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viernes, 9 de abril de 2010

Los relojes, de Agatha Christie

    Es imposible aburrirse de este libro y declinar la lectura una vez comenzado. La curiosidad mata al lector, la consabida pregunta de todo policial apremia: ¿quién es el asesino? 
    Escrito de momentos en tercera persona y por ratos en primera (cuando el investigador Hardcastle toma la palabra o cuando lo hace su colega y amigo Colin Lamb que, dado el azar, también oficia de testigo)la trama nos va envolviendo en un intrincado laberinto en el que, cada vez, resultan más personas involucradas. 
    Sheila Webb, una taquimecanógrafa, desempeña su trabajo en una empresa que se encarga de proveer de este servicio a quienes lo soliciten. Una mujer, que se identifica como Miss Pebmarsh, llama solicitando el servicio, pide especialmente por ella, deja explicito que la muchacha entre a su apartamento y la espere unos minutos de no haber llegado aún, la puerta estará abierta... 
    Así lo hace Sheila Webb, entra en la casa del cliente que ha pedido por ella a la hora pactada. En la sala de estar halla el cadáver de un hombre. Su cliente llega tras ella, se trata de una mujer ciega que, por poco, tropieza con el muerto. Sheila da un grito de terror y sale disparada del departamento, corre shockeada y se choca con un hombre: Colin Lamb, un agente secreto que, curiosamente, merodea por el lugar buscando cierto número que no logra encontrar en la calle Wilbraham Crescent. 
    Es asignado el caso al detective Hardcastle. En la escena del crimen hay cuatro relojes ajenos a la dueña del inmueble, la cual niega conocer al muerto y las circustancias que lo llevaron hasta allí. Miss Pebmarsh también niega haber hecho llamada alguna al Canvendish Secretarial & Typewriting Bureau para pedir una taquimecanógrafa, asi como también niega conocer a Sheila Webb. 
    El pasado personal de Sheila Webb lleva a sospechar de ella. Hardcastle se centra en la vida de Sheila. También interroga detalladamente a los vecinos del lugar. Hardcastle, hablando en primera persona, nos hace saber lo que piensa de cada uno de los testigos y nos pone de manifiesto su habilidad para distinguir arquetipos humanos. 
    Por supuesto, el caso no cierra por ningún lado, se plaga de elementos excéntricos, se complica con dos crímenes más, y termina siendo desentrañado por Hércules Poirot quién, ya retirado, escucha con atención la información que le administra Colin Lamb y lee con detenimiento los papeles del caso que se le proporcionan. Cómodo, en su casa, en su butaca, cierra los ojos, junta los dedos y medita. 
    Hay que escuchar con mucha atención a los vecinos... Alguien dio una clave y a Hércules Poirot no se le escapa. 
    A mí, simple lectora, sí. Necesité regresar a la página en donde la pista se hace evidente. 
    Al final , por supuesto, Hercules Poirot revela quién fue el asesino, por qué y cómo encajan las diferentes piezas, inconexas hasta ahora, del crimen.
    Es de rápida lectura, créanme, la rapidez es proporcional a la curiosidad del lector.

7 comentarios:

alba dijo...

Buen libro, como todos los de ella, me encanta. Me hizo pasar una temporada muy agradable con la lectura de sus libros.

Saludos

Nelson dijo...

No lo recuerdo con exactitud, pero fueron los primeros libros que leí o debo decir, devoré, y que me embarcaron de lleno en el suspenso. No debo haber tenido màs de 10 o 11 años. Mi viejo tenía una colección extensa de sus libros, y yo los leía uno por uno sin mayor demora. Han pasado algunos años y no he vuelto a leer nada de ella, espero que no me lleve ninguna sorpresa.

Este libro en particular no lo he leído, será, quizá, el motivo perfecto para retomar a Christie.

Anónimo dijo...

Nunca pasé de los primeros capítulos de las novelas de Christie. Y no sé por qué...

Saludos

Noelia A dijo...

No te preocupes, Dragón, eso que puse de que es "imposible" aburrirse de esta novela es un exceso de entusisamo por mi parte. Todos tenemos nuestros gustos y dis-gustos.
A mi me disgusta José Camilo Cela, y cuando tuve que leer un libro de él (el primero que intenté y el último) en el terciario, leí casi salteándome párrafos. Ni hablar del pobre Benito Pérez Galdós, entrañable, pero ese exceso de descripción cuando uno ya está habituado a otras lecturas más "nueva novela"...

Noelia A dijo...

Qué tipos de sorpresas, Hombre de Neanderthal?

Anónimo dijo...

A mi ma pasa lo que comentas sobre Cela con García Márquez...

Saludos

J.

Unknown dijo...

Alguien sabe dónde se puede ver la película entera los relojes de Agatha

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