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Sugerencia de la semana: Noche en el hotel, Slawomir Mrozek (microcuento)

viernes, 25 de febrero de 2011

Los gallinazos sin plumas, Julio Ramón Ribeyro

Leer el cuento: Los gallinazos sin plumas
Editado en 1955 por primera vez, contiene ocho cuentos, de los cuales el más célebre y destacado es el homónimo: Los gallinazos sin plumas, que es un clásico de la literatura peruana y, por eso, lectura obligada para los escolares de dicho país.
Esta edición ya no se encuentra a la venta, y el libro se ha dejado de editar. Los cuentos que lo componen, juntos con otros, han sido recopilados en cuatro tomos llamados: La palabra del mudo I, La palabra del mudo II, La palabra del mudo III y La palabra del mudo IV. Actualmente existe también un solo volumen titulado sencillamente La palabra del mudo, que agrupa los cuatro mencionados. 
La prosa de Ribeyro hace recordar un poco a la de Horacio Quiroga, por su descarnado realismo y por su manera de exponer crudamente las miserias humanas. Sin embargo, creo ver en él cierto matiz de humor, cierto dejo de rechazo y de inconformidad, más que la aceptación de una fatalidad inviolable. Se percibe también cierta queja estridente que apunta a zamarrear al lector o a despabilarlo aventándole un balde de agua fría. Hay un desencanto general con la humanidad. En cuanto a la forma, evita todo comentario del relator, depura la prosa de subjetivemas y se aplica en mostrar un pedazo de la realidad con el rigor de un buen observador. No oso decir con "objetividad", ya que está harto demostrado que ésta no existe, bien lo señala Terry Eagleton cuando dice: Todas las declaraciones descriptivas se mueven dentro de una red de categorías de valor. ....Ribeyro tipifica a la humanidad, presenta las variadas psicologías de los habitantes de la Lima de mediados del siglo XX, el contraste de las clases y la pobreza de los trabajadores.
Se lo ubica dentro del llamado Realismo Urbano y, paralelamente, dentro de la Generación del 50. Este tipo de realismo recurre siempre a la temática urbana, al bajo fondo y al costumbrismo, asi como también a la descripción, con el fin de otorgar veracidad a lo narrado. Este movimiento se fragua dentro de este contexto : ...."El cambio socio-económico producido por la modernización de los años 40 y 50 convierte a Lima en una gran urbe inhumana donde confluye el avance migratorio de los habitantes empobrecidos de las provincias y sobre todo de la zona andina"
La obra cuentística de Julio Ramón Ribeyro, Magdalena Tomanová.
La capital no es capaz de abarcar a toda esta masa y se crean las barriadas, suburbios miserables donde predomina el desempleo, la delincuencia, el hambre y la angustia. Sus personajes son de clase media o baja, la mayoría marginales, frecuentemente son timados en su buena fe o sufren rotundos y repetidos fracasos. Trata el tema de la migración desde el campo hacia la ciudad, del rechazo de los habitantes de Lima hacia los cholos o los serranos. Las crisis, los incidentes determinantes, las estafas, las mañas de la sociedad dominante sobre la sociedad dominada, el machismo, se ven reflejados en estos cuentos, contados con sencillez y algún grado de ironía. 
Si en Los gallinazos sin plumas se expone la explotación y el maltrato de menores, en Iterior "L" se manifiesta la instigación a la prostitución y la expropiación de bienes femeninos por parte de padres o tutores.
Los gallinazos sin plumas es un relato de denuncia social que acusa el maltrato a menores en todos sus aspectos. Está magistralmente ejemplificada la violencia física, verbal y psíquica.
Este libro contiene los siguientes relatos: -Los gallinazos sin plumas -Interior "L" -Mar afuera -Mientras arde la vela -En la comisaria -Tela de araña -El primer paso -Junta de Acrededores

lunes, 14 de febrero de 2011

Remedio para melancólicos, Ray Bradbury

La imagen de portada puede prestarse a confusiones, pues no aparece ningún robot en este conjunto de cuentos y me pregunto para qué le estamparon uno. Sí, en cambio, hay mechados algunos relatos de ciencia ficción, entre una mayoría de fantásticos.
Son breves, impersonales, amenos, de lenguaje simple, para nada pretenciosos. Fluyen a un ritmo regular, sin estancarse en disquisiciones o apresurarse en vuelcos vertiginosos de trama. Los hay de humor, de picardía, de nostalgia, de equívocos y de amor. Todos ponen de manifiesto la gran capacidad imaginativa de este autor por crear situaciones absurdas o, por lo menos, poco comunes. Es sorprendente su habilidad para volver real y hasta táctil aquello que, de otra forma, quedaría relegado al plano de lo imaginario. Los relatos que bordean el tema del amor lo hacen sin empalagos y desde una perspectiva lúcida y desprovista de idealizaciones y de estereotipos. 
El título de la obra le hace justicia a los cuentos que contiene. Algunos incitan al lector a reir, otros a dudar, otros a imaginarse el futuro y otros abordan alguna determinada realidad humana desde un punto de vista filosófico, pero pragmático: poniendo el ejemplo de lo que sucede, graficando la consecuencia de la causa, examinando el resultado de eso que se deja transparentar o se menciona, sin entrar en tramos explicativos.
En una estación de buen tiempo: Un fanático del célebre Picasso se encuentra accidentalmente en una playa con el pintor. Este cuento, de alguna manera, expone la desesperación humana por capturar el tiempo y por preservar toda expresión artística, por más efímera que sea.
El dragón: Aquí hay un juego engañoso con el tiempo que, hacia el final del cuento, se descubre distinto del imaginado. Es un cuento con humor. 
Remedio para melancólicos: Una familia, desesperada por sanar a su hija de una enfermedad desconocida, decide sacar la cama con enferma y todo afuera, así todo el que pasa podrá opinar y recetar remedios que puedan ser la panacea. Una serie de graciosas peripecias se desarrollan a partir de ese hecho.
El fin del comienzo: Narra la expectativa de alcance espacial que tiene la humanidad a través de los padres de uno de los tripulantes de un cohete. Hay un planteo de renombramiento histórico.
Esta noche, pensó el hombre, aún cuando fracasemos esta primera vez, enviaremos una segunda y una tercera nave e iremos a todos los planetas. Esto, en realidad es el fin del comienzo, La Edad de Piedra, la Edad de Bronce, la Edad de Hierro; de ahora en adelante todas serán para nosotros el nombre único de un tiempo en que caminábamos por la tierra [...] La llamaremos, tal vez, la Era de la Tierra o la Era de la Gravedad [...] Por eso es tan terrible esta noche... Es el fin de la antigua gravedad del hombre. 
El maravilloso traje de helado de crema: Seis amigos hacen una vaquita para comprarse el traje por el cual deberán turnase. ....Ese traje que le pertenecía a todos, pero que también los contenía a todos. Ese traje que era... ¿qué? Un cortejo
Sueño de fiebre: Una curiosa historia en que un joven parece delirar cuando afirma que su mano ya no es la misma, que su cuerpo está cambiando, que algo ajeno lo sitia. Por la impotencia de la víctima, por el hecho tenebroso mismo y forma en que está narrado, podría clasificarse como cuento de terror. 
La componedora de matrimonios: Un matrimonio discute acerca de la vieja cama matrimonial, patrimonio de antiguos familiares. Él se niega a deshacerse y ella detesta la vieja cama, hasta que por fin, el mueble, muestra sus virtudes.
El pueblo donde no baja nadie: Una breve charla de pasajeros de tren, una incógnita: ¿cómo serán esos pequeños y aburridos pueblos en donde el tren nunca para? Uno de los pasajeros sucumbirá a la tentación de bajar a un pueblo de esos, donde se encontrará con un viejo en una desierta estación.
El aroma de la zarzaparrilla: Un anciano se mete a vivir al ático y pretende que ese lugar funciona como una máquina del tiempo, pues tantos son los trastos viejos que le traen recuerdos. Un buen día, el anciano desaparecerá. 
Ícaro Montgolfier Wrigth: Alguien que sueña consigo mismo, como desdoblado de sí mismo, despierta con datos de su existencia en eras pasadas. 
La peluca: Un hombre compra una peluca para esconder algo más que una calvicie: un hueco profundo, una secuela en el entrecejo, un tercer ojo delator. Hay un inquietante juego psicológico con los personajes en este relato. Algo que no termina de develarse, un lado oscuro delatado por el temor de la mujer hacia el personaje de la historia. 
Eran morenos y de ojos dorados: Es la historia de una metamorfosis ocurrida a una familia de terrestres que viven en Marte. Algo parecido al cuento "Sueño de fiebre". Está narrado con esa cuota de extrañamiento que asiste a las causas en las que sólo una persona se percata de un acontecimiento, mientras el resto parece tomarlo muy normalmente. La desesperación enterrada finalmente en la pasividad y en el olvido, esta descrita con mucha credibilidad. Es un olvido a causa de un recuerdo, el reemplazo de una memoria por otra. 
La sonrisa: Se hipotetiza un futuro en el que se desarrolla odio por la cultura y la civilización. En determinadas fechas, se expone una imagen pintada al público, para que éste pueda escupirla e insultarla. Resulta que la sonrisa en el retrato atrae la atención de un niño, que se niega a escupir. ....Tom recordó los festivales de los últimos años. El año en que rompieron todos los libros en la plaza y los quemaron y la gente estaba borracha y alegre. 
La primera noche de cuaresma: Nick, el amigo irlandés del relator, ha prometido para cuaresma abstenerse del cigarrillo. Es una persona calmada y pausada, tranquila y moderada en todo. ¿Por qué en cuaresma cambiaría? Tiempo de partir: El marido arma su maleta porque afirma que ha llegado su hora de muerte y quiere alejarse de la casa para morir, tal cual hacían ciertos hombres de ciertas tribus. Es un cuento cómico, con personajes bien delineados. 
Todo el verano en un día: En Venus el sol sale una vez cada cuatro años y por sólo dos horas. Los niños terrestres salen a verlo, obnubilados. Son niños que desean estar en la Tierra y envidian a una compañerita que pronto retornará al planeta de origen. La descripción de Venus, de sus árboles y de su clima, sin caer en la redundancia ni perderse en una profusión de adjetivos, me pareció perfecta. 
El regalo: En los cohetes no se puede subir con árboles. ¿Qué harán los padres de este niño que ha pedido un árbol para Navidad? 
El gran choque del último lunes: Un accidente fatal ocurre en los alrededores de una taberna. Todos se alertan cuando un accidentado entra sangrante. Los accidentes fatales entre bicicletas que impactan de frente, en este pueblo de Irlanda, se producen a cada rato. 
¡Al demonio con las intromisiones del gobierno! [...] "Vaya siempre de contramano, es más seguro", dicen. Mire ahora a estos muchachos, bien destrozados por todos esos embustes oficiales. ¿Por qué? ¿No lo ve usted? ¡Uno lo recordó, y el otro no! 
Los ratones: Una pareja de vecinos llama la atención por su gusto por vivir en la oscuridad y por su actitud huidiza.
La costa en el crepúsculo: Este cuento me gustó particularmente. Dos amigos, al parecer bastante distintos entre sí, están sentados en la playa cuando, repentinamente, los llama un niño, alarmado. Se trata de una sirena muerta en la arena. La manera vívida con la que describe el cuerpo de la sirena es tan convincente que, por un momento, pequeño, un segundo de distracción lectora, olvidamos que las sirenas son seres imaginarios. Así también lo creían los que la descubrieron, y sin embargo...
La ventana de color fresa: Una familia que añora el planeta Tierra pronto tendrá que contentarse con vidrio rosado que permita mirar el exterior árido de Marte teñido de una tonalidad rosada. 
El día en que llovió para siempre: El calor de este hotel en medio del desierto, perdido en la arena, se siente a medida que uno lee. La ansiedad de sus ocupantes por una lluvia y el hecho insólito que supone que permanezcan, a pesar de ello, son ingredientes que condimentan una historia bien contada. La lluvia se frustra el día que la esperan, pero mientras se lamentan, aparece una mujer en un automóvil, una jubilada, profesora de música que cambiará la situación de la manera menos esperada.

martes, 1 de febrero de 2011

Todos los fuegos el fuego, Julio Cortázar


Editado en 1966 por primera vez, despliega una rica gama estilística; va desde relatos medianamente realistas, como puede apreciarse en El otro cielo (apenas teñido de cierto retorcimiento en el lenguaje, de cierto enturbiamiento expresivo) o en La señorita Cora (un relato coral, con mucho lenguaje cotidiano) hasta cuentos manifiestamente fantásticos, como Instrucciones para John Howell o Todos los fuegos el fuego en los que la realidad y la ficción se entrelazan y se mezclan homogéneamente hasta ser una misma cosa. 
Esto último quizás sea la intención final de la obra en su totalidad, ilustrar por medio de un grupo de cuentos heteróclitos, que todo es una misma cosa, ya sea vista desde diferentes locaciones y en diferentes momentos históricos, contada de una manera verista o caprichosa. El humano es predecible y su psicología, por más intrincada que sea, responde a parámetros, a viejos impulsos, a miedos ancestrales, a intereses universales que son, casi siempre, motivaciones individuales o ambiciones egoístas.
La autopista del sur: Narra lo sucedido durante un atasco. Al principio todo lo que ocurre es normal, verosímil, alguien que se baja del automóvil, alguien que pregunta quién puede tener agua, algunos que descienden, cansados de esperar. Pero el elemento fantástico es la duración misma del atasco y la especie de resignación a él. Se establece una verdadera convivencia, con todos sus matices y dramas. 
La salud de los enfermos: En esta casa la madre de estos tres hermanos es débil de salud, permanece en cama de manera crónica, aún así, es una mujer jovial y curiosa. El incidente sobreviene cuando uno de sus hijos muere trágicamente en un accidente de tránsito. El médico de la familia anticipa que será demasiado riesgoso decirle a la señora la verdad, con ese estado de salud tan delicado. Los disimulos, las excusas y los inventos, que cada vez requieren de más artimañas, tratarán de llenar el vacío que deja el hijo tan querido. Pero siempre las cosas se complican, pues el hijo escribe cartas, pero nunca se decide a regresar. ....Reunión: Se recrea un episodio en el que se alude de manera tácita al Che Guevara y quizás, si interpreté bien, a Fidel. Hay como una insinuación que puede ayudar para identificarlos, pasa que justo cuando andan en batalla se les da por ponerse otros nombres y, por supuesto, el relator nunca descubre los verdaderos. ....Y así al final me quedaré dormido, pero antes alcanzaré a preguntarme si algún día sabremos pasar del movimiento donde suena el alalí del cazador, a la conquistada plenitud del adagio y de ahí al allegro final que me canturreo con un hilo de voz, si seremos capaces de alcanzar la reconciliación con todo lo que haya quedado vivo frente nosotros. Aparece en este relato una buena gama de dialectismos y expresiones dialectales latinoamericanas. 
La señorita Cora: Un muchacho de quince años es internado por apendicitis. A partir de esto se relata las emociones internas del paciente, la enfermera y la madre del chico. Pero el relato está íntegro en primera persona, es un narrador múltiple. Se trata del relato introspectivo, de lo que piensan los personajes. No hay marcadores, ni puntos a parte que dividan o señalen los cambios de narrador, estos se hacen sin transición. Sin embargo se detectan sin esfuerzo porque el narrador pasa a ser objeto de contemplación o porque las circunstancias, puntos de vista o maneras delatan quién es el que habla. A menudo es el empleo de cronolectos o sociolectos lo que pone de manifiesto la identidad del hablante. Y digo bien al decir hablante, porque es un relato donde interviene fuertemente la oralidad. 
La isla al medio día: Trata de la obsesión de un hombre por una isla griega que observa regularmente desde las ventanillas del avión donde trabaja. 
Instrucciones para John Howell: Un espectador termina siendo involucrado en una obra de teatro. Le dan instrucciones vagas para protagonizar un papel y también le otorgan cierto campo de acción libre. Trata de rehuir y replica, él sólo ha ido a observar una obra.
"Pero yo no soy un actor". Todos, hasta la muchacha, sonrieron alentándolo. "Precisamente", dijo el hombre alto. "Usted se da bien cuenta de la diferencia. Usted no es un actor, usted es Howell". ....Los bordes de la realidad se pierden en la ficción. No se sabe cuál es el verdadero teatro, quién es el verdadero John Howell y qué es lo que está sucediendo. 
Todos los fuegos el fuego: Recomendado. Me gustó mucho. Es un cuento en el que se entrelazan accidentalmente dos historias, a través del tiempo. Por supuesto, al igual que en La señorita Cora, no hay marcadores, ni subtítulos, ni separación por párrafo que las delimite. 
¿Por qué todos los fuegos el fuego? Estimo que, además del fuego que se materializa de manera literal en la trama, se alude a eso que no cambia en el ser humano a través del tiempo, tanto en lo bueno como en lo malo, eso que es, sencillamente, la parte emocional, el motor, las pulsiones, la fracción sentimental que nos hace ser lo que somos, repito, para bien y para mal. Todos los fuegos están hechos de fuego, el fuego es siempre el mismo elemento, aunque lo aviven distintos combustibles o se lo aplique para distintas circunstancias. Esto no lo explica él, es divagación mía. Aunque ni tanto, creo que se desprende de la misma historia, dos casos paralelos de lo mismo, algo que no cambia en el tiempo: la pasión, la venganza, la traición. 
Mira su mano que ha acariciado distraídamente al gato antes de marcar las cifras (¿y no se oyen otras cifras en el teléfono, no hay una voz distante que dicta números a alguien que no habla, que sólo está allí para copiar obedientemente?) 
El otro cielo: Plasma una disyuntiva recurrente, la del hombre que está entre la libertad de lo casual o descomprometido, y el sometimiento a un plan de vida burgués que implica un matrimonio, un trabajo fijo y el ajuste a normativas preestablecidas. Tiene dos alternativas, pero en realidad una sola, a la que termina sucumbiendo.