupo de abogados presenciar el asesinato de su esposo, previa tarjeta en sobre cerrado. ....Lo interesante es que a cada cuento le precede una carilla en la que el propio escritor comenta por qué lo ha elegido, de entre su stock de cuentos, como el mejor relato. ....Hay quien cuenta la situación en la que le surgió la historia, como en La casa de adecuada:
    "El argumento de este cuento surgió en un restaurante barato (...), oí que la mujer de la mesa contigua se quejaba a su acompañante de su madre, una señora de avanzada edad, que se empeñaba en vivir sola en un enorme caserón vacío, y que deliberadamente exigía un precio demasiado alto por la propiedad, con el propósito de demorar su venta todo lo posible."
    Algunos confiesan otras cosas. Así, por ejemplo, James Yaffe dice: 
    "Jamás quedo completamente feliz cuando acabo una historia de detectives porque no puedo considerarla del todo seria; es decir siento que no encara temas de importancia universal, ni muestra personajes de verdadera complejidad y profundidad, ni proporciona una versión vívida, detallada y comprometida del mundo real. " 
    "Los cuentos detectivescos no estan interesados en despertar nuestro temor ni nuestra compasión, ni en hacernos penetrar en profundidad en los interrogantes humanos más complejos; solamente se interesan por despertar la curiosidad." 
    Y yo repito que hay muchos tipos de literatura, y muchas intenciones al ir a leer, y que no necesariamente puede haber un concepto que aúne todas las formas de expresión que constituyen a la literatura; adjudicarle una cualidad estética a su forma por toda definición, o insistir en la estructuración como característica universal y absoluta, me parece erróneo. Ya Terry Eagleton se encargó mejor del asunto. La literatura es según la pieza que se tenga. En algunos casos predomina lo estético, en otros el compromiso social y, en algunas ocasiones, se fucionan; eso cuando no predomina alguna otra cualidad. En el caso de Recuerdos de mi madre y El esclavo liberado, aspectos de fuerte compromiso social se mezclan con una destreza lúdica a la hora de relatar los acontecimientos. 
    Aquí les detallo los relatos que contiene esta antología y sus respectivos autores. Los azules, siempre, mis preferidos: La casa adecuada, por Henry Slesar. Adiós, pa..., por Joe Gores. El capitán Leopold en un cuarto cerrado, por Edward D. Hoch. La segunda profesión, por James Holding. La muchacha que vendía dinero, por Dan J. Marlowe. Un problema de faldas, por Florence V. Mayberry. Primer delito, por Ed McBain. Alguien está diciendo la verdad, por Patricia McGerr. Azabache, por Francis M. Nervins, Jr. Invitación a un crimen, por Josh Pachter. Siete pequeñas cruces en una agenda, por Georges Simenon. Una mera trama de jacintos, por Julian Symons. El esclavo liberado, por Lillian de la Torre. B., de botín, por Lawrence Treat. Recuerdos de mamá, por James Yaffe. Un hermoso espectáculo, por Janwillem van de Wetering. El cuarto cerrado, por Peter Lovesey. El hombre incontenible, por Michael Gilbert.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Páginas envenenadas, El halcón del rey Sinabad & El nombre de la rosa

...."Pero el rey, lleno de impaciencia no le escuchaba ya; cogió el libro y lo abrió, pero encontró las hojas pegadas unas a otras. Entonces metiendo su dedo en la boca, lo mojó con su saliva y logró despegar la primera hoja. Lo mismo tuvo que hacer con la segunda y la tercera hoja, y cada vez se abrían las hojas con más dificultad. De ese modo abrió el rey seis hojas, y trató de leerlas, pero no pudo encontrar ninguna clase de escritura. Y el rey dijo: '¡Oh médico, no hay nada escrito!'

...."Y el médico respondió: 'Sigue volviendo más hojas del mismo modo'. Y el rey siguió volviendo más hojas. Pero apenas habían pasado algunos instantes circuló el veneno por el organismo del rey en el momento y en la hora misma, pues el libro estaba envenenado. Y entonces sufrió el rey horribles convulsiones, y exclamó: '¡El veneno circula!' "

El halcón del rey Sinabad, Las mil y una noches


....Les dejo esta curiosidad que hallé. Un cotejo interesante entre una idea que aparece en un antiquísimo cuento y que se retoma en la novela de Umberto Eco: El nombre de la rosa. Como podrán ver, el tópico del libro con bordes envenenados se repite en ambos textos. ¿Se habrá Umberto Eco inspirado en este relato al momento de escribir su gran obra maestra? Yo creo que es muy probable, un autor de la talla de Eco no debe de ignorar Las mil y una noches. La verdad es que no he consultado bibliografía sobre la novela en cuestión. En todo caso, de ser esta la fuente del modus operandi del asesino de Eco, ha sido un gran trabajo el de construir tremenda obra a partir de una simple idea. La intertextualidad, esa capacidad de rescatar y remodelar, reconstruir trayendo del pasado o aunando fragmentos, siempre me inspiró admiración. Es como un reciclado de conceptos o de hechos que son resignificados, vueltos a usar, pero de distinta manera.
Los libros hablan entre ellos
, dice Guillermo en la novela.
....La literatura es una práctica semiótica, dice Julia Kristeva. Yo estoy de acuerdo. Es más, de los tantísimos y disímiles conceptos, a veces encontrados, que se concibieron de Literatura en diferentes épocas y bajo diferentes puntos de vista, me quedo con el de ella; se pude alegar que es bastante general , incluso se puede objetar que todo es una práctica semiótica, no sólo la literatura. Pero bueno, también Julia Kristeva dice que todo es susceptible de transformarse en literatura. Al menos, me conforma más que aquel concepto que pretende englobar todo en una intensión estética. A veces la hay, pero a veces creo que no, o que, al menos, no prima. Incluso si la estética fuera la caracterísita primordial de la literatura, habrá claros conflictos a la hora de delimitar qué es bello y qué no, porque ello es algo condicionado por el medio en donde el individuo se desarrolla y por los paradigmas de belleza que estén en vigencia a la hora de discernir lo que es bello de lo que no lo es.

...."—¡Entonces no es cierto que me consideras tan perspicaz, Jorge! Tú no lo ves, pero llevo guantes. Con este estorbo en los dedos no puedo separar un folio de otro. Tendría que quitármelos, humedecerme los dedos en la lengua, como hice esta mañana cuando leía en el scriptorium y de golpe comprendí también este misterio, y debería seguir hojeando el libro así hasta que mi boca hubiera recibido la cantidad adecuada de veneno. Me refiero al veneno que un día, hace mucho tiempo, robaste del laboratorio de Severino, quizá porque ya entonces estabas preocupado tras haber oído a alguien en el scriptorium manifestar su interés por el finis Africae o por el libro perdido de Aristóteles, o por ambos a la vez. Creo que tuviste guardado el frasco mucho tiempo, reservándote su uso para cuando advirtieses algún peligro. Y lo advertiste hace unos días, cuando Venancio se acercó demasiado al tema de este libro…"

El nombre de la rosa

viernes, 26 de noviembre de 2010

El crimen de lord Arthur Saville, Oscar Wilde


    En realidad la edición que leí es la de Nuevo siglo, biblioteca 100 x 100, nada más que encontré escaneada de manera más prolija esta otra portada. ....Se lo ubica dentro del decadentismo (un movimiento que conserva cierto tinte del romanticismo, cierta tendencia al desarreglo de los sentidos, al sensualismo y al hedonismo, y que muestra desdén por la moral burguesa y la hipocresía del centelleante ocaso del poder de las clases aristocráticas, para decirlo de algún modo). Conserva vetas del parnasianismo y del simbolismo. ....Wilde acusa con cinismo la hipocresía, las falsas y vacías relaciones, las inconsistencias, envueltas siempre en un aura protocolar halagüeña, de trato empalagosamente cortés. ....Su biografía explica, en parte, la irreverencia de su prosa. Irlandés en Gran Bretaña, homosexual, decadentista, dandy de la Belle époque. Etapa esta en que surge la palabra confort, lapso también denominado la danza sobre el volcán, por eso que se fragua, latente, debajo de tanta opulencia, esteticismo y optimismo, y que no es nada menos que la Primera Guerra Mundial que ha de dar por tierra con la prosperidad y también con el arte por el arte mismo. ....Son dos corpus que se agrupan bajo el título de El crimen de lord Arthur Saville. El primer corpus se subtitula: El crimen de lord Arthur Saville y otros cuentos, y el segundo El príncipe feliz y otros cuentos. Es una relectura que no me arrepiento de hacer, ya que me había olvidado de gran parte de estos relatos, de sus detalles y de sus frases abrasivas. ....En azul, los que más me gustan.
El crimen de lord Arthur Saville y otros cuentos
    El crimen de lord Arthur Saville: ¿Hasta dónde llega el poder adivinatorio de la quiromancia? Creo que en este cuento se encuentra cierto cuestionamiento acerca de lo que los adeptos a las artes adivinatorias no se ponen a cuestionar: ¿Cuánta relevancia tiene el propio papel del consultante en el cumplimiento de las profecías que se le revelan? ¿Realmente es la anticipación de un destino implacable o es la sugerencia que el propio cliente se predispondrá a cumplir a raja tabla? ....Puedo citar de este relato la siguiente línea: .......nada se parece tanto a la inocencia como la indiscreción.
    El fantasma de Canterville: He aquí un fantasma frustrado en su más elemental tarea: la de asustar. Es uno de sus cuentos más conocidos. Una familia americana compra una casa en Inglaterra advertida por el propio vendedor acerca del fantasma que la habita. El materialismo de esta familia, la incredulidad, un pragmatismo acérrimo y una superficialidad campante*, hacen que todo esfuerzo del espectro por asustarlos sea infructuoso. El pobre fantasma de Canterville termina siendo presa de los sustos cuando los gemelos de la familia le tienden trampas para aterrarlo y divertirse a su costa. 
    La esfinge sin secreto: Es un relato corto en donde queda retratada una especie de estereotipo de la época, una época en que el misterio era, si no un atributo primordial, algo muy deseado, algo que procurar o aparentar. ....En la sociedad de la época pervivía cierto rasgo victoriano del romanticismo tardío que fue el exotismo. 
    El modelo millonario: Este es de final feliz. El personaje principal es recompensado, por un extraño malentendido, luego de mostrarse generoso con un mendigo. Hay una crítica solapada al requisito imprescindible que es la solvencia, y que se exige en un candidato a matrimonio.
El príncipe feliz y otros cuentos
....Todas fábulas (a excepción de El amigo fiel) 
    El príncipe feliz: Es la fábula de un príncipe esculpido en oro (una estatua) y de una golondrina. El oro no hace la felicidad, pero algunos políticos piensan que sí y contemplan extasiados el monumento. El príncipe, sin embargo, se siente triste, porque su vista, que llega muy lejos, capta mucha pobreza y ruindad, una pobreza que su propio oro sería capaz de paliar. La golondrina, la verdadera altruista de esta narración, está allí para ayudarle. 
    Creo que Wilde cuestiona la frivolidad en varias ocasiones. En este caso, cuando los funcionarios del relato desechan la estatua porque ha dejado de ser bella. ¿O es que cuestiona el criterio estético? También esto se va a ver en el cuento que sigue, cuando se acuse, injustamente, al ruiseñor de ser un mero esteta del canto, incapaz de sacrificarse por otra persona. 
    El ruiseñor y la rosa: Opino que quien no haya leído este relato, debe hacerlo, porque es una narración exquisita. Versa sobre el sacrificio de un pobre ruiseñor por ayudarle a conseguir una rosa roja a un enamorado cuya aceptación depende de esa flor. Es un cuento que se me antoja duro. Se le puede leer a los niños, sin embargo. Habría que leérselo a los niños, de hecho, así sienten un poco de compasión por los pájaros y a lo mejor se evita que anden tanto con gomeras vulnerando la ley 14.346 y tanto más la Ley 8625/97 (de Córdoba, ¡por qué será que aquí necesitaron promulgarla!) que nadie se interesa en hacer cumplir, y la mayoría ni sabe que existen. ....Por otro lado, es un manifiesto contra la futilidad y los convencionalismos, contra eso que se dice amor y que exige una rosa roja irrevocable y caprichosamente. 
    El gigante egoísta: Es un cuento moralista sobre el egoísmo de un gigante que no quería compartir su florido jardín con los niños. Finaliza con una alusión claramente cristiana. 
    El amigo fiel: La moraleja está menos visible. Me gustó mucho. Es una crítica a la falsedad y, sobre todo, a la argucia de la oratoria, esa virtud adquirida que consiste en sostener aberraciones con tono de sabiduría, con total impunidad, y hacer que se festejen. Es, al igual que en el caso del ruiseñor, la historia de un sacrificio en vano y de mucha ingratitud, amén de falta de consideración y de un severo déficit de empatía. 
    El famoso cohete: Este me gustó para dárselo a leer a aquellas personas (que abundan, ¿o será mi percepción, una idea mía?) que ponen su vida como ejemplo, se jactan, y les es imposible dar consejos sin colocarse de modelo. Aquí una cita de lo que dice el cohete famoso: ....La única cosa capaz de sostenerle a uno en la vida es el estar convencido de la enorme inferioridad de todos sus semejantes, y yo siempre he cultivado ese sentimiento. 
    Un fragmento del diálogo pirotécnico que me pareció de lo más divertido, sagaz y crítico: 
    "-Pues, como os iba diciendo-continuó el cohete- ¿Qué es lo que os iba diciendo? ....-Estabas hablando de ti mismo-replicó la candela romana. ....-Por supuesto. Ya sabía yo que hablaba de algo interesante cuando me interrumpieron de forma tan grosera. Odio las groserías y los malos modales, porque soy de lo más sensible. No hay persona en el mundo tan sensible como yo. Estoy completamente seguro. 
    -¿Y qué es una persona sensible?-preguntó el petardo a la candela romana. ....-Una persona que, porque ella tiene callos, anda siempre pisoteándole los pies a los demás-le respondió la candela romana en un susurro; y el petardo, casi estalló de risa.
    El buen manejo de la ironía y del sarcamo, la puesta en ridículo, la atentación contra falsas suposiciones y prejuicios, así como las delicadas imágenes sensoriales y el buen fluir de la prosa, hacen que estos textos sean recomendables siempre, y que no pierdan su vigor. 
    *Características que asoman en la población a partir del auge de la tecnología y la creciente validación de la ciencia. ....Aconsejable también: La importancia de llamarse Ernesto (drama) y El retrato de Dorian Gray (novela).

viernes, 12 de noviembre de 2010

Final de juego, Julio Cortázar

....Está dividido en tres partes numeradas. La naturaleza de los relatos es muy variada, una amplia gama para elegir. Ni siquiera esa agrupación en I, II y III logra, a mi juicio, conferir unidad temática o estructural a los relatos. Creo que es un tuti fruti, pudiendo poner en conjunto los cuentos cuyo discurso es típicamente dialectal, oral por un lado; los cuentos más juveniles, cuyo tópico tiene que ver con las primeras decepciones (incluso aquellos que, no habiendo personajes juveniles, asumen ese tipo de chasco) y los relatos de corte netamente fantástico, que van encaminados hacia la disolución de los límites entre lo verista y lo irreal, Cortázar ha elegido mezclarlos. Ya conocemos que fue un apologista del desorden, y eso se verifica bien en esta maraña de relatos que parecen haber sido concebidos en distintos tiempos y en disímiles arrebatos. Es para disfrutar, para salirse de estructuras preconcebidas, para dejar de esperar el orden, el encasillamiento y la pulcritud que a la postre, aburren. ....El lenguaje descontracturado, la perspectiva pluridimensional, el desacartonamiento, el factor lúdico, la irrupción del mise en abyme ("escritura en abismo", esa manera de apilar un relato en otro, o a partir de otro o a modo de cajas chinas, incrustándolos), la ambición de hacer trabajar al lector, los espacios vacíos para rellenar, son cualidades marcadas en la prosa de este autor. Personalmente, me gusta más el primer corpus, subtitulado, sencillamente I:
....Continuidad de los parques: un relato breve en que los límites de la realidad y de la ficción narrada se entrelazan. Algo que no hay que dejar de leer, ni de releer de vez en cuando. La metaficción cortazariana es una puñalada sorpresiva. ....No se culpe a nadie: Es la descripción pormenorizada de las complicaciones que surgen al ponerse un pulóver. Una alegoría de algún vicio de la vida en el que las manos del protagonista ocupan un papel importante en la tarea y terminan confrontándolo al enemistarse entre ellas. ....El río: Un relato corto, extraño, en el que los recuerdos, las imágenes poéticas y los pensamientos del relator se confunden con lo que está sucediendo durante un amanecer en pareja. Hay como un final que, sin ser violento, sugiere un crimen. ....Los venenos: Este cuento se me ocurre inocente, envuelto en esa candidez de los primeros amores, de los primeros sentimientos y defraudaciones. Es la historia de una invasión de hormigas y de los venenos para combatirlas, mezclado esto con escenitas de sobrentendidos y de guiñaditas, y de un tercero en discordia.
....La puerta condenada: Se trata de un hombre que se aloja en la habitación de un hotel que tiene una puerta extra, además de la principal, vedada por un ropero. Dicha puerta comunicaría en otros tiempos una habitación con otra. Cada noche, nuestro personaje no puede dormir por culpa de un persistente llanto de niño seguido de los arrumacos de su madre en el afán de calmarlo. El problema es que la mujer que ocupa la habitación contigua no tiene ningún niño. ....Las ménades: el protagonista va a ver una orquesta. El aclamado maestro es aplaudido por un público vehemente. Este, que no lo había leído con anterioridad me hizo acordar a cierta escena final del cuento de Samanta Schweblin: La pesada valija de Benavídez. ....De todas maneras, esos rostros rubicundos, esos cuellos transpirados, ese deseo latente de seguir aplaudiendo aunque fuera en el foyer o en el medio de la calle, me hacían pensar en las influencias atmosféricas, la humedad o las manchas solares, cosas que suelen afectar los comportamientos humanos [...] era entre conmovedor e irritante ver el entusiasmo del público por lo que acababa de escuchar [...] Me dolía un poco no estar en el juego, ver a toda esa gente desde fuera, a lo entomólogo. ....Parece una crítica velada al halago fácil en el que suelen caer los consumidores del arte, ese afán halagüeño que despierta en las masas lo ya conocido, lo trillado, lo previsible. Hay solo un viejecito sentado tranquilo que no aplaude. ....Hubiera querido sentarme a su lado, hablarle, alguien que no aplaudía esa noche era digno de interés. ....Pero estos consumidores de arte, en su vehemencia, se aproximan en grupo al escenario, se suben, acosan a los músicos, que intentan huir, y rompen sus instrumentos contra el suelo. ¿Será que para que haya nuevo arte es preciso liquidar el arte viejo? Quién sabe. Yo lo interpreté de ese modo, hasta me pareció ver insinuado cierto canibalismo en esa persecución. Es un cuento interesante de analizar y de interpretar, sin olvidarse claro, del título que alude al mito en que las Ménades despedazan a Orfeo porque éste ha rechazado el culto a Dionisios en favor del culto a Apolo. Ya sabemos lo que simboliza Dionisios, además del vino y de los bacanales y de los excesos, encarna lo instintivo, lo improvisado, lo natural, lo exuberante, lo barroco, la inspiración, el desorden, en contraposición con Apolo, que encarna la parquedad, la racionalidad, lo reglado y ordenado, el artificio, lo sobrio, el trabajo creador (por encima de la inspiración creadora). ....No olvidemos que a Cortázar le gustaba el jazz, ese ritmo espontáneo, sin parámetros establecidos, que tiene por toda pretensión la búsqueda del swing, algo aleatorio. Prefería el desorden, en su sentido más amplio. En un capítulo de Rayuela habla del orden y de la limpieza como un signo del miedo a la muerte, en lo que tiene de lucha contra el abandono. Pero a la vez, es el desorden lo que indica que hay vida, que hay inquietud, que algo se agita en el fondo, que las cosas no deberían hacerse de manera maquinal y sistemáticas si estamos vivos. Los cronopios, esos seres desordenados y húmedos. Además, también eran verdes.
II
....El ídolo de las Cícladas: dos antropólogos encuentran una estatuilla antigua, y de allí en más se desata un suerte de conexión con el ídolo que ella representa, hay una regresión mental por parte de uno de los personajes que culmina en un sacrificio sangriento. ....Una flor amarilla: Es el relato de un hombre que encuentra en un niño su doble exacto, un calco de su persona cuando tenía la misma edad, y las similitudes no quedan en lo físico, se extienden a lo circunstancial y a lo vivido. ....Un pequeño error en el mecanismo, un pliegue del tiempo, un avatar simultáneo en vez de consecutivo. ....Sobremesa: Este cuento me encantó. Utilizando el género epistolar, da vida a una serie de cartas de amigos, una que va con una inquietud y otra que vuelve con una respuesta incrédula y tajante. Son cinco en total. El discurso cuidadoso y culto de los emisarios tiene una gracia muy particular cuando se trata de tocar un asunto delicado, del cual nos dan pistas, pero nunca queda del todo explícito y el lector deberá inferirlo lo mejor que pueda. ....La banda: Es el relato de un hombre que va a ver una función en el Ópera y se encuentra con un público poco adecuado a la situación. Luego se lleva el fiasco de una banda de música muy del gusto del auditorio en cuestión. Y para peor, hace un descubrimiento de su propia existencia que no es muy ameno. ....Los amigos: Un cuento bastante corto, en el que se planea un crimen y finalmente se lleva a cabo. El título parece reírse al final del cuento, con su cuota de sarcasmo. Alude sin duda a las conveniencias de la amistad y a sus consecuentes desentendimientos. ....El móvil: en este relato hay una fuerte irrupción del lenguaje oral, mechado de lunfardismos, modismos, sociolectos, etc, leemos las peripecias de un amigo vengador que se embarca porque supone que el asesino de su camarada arribó a cierto lugar, y va tras él. El tema se complica un poco al final, y hay que leer bien atento a esas ambiguas líneas que cierran la narración, pues parece que aquí el móvil con que se despacha a bordo a un sujeto presuntamente culpable, no está nada claro y hay que buscar las razones en un lío de amores. Algo así como que el justiciero termina haciendo lo mismo que el asesino de su amigo... ....Torito: seguimos con la narración en lenguaje coloquial, esta vez son las remembranzas de un boxeador desde su cama de hospital, muchos años después de haber dejado su juventud.
III
....Relato con un fondo de agua: Esta narración está en segunda persona. Es de un tipo que vive aislado en algún lugar selvático o en el medio del monte y recibe regularmente a un viejo amigo que viene a visitarlo. Es la confesión de algo, la implicancia de un sueño, lo que pasó realmente con otro amigo llamado Lucio en el pasado. Los límites de la realidad y de la fantasía se chocan, y hay un aura de extrañamiento que envuelve la atmósfera. ....Después del almuerzo: el relator es un niño que es obligado por sus padres a sacar a pasear a algo o alguien de quien se avergüenza. Ese ser es una incógnita que no se resuelve, no se sabe si es una especie de monstruo o un simple animal, si es real o es una simple metáfora. El espacio queda vacante para que cada lector lo intuya. ....Axolotl: la existencia de los animalillos estos, metidos en un espacio muy pequeño y quietísimos, obsesiona a cierto visitante del museo. Finalmente, siente una conexión con ellos, algo que lo lleva a convertirse en ellos, hay como una bifurcación de la persona del protagonista, pues se queda en la jaula de vidrio junto a ellos, siendo uno más, pero también se va consigo mismo, tal como ha venido. Se puede interpretar como algo latente que por fin el protagonista descubre y encierra en el axolotl: Eran larvas, pero larva quiere decir máscara y también fantasma. Detrás de esas caras aztecas, inexpresivas y sin embargo de una crueldad implacable ¿qué imagen esperaba su hora? ....La noche boca arriba: en éste el narrador se ve envuelto en un accidente de tránsito tras intentar esquivar a una señora con su motocicleta. Cae y se fractura la pierna. Es llevado en una camilla, boca arriba, hacia el hospital. Pero en ese trajín, se duerme varias veces y sueña: ....Y todo era natural, tenía que huir de los aztecas que andaban a caza de hombre y su única probabilidad era la de esconderse en lo más denso de la selva cuidando de no apartarse de la estrecha calzada que sólo ellos, los montecas, conocían. Para quien no haya leído nunca este cuento, será interesante, sobre todo el viraje final. ....Final de juego: este relato se me antoja empaquetarlo junto con Los venenos y Después del almuerzo, porque sus relatores y protagonistas principales son niños o adolescentes, y deja entrever un fondo de inocencia quebrada, algo como la candidez y el fiasco, los primeros fiascos. En éste en particular hay tres jovencitas de unos trece años que terminaron la primaria, pero no pueden hacer la secundaria (las causas no se explican, pero creo que se infieren, si contextualizamos la escritura, una época en que era raro que alguien hiciera estudios superiores) y se ponen a jugar un extraño juego que consiste en hacer de estatuas o de actitudes. Para ello sortean turnos, se disfrazan y actúan. ....La vergüenza y el miedo eran fáciles de hacer; el rencor y los celos exigían estudios más detenidos. ....El revés sobreviene cuando un espectador impensado deja caer del tren un papelito.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Las pequeñas memorias, José Saramago

    Si quieren conocer cómo eran los tiempos de antes, y cómo se las arreglaban las familias de escasos recursos que vivían tanto en el campo en una pequeña choza de adobe y paja así como, en zona urbana, rentando habitaciones "con derecho a cocina" o compartiendo vivienda y gastos con otras familias, lean estas memorias.
    No es una sucesión cronológica de hechos, es más bien un fluir espontáneo de recuerdos de la infancia y de la adolescencia, de allí el título de pequeñas memorias. ....Las evocaciones se hilvanan en desorden, emanan desde el capricho de la mente, eso que nos da por recordar esto o lo otro de manera arbitraria. Va para atrás y para adelante en el tiempo sin el menor problema.
    Como es una obra autobiográfica, carece del alto vuelo imaginativo que tienen sus otras novelas, pues aquí se ve limitado por los hechos y lo que de ellos recuerda. Diría que es un libro recomendadísimo para quienes tengan entre sus escritores preferidos a José de Sousa, que este es el verdadero nombre del autor, a quién un empleado del registro civil, algo borracho a la hora de anotar al niño, le adjuntó detrás del apellido real el apodo por el cual se conocía a la familia en la aldea: Saramago (en español Jaramago) bautizándolo para siempre con el que sería, más adelante, un prestigioso nombre literario.
    Creció en una familia de bajos recursos, padre policía y madre ama de casa. Su único hermano, Francisco, murió a la edad de cuatro años, víctima de una enfermedad infantil. Su niñez y parte de su adolescencia es la historia de traslados constantes de una casa a otra, un promedio de una mudanza al año.
    Se inicia en la religión porque en uno de los cambios domiciliarios les toca compartir techo y gastos con una familia en cuyo seno vivía una mujer que le sugirió a la madre de Saramago que ya era hora de que el niño haga su comunión. Así la describe Saramago a su madre ante la sugerencia de la vecina: escéptica por indiferencia. Así es, su madre, escéptica por indiferencia, le dice que sí, que le da permiso para que lleve al chico a adoctrinar.
    A los abuelos paternos los describe como fríos y vacíos de afecto. El verdadero solaz donde este niño va a disfrutar algunas temporadas es a la casa de sus abuelos, perdida en el campo. Una vivienda precaria, sin ventanas, de adobe y paja, donde todo es sinceridad y nada se oculta, donde el niño aprende las tareas del campo y la sencillez y humildad del carácter de sus abuelos.
    "...en una época como esta nuestra en que a los cinco o seis años, cualquier niño del mundo civilizado, incluso sedentario e indolente, ya ha viajado a Marte para pulverizar a cuantos hombrecitos verdes le salieran al paso* [...] Al lado de tan superiores hazañas el muchachito de Azinhaga sólo podría presentar su ascensión a la punta extrema del fresno de veinte metros [...] Poca cosa, es verdad, pero me parece más que probable que el heroico vencedor del tiranosaurio ni siquiera sería capaz de atrapar una lagartija con la mano."
    Habla de su temor a los perros, iniciado durante su niñez a raíz de una confrontación al penetrar el pasillo de la dependencia, un edificio re- alquilado entre muchas familias.
    Una de sus pesadillas recurrentes:
.......me veía encerrado en una habitación de forma triangular donde no había muebles, ni puertas, ni ventanas, y en un rincón cualquier cosa (lo digo así porque nunca conseguí saber de qué se trataba) que poco a poco iba aumentando de tamaño mientras sonaba una música, siempre la misma, y todo aquello crecía y crecía hasta arrinconarme en la última esquina, donde por fin despertaba.
    Las anécdotas van de lo gracioso a lo tragi-cómico, pasando por lo desconcertante.
.    "...la bofetada era un instrumento indispensable en los métodos educativos vigentes [...] la aciaga palabra era acelga, que él pronunciaba acega. Bramaba el tío: ¡Acelga, so bruto, acelga!, y Leandro ya a la espera del sopapo, repetía: Acega. Ni la agresividad de uno, ni la angustia del otro merecían la pena, el pobre chiquillo, aunque lo mataran, diría siempre acega. Leandro, claro está, era disléxico"
    Este episodio del que pego a continuación un fragmentito me gustó en particular, porque la verdad, cuando oigo decir a alguien eso de que en mis tiempos no pasaba refiriéndose a una cosa tenida por indecente siempre medito ¿no pasaba o pasaba a ocultas? Mi abuela lo decía con más precisión, porque ella decía esto en mis tiempos no se oía. Y sí, se ocultaba, qué se va a oír . Aquí Saramago con su delicada ironía final, me hace pensar que ando en lo cierto:
    "También fue en la calle Padre Sena Freitas donde dormí (o no dormí) parte de una noche con una prima [...] acostados en la misma cama, ella de la cabecera a los pies, yo de los pies a la cabecera. Precaución inútil de las ingenuas madres [...] dimos comienzo a una minuciosa y mutua exploración táctil de nuestros cuerpos [...] Fingíamos dormir como angelitos cuando, iba ya la noche bien entrada, la tía María Mogas vino a recogernos a la cama para regresar a casa. Aquellos sí eran tiempos de inocencia."
    Aquí se resume una duda que solemos tener las personas respecto de los recuerdos, sobre todos los más antiguos, aquellos que vienen de la infancia:
    "A veces me pregunto si ciertos recuerdos son realmente míos, si no serán otra cosa que memorias ajenas de episodios de los que fui actor inconsciente y de los que más tarde tuve conocimiento porque me los narraron personas que sí estuvieron presenten, si es que no hablaban, también ellas, por haberlas oído contar a otras personas."
    Primer libro que lee José Saramago: A Toutinegra do Moinho, de Émile Richebourg.
....Hay nostalgia a la hora de plasmar muchas líneas, el lector puede percibir esto como un ligero temblor de dubitación, como una añoranza, como la nostalgia del paraíso perdido o a punto de perder. Frecuentemente hay una afirmación que se repite casi obsesiva, yo te recuerdo, yo la recuerdo, yo los recuerdo, que creo parten de la certeza de que esas imágenes, esos recuerdos, esos hechos, están grabados en la cabeza del autor y de nadie más y que, al morir, desparecerán con él. Vean esto, me conmovieron estas líneas:
    "Tú estabas, abuela, sentada en la puerta de tu casa, abierta ante la noche estrellada e inmensa, ante el cielo del que nada sabías y por donde nunca viajarías, ante el silencio de los campos y de los árboles encantados, y dijiste con la serenidad de tus noventa años y el fuego de una adolescencia nunca perdida: El mundo es tan bonito y yo tengo tanta pena de morir. Así mismo. Yo estaba ahí."
    Escenas de la vida cotidiana en casa de los abuelos maternos:
    "Entre los lechoncitos acabados de nacer aparecía de vez en cuando uno que otro más débil que inevitablemente sufriría con el frío de la noche, sobre todo si era invierno, y podría serle fatal. [...] Todas las noches mi abuelo y mi abuela iban a las pocilgas a buscar los tres o cuatro lechones más débiles, les limpiaban las patas y los acostaban en su propia cama. Ahí dormían juntos, las mismas mantas que cubrían a los humanos, cubrían a los animales, mi abuela de un lado de la cama, mi abuelo del otro y, entre ellos, tres o cuatro cochinillos que creerían que estaban en el reino de los cielos..."
    El inquietante caso de la tía Emídia, persona de edad, que había venido a casa de los Saramago por unos días y vendía golosinas en un puestito en la calle. Una mujer a la que le gustaba el alcohol:
    "Un día las mujeres de la casa la encontraron tendida en el suelo de su habitación, con las piernas abiertas y las sayas levantadas, cantando no me acuerdo qué, mientras se masturbaba. Yo también acudí a curiosear, pero las mujeres formaban una barrera y apenas pude percibir lo esencial... Debía de tener unos nueve años, no más."
    Al final del libro hay fotografías explicadas de puño y letra por José Saramago. Contaba con pocas imágenes de su niñez y de su juventud, razón por la que si se busca en google imágenes de dicho escritor, solo aparecen las que lo muestran de edad avanzada. Las pocas que hay de etapas más tempranas de su vida, las adosó a sus Pequeñas memorias. Resalta la adoración que sentía por su madre y por sus abuelos maternos.
    En aquellos tiempos esto tampoco pasaba. Pero pasó:
    "Yo tendría, creo, entre los dos y tres años. Un poco alejado de la casa (todavía estábamos viviendo en la calle E), había un montículo de caliza abandonado de alguna obra. A la fuerza (mi débil resistencia de nada podía servirme), tres o cuatro niños ya crecidos me llevaron hasta allí [...] me bajaron los pantalones y los calzoncillos y, mientras unos me sujetaban los brazos y las piernas, otro comenzó a introducirme un alambre en la uretra.[...] Tal vez la sangre abundante que comenzó a salir de mi pequeño y martirizado pene me salvara de lo peor. Los mozalbetes se asustaron, o tal vez pensaron que ya se habían divertido lo suficiente, y huyeron."
    .Finalmente, queda por decir que muchas de las personas que se ven fugazmente esbozadas en este libro dejaron una huella profunda en el niño o jovencito que en ese tiempo era el autor, y determinaron aficiones, oficios, inquietudes, modos de ver, de sentir y de pensar que se pueden rastrear, aunque levemente, en sus novelas ficcionales.

*Se refiere al mundo virtual, a los videogames.

sábado, 30 de octubre de 2010

Visiones de robot, 1 parte , Isaac Asimov

    Isacc Asimov, escritor y bioquímico, estudioso de la Historia, es el acuñador del término robótica. Introduce en la ciencia ficción la idea de un robot como la confluencia de la máquina más la computadora. Inicia una nueva etapa dentro de la literatura de este género que, antes de él, presentaba a los robots como grandes masas hostiles, bélicas y torpes. En los robots de Asimov no hay maldad, ni siquiera hay errores, puesto que lo que ellos hacen es consecuencia directa de la lógica implantada en su cerebro. No hay odio o ansias de dominio por soberbia, sino racionalidad. Todo lo que hacen deviene de tres reglas básicas que el humano ha programado en todo cerebro positrónico (robótico) que son las siguientes y que aparecen expresas por primera vez en el cuento Círculo vicioso, que me pareció uno de los más interesantes: 
    1. Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.
    2.Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto si estas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley. 
    3.Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.
    En todo caso, si algo falla hay pocas opciones: o lo que el humano ve como una falla, en realidad no es tal cosa, o el robot ha interpretado correctamente un lineamento de datos y órdenes que son erróneas, o el humano dio de manera equívoca e inexacta los preceptos a seguir. ....Son cuentos que nos trasladan hacia aquello que todavía no es, pero que podría ser y que, por medio de ese conocimiento del humano que la Historia nos revela, podemos antelar que sucederá. La historia tiende a repetirse, porque los seres humanos tenemos siempre las mismas pasiones, buenas y malas. ¿Pero qué pasa cuando la creación supera al creador? 
    Los tres relatos cuyo título se muestra de color azul son los que sugiero al lector que quiera probar antes de zambullirse. Se pueden leer independientemente, ya que, aunque guardan cierta relación, este nexo es meramente complementario, nada obligado o correlativo que interfiera la comprensión del texto. Aquí hago breve sinopsis de los diez cuentos que constituyen justo la mitad del libro, porque sería una entrada demasiado larga si expusiera todos los cuentos de una sola vez. Igualmente el lector de este post puede prescindir de la lectura de dichas síntesis.
Primera mitad
    Visiones de robot:
    "-Cuando los enviábamos a cortas distancias al futuro —cinco minutos, cinco días — al final volvían a aparecer [...] pero lo que se quería era enviar algo lejos en el futuro y hacerlo volver."
    Como el humano más insignificante es valioso, los temporalistas deciden enviar a un robot al futuro. Las noticias que éste trae varían demasiado de los lúgubres pronósticos de los científicos, de modo que les cuesta creer que la tierra no se ha destruido en ese futuro y que todo fuera próspero y apacible.     Por temor de alterar ese futuro ideal del que se tienen noticias, los temporalistas desisten de enviar cualquier otro robot al futuro. Una estrategia del narrador testigo nos pone en aviso de lo que Archie posiblemente estaba viendo. 
    ¡Muy mal!
    Un paciente enfermo de cáncer, tras rechazar los métodos convencionales de tratamiento, se somete a uno experimental: la miniaturización, consistente en el empequeñecimiento de un robot, que ha de adquirir gradualmente el tamaño celular y deberá, una vez inyectado en el cuerpo del enfermo, eliminar las células cancerosas. Hay un riesgo cuyo resultado es fatal, la redilatación del robot, que viene a ser un retorno brusco al tamaño original.
    Robbie: 
    Se trata del Robot niñera encargado del cuidado de una niña de ocho años, Gloria. Un buen día a la madre se le ocurre peligroso e inadecuado dejar a su cuidado su pequeña niña, y retira al robot de la casa, fingiendo un extravío. El padre, que se ha opuesto siempre a estas decisiones maternas, finaliza propiciando el encuentro de su hija con Robbie, pues la niña cae en un pozo depresivo.
    Ordenan a Speddy ir por selenio, pero el robot no regresa. Resulta que está atrapado entre dos leyes. Las leyes de la robótica tienen una jerarquía, siendo la 1 las más importante y la 3 la menos importante. ¿Pero qué pasa en este modelo especialmente caro de robot en cuyo cerebro positrónico se ha resaltado la ley número 3 a fin de evitar pérdidas mediante una fácil rotura? 
    Razón:
    El robot se siente superior al humano y toma el mando de la nave, irguiéndose en profeta. Es un robot que cree en Dios.
    ".-¿Qué está diciendo ese kilómetrico cubo de basura parado andante? ¿Qué es lo que no creía? ....-Es un escéptico-fue la amarga respuesta-. No cree que lo hayamos hecho nosotros, o que existe la Tierra o el espacio o las estrellas."
.    Mentiroso:
    Un robot lee las mentes. Pronto todos quedan embelesados ante su virtud y van hasta él por respuestas. ¿Por qué luego confirmarán que miente? ¿Como es posible que un robot mienta? ....La prueba:
    Cierto funcionario, el fiscal de distrito, es acusado de ser robot por la oposición. La prueba que debe pasar es, además de la de comer, la de poder incumplir las leyes de la robótica que todo robot tiene grabadas en su cerebro positrónico. Menudo conflicto. Se desconfía de él porque sus planes políticos son demasiado humanos para ser humano. 
    Ha desaparecido un robot: 
    Resulta que se construyen unos pocos robots alterados en lo de las estrictas tres reglas, a fin de que dejen trabajar a los obreros expuestos a los rayos gama (debidamente protegidos por sus trajes) No quieren que ningún robot corra a rescatarlo impelido por la ley número 1. En fin, que uno de esos robots en instancias de prueba desaparece y se mezcla con la recién llegada camada de 62 robots normales. Es un relato intrigante, pues la robopsicóloga deberá descubrir al robot intruso, porque ahora hay 63 y todos dicen lo mismo al ser interrogados: uno miente. 
    Se puede evitar el conflicto: 
    Un cuento que recava de la Historia los datos necesarios para imaginar el futuro, pues las miserias humanas no cambian a pesar de los tiempos. Tiene mucha terminología técnica, sobre todo del campo de la Química. Es el futuro de la Tierra, dividida ahora en cuatro grandes regiones: la Nórdica, la Tropical, la Oriental y la Europea. El gobierno depende de las Máquinas, están programadas para dictar lo que debe hacerse y son obedecidas. No pueden fallar, ni siquiera se les puede cargar con datos falsos, pues ellas los reconocen y los rechazan. ¿Entonces qué es lo que falla? ¿Por qué hay tantos errores?
    Este es un cuento que me gustó en particular. La empresa dedicada a la construcción de robots decide hacer un robot carente de todo programa previo, vacío, que por sí mismo explore el mundo y descubra cosas. Quieren llegar al meollo de la intuición femenina, saber qué es y cómo opera, cómo es el proceso asociativo que llega a obtener respuestas por medio de la intuición. 
    El robot es armado por voluntad del robopsicólogo Mandarian (sustituto de la jubilada Susan Calvin) y su estructura es igual que la de los otros robots, solo un dejo sutil indica la feminidad. Jane es trasladada de manera clandestina, pues no la desactivan durante el traslado por no cortar la cadena de asociaciones que ya ha iniciado. Como meta le ponen descubrir un planeta habitable, las probabilidades de hallarlo y las coordenadas precisas. Un desafortunado accidente en la planta donde está la robot y el robopsicólogo hace que mueran tanto éste como la robot (Jane) minutos después de que Mandarian llamara a la empresa anunciando que Jane ¡ha dado la respuesta!
    Al director de la empresa, Borget, no le queda más que, acuciado por los miembros, acudir a la mentada Susan Calvin, quien es una especie de Poirot, pero con una actitud menos afable. Aquí cito al personaje genial que es Susan Calvin:
    "-¿Intuición femenina? ¿Para eso queríais el robot? Menudos sois los hombres. Os enfrentáis con una mujer que ha llegado a una conclusión correcta e incapaces de aceptar el hecho de que es igual o superior a vosotros en inteligencia, inventáis algo llamado intuición femenina." 
    Susan Calvin se encierra en la oficina y revisa documentos, cintas y datos, al cabo de tres cuartos de hora sale de allí dentro: 
    "-Lo que te pasa a ti Peter es que cuando piensas en un testigo de una declaración planetológica, piensas en planetólogos. Divides a los seres humanos en categorías, menospreciando y desdeñando a la mayoría de ellos. Un robot no puede hacer esto. La Primera ley dice: un robot no puede causar daño a un ser humano, o por medio de la inacción permitir que un ser humano sufra daño. Ningún ser humano. Esta es la esencia del punto de vista robótico [...] Para un robot todos los hombres son completamente iguales y, para un robopsicólogo que debe forzosamente tratar con robots a nivel robótico, todos los hombres son completamente iguales."
    La cuestión es que el único testigo no es un planetólogo y Susan lo sabe. Sabe quién ha oído el preciado resultado que Jane dijo, quién sabe cuáles planetas son susceptibles de ser habitados y en qué galaxia se encuentran, dominados por qué estrellas. Está absolutamente segura de que el que trasladaba a Jane y al robopsicólogo, un camionero, es el testigo. 
""-¿Pero cómo puedes estar segura? 
Susan tuvo la tentación de decir: Porque he llamado a Flagstaff, estúpido, porque he hablado con el conductor, y porque me ha contado lo que oyó, porque he consultado la computadora de Flagstaff y he sacado las tres únicas estrellas que encajan con la información, y porque tengo sus nombres en el bolsillo. ....Pero no lo hizo. Que lo descubriese por sí mismo. Con sumo cuidado, se puso de pie y dijo sardónicamente:
-¿Cómo puedo estar segura...? Llámalo intuición femenina."