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Sugerencia de la semana: Noche en el hotel, Slawomir Mrozek (microcuento)

viernes, 26 de noviembre de 2010

El crimen de lord Arthur Saville, Oscar Wilde


    En realidad la edición que leí es la de Nuevo siglo, biblioteca 100 x 100, nada más que encontré escaneada de manera más prolija esta otra portada. ....Se lo ubica dentro del decadentismo (un movimiento que conserva cierto tinte del romanticismo, cierta tendencia al desarreglo de los sentidos, al sensualismo y al hedonismo, y que muestra desdén por la moral burguesa y la hipocresía del centelleante ocaso del poder de las clases aristocráticas, para decirlo de algún modo). Conserva vetas del parnasianismo y del simbolismo. ....Wilde acusa con cinismo la hipocresía, las falsas y vacías relaciones, las inconsistencias, envueltas siempre en un aura protocolar halagüeña, de trato empalagosamente cortés. ....Su biografía explica, en parte, la irreverencia de su prosa. Irlandés en Gran Bretaña, homosexual, decadentista, dandy de la Belle époque. Etapa esta en que surge la palabra confort, lapso también denominado la danza sobre el volcán, por eso que se fragua, latente, debajo de tanta opulencia, esteticismo y optimismo, y que no es nada menos que la Primera Guerra Mundial que ha de dar por tierra con la prosperidad y también con el arte por el arte mismo. ....Son dos corpus que se agrupan bajo el título de El crimen de lord Arthur Saville. El primer corpus se subtitula: El crimen de lord Arthur Saville y otros cuentos, y el segundo El príncipe feliz y otros cuentos. Es una relectura que no me arrepiento de hacer, ya que me había olvidado de gran parte de estos relatos, de sus detalles y de sus frases abrasivas. ....En azul, los que más me gustan.
El crimen de lord Arthur Saville y otros cuentos
    El crimen de lord Arthur Saville: ¿Hasta dónde llega el poder adivinatorio de la quiromancia? Creo que en este cuento se encuentra cierto cuestionamiento acerca de lo que los adeptos a las artes adivinatorias no se ponen a cuestionar: ¿Cuánta relevancia tiene el propio papel del consultante en el cumplimiento de las profecías que se le revelan? ¿Realmente es la anticipación de un destino implacable o es la sugerencia que el propio cliente se predispondrá a cumplir a raja tabla? ....Puedo citar de este relato la siguiente línea: .......nada se parece tanto a la inocencia como la indiscreción.
    El fantasma de Canterville: He aquí un fantasma frustrado en su más elemental tarea: la de asustar. Es uno de sus cuentos más conocidos. Una familia americana compra una casa en Inglaterra advertida por el propio vendedor acerca del fantasma que la habita. El materialismo de esta familia, la incredulidad, un pragmatismo acérrimo y una superficialidad campante*, hacen que todo esfuerzo del espectro por asustarlos sea infructuoso. El pobre fantasma de Canterville termina siendo presa de los sustos cuando los gemelos de la familia le tienden trampas para aterrarlo y divertirse a su costa. 
    La esfinge sin secreto: Es un relato corto en donde queda retratada una especie de estereotipo de la época, una época en que el misterio era, si no un atributo primordial, algo muy deseado, algo que procurar o aparentar. ....En la sociedad de la época pervivía cierto rasgo victoriano del romanticismo tardío que fue el exotismo. 
    El modelo millonario: Este es de final feliz. El personaje principal es recompensado, por un extraño malentendido, luego de mostrarse generoso con un mendigo. Hay una crítica solapada al requisito imprescindible que es la solvencia, y que se exige en un candidato a matrimonio.
El príncipe feliz y otros cuentos
....Todas fábulas (a excepción de El amigo fiel) 
    El príncipe feliz: Es la fábula de un príncipe esculpido en oro (una estatua) y de una golondrina. El oro no hace la felicidad, pero algunos políticos piensan que sí y contemplan extasiados el monumento. El príncipe, sin embargo, se siente triste, porque su vista, que llega muy lejos, capta mucha pobreza y ruindad, una pobreza que su propio oro sería capaz de paliar. La golondrina, la verdadera altruista de esta narración, está allí para ayudarle. 
    Creo que Wilde cuestiona la frivolidad en varias ocasiones. En este caso, cuando los funcionarios del relato desechan la estatua porque ha dejado de ser bella. ¿O es que cuestiona el criterio estético? También esto se va a ver en el cuento que sigue, cuando se acuse, injustamente, al ruiseñor de ser un mero esteta del canto, incapaz de sacrificarse por otra persona. 
    El ruiseñor y la rosa: Opino que quien no haya leído este relato, debe hacerlo, porque es una narración exquisita. Versa sobre el sacrificio de un pobre ruiseñor por ayudarle a conseguir una rosa roja a un enamorado cuya aceptación depende de esa flor. Es un cuento que se me antoja duro. Se le puede leer a los niños, sin embargo. Habría que leérselo a los niños, de hecho, así sienten un poco de compasión por los pájaros y a lo mejor se evita que anden tanto con gomeras vulnerando la ley 14.346 y tanto más la Ley 8625/97 (de Córdoba, ¡por qué será que aquí necesitaron promulgarla!) que nadie se interesa en hacer cumplir, y la mayoría ni sabe que existen. ....Por otro lado, es un manifiesto contra la futilidad y los convencionalismos, contra eso que se dice amor y que exige una rosa roja irrevocable y caprichosamente. 
    El gigante egoísta: Es un cuento moralista sobre el egoísmo de un gigante que no quería compartir su florido jardín con los niños. Finaliza con una alusión claramente cristiana. 
    El amigo fiel: La moraleja está menos visible. Me gustó mucho. Es una crítica a la falsedad y, sobre todo, a la argucia de la oratoria, esa virtud adquirida que consiste en sostener aberraciones con tono de sabiduría, con total impunidad, y hacer que se festejen. Es, al igual que en el caso del ruiseñor, la historia de un sacrificio en vano y de mucha ingratitud, amén de falta de consideración y de un severo déficit de empatía. 
    El famoso cohete: Este me gustó para dárselo a leer a aquellas personas (que abundan, ¿o será mi percepción, una idea mía?) que ponen su vida como ejemplo, se jactan, y les es imposible dar consejos sin colocarse de modelo. Aquí una cita de lo que dice el cohete famoso: ....La única cosa capaz de sostenerle a uno en la vida es el estar convencido de la enorme inferioridad de todos sus semejantes, y yo siempre he cultivado ese sentimiento. 
    Un fragmento del diálogo pirotécnico que me pareció de lo más divertido, sagaz y crítico: 
    "-Pues, como os iba diciendo-continuó el cohete- ¿Qué es lo que os iba diciendo? ....-Estabas hablando de ti mismo-replicó la candela romana. ....-Por supuesto. Ya sabía yo que hablaba de algo interesante cuando me interrumpieron de forma tan grosera. Odio las groserías y los malos modales, porque soy de lo más sensible. No hay persona en el mundo tan sensible como yo. Estoy completamente seguro. 
    -¿Y qué es una persona sensible?-preguntó el petardo a la candela romana. ....-Una persona que, porque ella tiene callos, anda siempre pisoteándole los pies a los demás-le respondió la candela romana en un susurro; y el petardo, casi estalló de risa.
    El buen manejo de la ironía y del sarcamo, la puesta en ridículo, la atentación contra falsas suposiciones y prejuicios, así como las delicadas imágenes sensoriales y el buen fluir de la prosa, hacen que estos textos sean recomendables siempre, y que no pierdan su vigor. 
    *Características que asoman en la población a partir del auge de la tecnología y la creciente validación de la ciencia. ....Aconsejable también: La importancia de llamarse Ernesto (drama) y El retrato de Dorian Gray (novela).

viernes, 12 de noviembre de 2010

Final de juego, Julio Cortázar

....Está dividido en tres partes numeradas. La naturaleza de los relatos es muy variada, una amplia gama para elegir. Ni siquiera esa agrupación en I, II y III logra, a mi juicio, conferir unidad temática o estructural a los relatos. Creo que es un tuti fruti, pudiendo poner en conjunto los cuentos cuyo discurso es típicamente dialectal, oral por un lado; los cuentos más juveniles, cuyo tópico tiene que ver con las primeras decepciones (incluso aquellos que, no habiendo personajes juveniles, asumen ese tipo de chasco) y los relatos de corte netamente fantástico, que van encaminados hacia la disolución de los límites entre lo verista y lo irreal, Cortázar ha elegido mezclarlos. Ya conocemos que fue un apologista del desorden, y eso se verifica bien en esta maraña de relatos que parecen haber sido concebidos en distintos tiempos y en disímiles arrebatos. Es para disfrutar, para salirse de estructuras preconcebidas, para dejar de esperar el orden, el encasillamiento y la pulcritud que a la postre, aburren. ....El lenguaje descontracturado, la perspectiva pluridimensional, el desacartonamiento, el factor lúdico, la irrupción del mise en abyme ("escritura en abismo", esa manera de apilar un relato en otro, o a partir de otro o a modo de cajas chinas, incrustándolos), la ambición de hacer trabajar al lector, los espacios vacíos para rellenar, son cualidades marcadas en la prosa de este autor. Personalmente, me gusta más el primer corpus, subtitulado, sencillamente I:
....Continuidad de los parques: un relato breve en que los límites de la realidad y de la ficción narrada se entrelazan. Algo que no hay que dejar de leer, ni de releer de vez en cuando. La metaficción cortazariana es una puñalada sorpresiva. ....No se culpe a nadie: Es la descripción pormenorizada de las complicaciones que surgen al ponerse un pulóver. Una alegoría de algún vicio de la vida en el que las manos del protagonista ocupan un papel importante en la tarea y terminan confrontándolo al enemistarse entre ellas. ....El río: Un relato corto, extraño, en el que los recuerdos, las imágenes poéticas y los pensamientos del relator se confunden con lo que está sucediendo durante un amanecer en pareja. Hay como un final que, sin ser violento, sugiere un crimen. ....Los venenos: Este cuento se me ocurre inocente, envuelto en esa candidez de los primeros amores, de los primeros sentimientos y defraudaciones. Es la historia de una invasión de hormigas y de los venenos para combatirlas, mezclado esto con escenitas de sobrentendidos y de guiñaditas, y de un tercero en discordia.
....La puerta condenada: Se trata de un hombre que se aloja en la habitación de un hotel que tiene una puerta extra, además de la principal, vedada por un ropero. Dicha puerta comunicaría en otros tiempos una habitación con otra. Cada noche, nuestro personaje no puede dormir por culpa de un persistente llanto de niño seguido de los arrumacos de su madre en el afán de calmarlo. El problema es que la mujer que ocupa la habitación contigua no tiene ningún niño. ....Las ménades: el protagonista va a ver una orquesta. El aclamado maestro es aplaudido por un público vehemente. Este, que no lo había leído con anterioridad me hizo acordar a cierta escena final del cuento de Samanta Schweblin: La pesada valija de Benavídez. ....De todas maneras, esos rostros rubicundos, esos cuellos transpirados, ese deseo latente de seguir aplaudiendo aunque fuera en el foyer o en el medio de la calle, me hacían pensar en las influencias atmosféricas, la humedad o las manchas solares, cosas que suelen afectar los comportamientos humanos [...] era entre conmovedor e irritante ver el entusiasmo del público por lo que acababa de escuchar [...] Me dolía un poco no estar en el juego, ver a toda esa gente desde fuera, a lo entomólogo. ....Parece una crítica velada al halago fácil en el que suelen caer los consumidores del arte, ese afán halagüeño que despierta en las masas lo ya conocido, lo trillado, lo previsible. Hay solo un viejecito sentado tranquilo que no aplaude. ....Hubiera querido sentarme a su lado, hablarle, alguien que no aplaudía esa noche era digno de interés. ....Pero estos consumidores de arte, en su vehemencia, se aproximan en grupo al escenario, se suben, acosan a los músicos, que intentan huir, y rompen sus instrumentos contra el suelo. ¿Será que para que haya nuevo arte es preciso liquidar el arte viejo? Quién sabe. Yo lo interpreté de ese modo, hasta me pareció ver insinuado cierto canibalismo en esa persecución. Es un cuento interesante de analizar y de interpretar, sin olvidarse claro, del título que alude al mito en que las Ménades despedazan a Orfeo porque éste ha rechazado el culto a Dionisios en favor del culto a Apolo. Ya sabemos lo que simboliza Dionisios, además del vino y de los bacanales y de los excesos, encarna lo instintivo, lo improvisado, lo natural, lo exuberante, lo barroco, la inspiración, el desorden, en contraposición con Apolo, que encarna la parquedad, la racionalidad, lo reglado y ordenado, el artificio, lo sobrio, el trabajo creador (por encima de la inspiración creadora). ....No olvidemos que a Cortázar le gustaba el jazz, ese ritmo espontáneo, sin parámetros establecidos, que tiene por toda pretensión la búsqueda del swing, algo aleatorio. Prefería el desorden, en su sentido más amplio. En un capítulo de Rayuela habla del orden y de la limpieza como un signo del miedo a la muerte, en lo que tiene de lucha contra el abandono. Pero a la vez, es el desorden lo que indica que hay vida, que hay inquietud, que algo se agita en el fondo, que las cosas no deberían hacerse de manera maquinal y sistemáticas si estamos vivos. Los cronopios, esos seres desordenados y húmedos. Además, también eran verdes.
II
....El ídolo de las Cícladas: dos antropólogos encuentran una estatuilla antigua, y de allí en más se desata un suerte de conexión con el ídolo que ella representa, hay una regresión mental por parte de uno de los personajes que culmina en un sacrificio sangriento. ....Una flor amarilla: Es el relato de un hombre que encuentra en un niño su doble exacto, un calco de su persona cuando tenía la misma edad, y las similitudes no quedan en lo físico, se extienden a lo circunstancial y a lo vivido. ....Un pequeño error en el mecanismo, un pliegue del tiempo, un avatar simultáneo en vez de consecutivo. ....Sobremesa: Este cuento me encantó. Utilizando el género epistolar, da vida a una serie de cartas de amigos, una que va con una inquietud y otra que vuelve con una respuesta incrédula y tajante. Son cinco en total. El discurso cuidadoso y culto de los emisarios tiene una gracia muy particular cuando se trata de tocar un asunto delicado, del cual nos dan pistas, pero nunca queda del todo explícito y el lector deberá inferirlo lo mejor que pueda. ....La banda: Es el relato de un hombre que va a ver una función en el Ópera y se encuentra con un público poco adecuado a la situación. Luego se lleva el fiasco de una banda de música muy del gusto del auditorio en cuestión. Y para peor, hace un descubrimiento de su propia existencia que no es muy ameno. ....Los amigos: Un cuento bastante corto, en el que se planea un crimen y finalmente se lleva a cabo. El título parece reírse al final del cuento, con su cuota de sarcasmo. Alude sin duda a las conveniencias de la amistad y a sus consecuentes desentendimientos. ....El móvil: en este relato hay una fuerte irrupción del lenguaje oral, mechado de lunfardismos, modismos, sociolectos, etc, leemos las peripecias de un amigo vengador que se embarca porque supone que el asesino de su camarada arribó a cierto lugar, y va tras él. El tema se complica un poco al final, y hay que leer bien atento a esas ambiguas líneas que cierran la narración, pues parece que aquí el móvil con que se despacha a bordo a un sujeto presuntamente culpable, no está nada claro y hay que buscar las razones en un lío de amores. Algo así como que el justiciero termina haciendo lo mismo que el asesino de su amigo... ....Torito: seguimos con la narración en lenguaje coloquial, esta vez son las remembranzas de un boxeador desde su cama de hospital, muchos años después de haber dejado su juventud.
III
....Relato con un fondo de agua: Esta narración está en segunda persona. Es de un tipo que vive aislado en algún lugar selvático o en el medio del monte y recibe regularmente a un viejo amigo que viene a visitarlo. Es la confesión de algo, la implicancia de un sueño, lo que pasó realmente con otro amigo llamado Lucio en el pasado. Los límites de la realidad y de la fantasía se chocan, y hay un aura de extrañamiento que envuelve la atmósfera. ....Después del almuerzo: el relator es un niño que es obligado por sus padres a sacar a pasear a algo o alguien de quien se avergüenza. Ese ser es una incógnita que no se resuelve, no se sabe si es una especie de monstruo o un simple animal, si es real o es una simple metáfora. El espacio queda vacante para que cada lector lo intuya. ....Axolotl: la existencia de los animalillos estos, metidos en un espacio muy pequeño y quietísimos, obsesiona a cierto visitante del museo. Finalmente, siente una conexión con ellos, algo que lo lleva a convertirse en ellos, hay como una bifurcación de la persona del protagonista, pues se queda en la jaula de vidrio junto a ellos, siendo uno más, pero también se va consigo mismo, tal como ha venido. Se puede interpretar como algo latente que por fin el protagonista descubre y encierra en el axolotl: Eran larvas, pero larva quiere decir máscara y también fantasma. Detrás de esas caras aztecas, inexpresivas y sin embargo de una crueldad implacable ¿qué imagen esperaba su hora? ....La noche boca arriba: en éste el narrador se ve envuelto en un accidente de tránsito tras intentar esquivar a una señora con su motocicleta. Cae y se fractura la pierna. Es llevado en una camilla, boca arriba, hacia el hospital. Pero en ese trajín, se duerme varias veces y sueña: ....Y todo era natural, tenía que huir de los aztecas que andaban a caza de hombre y su única probabilidad era la de esconderse en lo más denso de la selva cuidando de no apartarse de la estrecha calzada que sólo ellos, los montecas, conocían. Para quien no haya leído nunca este cuento, será interesante, sobre todo el viraje final. ....Final de juego: este relato se me antoja empaquetarlo junto con Los venenos y Después del almuerzo, porque sus relatores y protagonistas principales son niños o adolescentes, y deja entrever un fondo de inocencia quebrada, algo como la candidez y el fiasco, los primeros fiascos. En éste en particular hay tres jovencitas de unos trece años que terminaron la primaria, pero no pueden hacer la secundaria (las causas no se explican, pero creo que se infieren, si contextualizamos la escritura, una época en que era raro que alguien hiciera estudios superiores) y se ponen a jugar un extraño juego que consiste en hacer de estatuas o de actitudes. Para ello sortean turnos, se disfrazan y actúan. ....La vergüenza y el miedo eran fáciles de hacer; el rencor y los celos exigían estudios más detenidos. ....El revés sobreviene cuando un espectador impensado deja caer del tren un papelito.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Las pequeñas memorias, José Saramago

    Si quieren conocer cómo eran los tiempos de antes, y cómo se las arreglaban las familias de escasos recursos que vivían tanto en el campo en una pequeña choza de adobe y paja así como, en zona urbana, rentando habitaciones "con derecho a cocina" o compartiendo vivienda y gastos con otras familias, lean estas memorias.
    No es una sucesión cronológica de hechos, es más bien un fluir espontáneo de recuerdos de la infancia y de la adolescencia, de allí el título de pequeñas memorias. ....Las evocaciones se hilvanan en desorden, emanan desde el capricho de la mente, eso que nos da por recordar esto o lo otro de manera arbitraria. Va para atrás y para adelante en el tiempo sin el menor problema.
    Como es una obra autobiográfica, carece del alto vuelo imaginativo que tienen sus otras novelas, pues aquí se ve limitado por los hechos y lo que de ellos recuerda. Diría que es un libro recomendadísimo para quienes tengan entre sus escritores preferidos a José de Sousa, que este es el verdadero nombre del autor, a quién un empleado del registro civil, algo borracho a la hora de anotar al niño, le adjuntó detrás del apellido real el apodo por el cual se conocía a la familia en la aldea: Saramago (en español Jaramago) bautizándolo para siempre con el que sería, más adelante, un prestigioso nombre literario.
    Creció en una familia de bajos recursos, padre policía y madre ama de casa. Su único hermano, Francisco, murió a la edad de cuatro años, víctima de una enfermedad infantil. Su niñez y parte de su adolescencia es la historia de traslados constantes de una casa a otra, un promedio de una mudanza al año.
    Se inicia en la religión porque en uno de los cambios domiciliarios les toca compartir techo y gastos con una familia en cuyo seno vivía una mujer que le sugirió a la madre de Saramago que ya era hora de que el niño haga su comunión. Así la describe Saramago a su madre ante la sugerencia de la vecina: escéptica por indiferencia. Así es, su madre, escéptica por indiferencia, le dice que sí, que le da permiso para que lleve al chico a adoctrinar.
    A los abuelos paternos los describe como fríos y vacíos de afecto. El verdadero solaz donde este niño va a disfrutar algunas temporadas es a la casa de sus abuelos, perdida en el campo. Una vivienda precaria, sin ventanas, de adobe y paja, donde todo es sinceridad y nada se oculta, donde el niño aprende las tareas del campo y la sencillez y humildad del carácter de sus abuelos.
    "...en una época como esta nuestra en que a los cinco o seis años, cualquier niño del mundo civilizado, incluso sedentario e indolente, ya ha viajado a Marte para pulverizar a cuantos hombrecitos verdes le salieran al paso* [...] Al lado de tan superiores hazañas el muchachito de Azinhaga sólo podría presentar su ascensión a la punta extrema del fresno de veinte metros [...] Poca cosa, es verdad, pero me parece más que probable que el heroico vencedor del tiranosaurio ni siquiera sería capaz de atrapar una lagartija con la mano."
    Habla de su temor a los perros, iniciado durante su niñez a raíz de una confrontación al penetrar el pasillo de la dependencia, un edificio re- alquilado entre muchas familias.
    Una de sus pesadillas recurrentes:
.......me veía encerrado en una habitación de forma triangular donde no había muebles, ni puertas, ni ventanas, y en un rincón cualquier cosa (lo digo así porque nunca conseguí saber de qué se trataba) que poco a poco iba aumentando de tamaño mientras sonaba una música, siempre la misma, y todo aquello crecía y crecía hasta arrinconarme en la última esquina, donde por fin despertaba.
    Las anécdotas van de lo gracioso a lo tragi-cómico, pasando por lo desconcertante.
.    "...la bofetada era un instrumento indispensable en los métodos educativos vigentes [...] la aciaga palabra era acelga, que él pronunciaba acega. Bramaba el tío: ¡Acelga, so bruto, acelga!, y Leandro ya a la espera del sopapo, repetía: Acega. Ni la agresividad de uno, ni la angustia del otro merecían la pena, el pobre chiquillo, aunque lo mataran, diría siempre acega. Leandro, claro está, era disléxico"
    Este episodio del que pego a continuación un fragmentito me gustó en particular, porque la verdad, cuando oigo decir a alguien eso de que en mis tiempos no pasaba refiriéndose a una cosa tenida por indecente siempre medito ¿no pasaba o pasaba a ocultas? Mi abuela lo decía con más precisión, porque ella decía esto en mis tiempos no se oía. Y sí, se ocultaba, qué se va a oír . Aquí Saramago con su delicada ironía final, me hace pensar que ando en lo cierto:
    "También fue en la calle Padre Sena Freitas donde dormí (o no dormí) parte de una noche con una prima [...] acostados en la misma cama, ella de la cabecera a los pies, yo de los pies a la cabecera. Precaución inútil de las ingenuas madres [...] dimos comienzo a una minuciosa y mutua exploración táctil de nuestros cuerpos [...] Fingíamos dormir como angelitos cuando, iba ya la noche bien entrada, la tía María Mogas vino a recogernos a la cama para regresar a casa. Aquellos sí eran tiempos de inocencia."
    Aquí se resume una duda que solemos tener las personas respecto de los recuerdos, sobre todos los más antiguos, aquellos que vienen de la infancia:
    "A veces me pregunto si ciertos recuerdos son realmente míos, si no serán otra cosa que memorias ajenas de episodios de los que fui actor inconsciente y de los que más tarde tuve conocimiento porque me los narraron personas que sí estuvieron presenten, si es que no hablaban, también ellas, por haberlas oído contar a otras personas."
    Primer libro que lee José Saramago: A Toutinegra do Moinho, de Émile Richebourg.
....Hay nostalgia a la hora de plasmar muchas líneas, el lector puede percibir esto como un ligero temblor de dubitación, como una añoranza, como la nostalgia del paraíso perdido o a punto de perder. Frecuentemente hay una afirmación que se repite casi obsesiva, yo te recuerdo, yo la recuerdo, yo los recuerdo, que creo parten de la certeza de que esas imágenes, esos recuerdos, esos hechos, están grabados en la cabeza del autor y de nadie más y que, al morir, desparecerán con él. Vean esto, me conmovieron estas líneas:
    "Tú estabas, abuela, sentada en la puerta de tu casa, abierta ante la noche estrellada e inmensa, ante el cielo del que nada sabías y por donde nunca viajarías, ante el silencio de los campos y de los árboles encantados, y dijiste con la serenidad de tus noventa años y el fuego de una adolescencia nunca perdida: El mundo es tan bonito y yo tengo tanta pena de morir. Así mismo. Yo estaba ahí."
    Escenas de la vida cotidiana en casa de los abuelos maternos:
    "Entre los lechoncitos acabados de nacer aparecía de vez en cuando uno que otro más débil que inevitablemente sufriría con el frío de la noche, sobre todo si era invierno, y podría serle fatal. [...] Todas las noches mi abuelo y mi abuela iban a las pocilgas a buscar los tres o cuatro lechones más débiles, les limpiaban las patas y los acostaban en su propia cama. Ahí dormían juntos, las mismas mantas que cubrían a los humanos, cubrían a los animales, mi abuela de un lado de la cama, mi abuelo del otro y, entre ellos, tres o cuatro cochinillos que creerían que estaban en el reino de los cielos..."
    El inquietante caso de la tía Emídia, persona de edad, que había venido a casa de los Saramago por unos días y vendía golosinas en un puestito en la calle. Una mujer a la que le gustaba el alcohol:
    "Un día las mujeres de la casa la encontraron tendida en el suelo de su habitación, con las piernas abiertas y las sayas levantadas, cantando no me acuerdo qué, mientras se masturbaba. Yo también acudí a curiosear, pero las mujeres formaban una barrera y apenas pude percibir lo esencial... Debía de tener unos nueve años, no más."
    Al final del libro hay fotografías explicadas de puño y letra por José Saramago. Contaba con pocas imágenes de su niñez y de su juventud, razón por la que si se busca en google imágenes de dicho escritor, solo aparecen las que lo muestran de edad avanzada. Las pocas que hay de etapas más tempranas de su vida, las adosó a sus Pequeñas memorias. Resalta la adoración que sentía por su madre y por sus abuelos maternos.
    En aquellos tiempos esto tampoco pasaba. Pero pasó:
    "Yo tendría, creo, entre los dos y tres años. Un poco alejado de la casa (todavía estábamos viviendo en la calle E), había un montículo de caliza abandonado de alguna obra. A la fuerza (mi débil resistencia de nada podía servirme), tres o cuatro niños ya crecidos me llevaron hasta allí [...] me bajaron los pantalones y los calzoncillos y, mientras unos me sujetaban los brazos y las piernas, otro comenzó a introducirme un alambre en la uretra.[...] Tal vez la sangre abundante que comenzó a salir de mi pequeño y martirizado pene me salvara de lo peor. Los mozalbetes se asustaron, o tal vez pensaron que ya se habían divertido lo suficiente, y huyeron."
    .Finalmente, queda por decir que muchas de las personas que se ven fugazmente esbozadas en este libro dejaron una huella profunda en el niño o jovencito que en ese tiempo era el autor, y determinaron aficiones, oficios, inquietudes, modos de ver, de sentir y de pensar que se pueden rastrear, aunque levemente, en sus novelas ficcionales.

*Se refiere al mundo virtual, a los videogames.