Escrita en 1936, fue la primera obra del autor y despertó polémica por la crítica social que encarna. Redactada con lenguaje sencillo, ágil y fluido, diálogos profusos y descripciones ocasionales, es una novela que me resultó atrapante. Expone la vida de unos trabajadores del sur de Norteamérica en la época de la Gran Depresión (años treinta). Los sueños aparecen como medio de sobrellevar una rutina cotidiana, ardua y desesperanzada y contrastan con la realidad, una escena de campesinos sin techo, sin familias y sin otro destino que el de la dependencia laboral, la jornada agotadora y el futuro incierto, generalmente frustrante. Los campesinos son a menudo personas marginadas: negros, mutilados o viejos, gente que no tiene otro lugar donde vivir, que vaga de puesto en puesto. George y Lennie son un dúo inseparable que llama la atención en un contexto donde la individualidad es la norma. Lennie tiene un severo retraso mental, es inocente, pero robusto y enérgico, y a menudo es incapaz de controlar su fuerza. Fue confiado por su finada tía a George y éste se comprometió a cuidar de él, mas no teniendo hogar, debe llevarlo de un lado para otro y lograr que lo acepten como peón.
Hay también una versión clásica, filmada en 1939.
*Título tomado de un poema del escocés Robert Burns To a mouse:
Pero pequeño ratón, tú no estás solo,
en mostrar que la previsión puede ser vana.
Los mejores proyectos de hombres y ratones a menudo salen mal,
y no nos dejan más que amargura y dolor,
¡en lugar del placer que prometían!
A pesar de todo ¡tú estás bendecido en comparación conmigo!
A ti sólo te afecta el presente:
¡Pero oh! Yo miro atrás, en retrospectiva fría y sombría
Y hacia adelante, aunque no puedo ver,
¡Y especulo y tiemblo!
El mensaje final, íntimamente relacionado con el poema, es que ningún proyecto hecho por el ser humano es infalible, ya que el futuro es incierto, y que nadie puede estar preparado para el porvenir, pues éste siempre toma por sorpresa y obliga a redireccionar la marcha.
El carácter de cada personaje está bien definido, el escritor hace gala de una admirable facilidad para plasmar arquetipos. George y Lennie se emplean en un rancho para cargar bolsas de cebada, entre otras cosas. La serie de sucesos que se despliegan desde su llegada, y que culminan con su trágica partida, expondrán el entramado social. La pirámide de jerarquías y subordinaciones, los prejuicios raciales, la frialdad práctica y atroz, los estrictos códigos que rigen el trato entre hombres, son algunos de los aspectos que saltan a la vista. Hay sin duda una melancolía subyacente, un clima de decepción general que se mantiene a raya gracias a una chispa de esperanza y a la resignada obediencia que mantiene el orden, las estructuras de autoridad. Se me ocurre decir que es una narración de gente que sobra. La primera muestra de esta sobra se da cuando un perro viejo es ejecutado por uno de los compañeros de cuarto porque hacía mal olor y ya no servía para nada, frente a la impotencia del triste dueño que reniega de sacrificarlo pero no se atreve a oponerse.-No te lo quito para hacerte sufrir. Ese ratón se estaba pudriendo; y además, lo habías roto de tanto acariciarlo. Cuando consigas otro ratón más fresco, te lo dejaré un tiempo. Lennie se sentó en el suelo y dejó caer la cabeza, desconsolado. -No sé dónde habrá otro ratón. Recuerdo que una señora me daba ratones... Todos los que conseguía. Pero esa señora no está aquí. -¿Señora, eh? -se burló George-. Ni siquiera te acuerdas de quién era esa señora. Era tu tía Clara. Y ella misma dejó de darte ratones. Siempre los matabas. Lennie alzó tristemente la vista. -Eran tan pequeños -dijo, disculpándose-. Yo los acariciaba y enseguida me mordían los dedos, y yo les apretaba un poco la cabeza, y entonces se morían...
John Steinbeck
(California 1902-New York 1968)
Premio Nobel de Literatura 1962
Lennie, a causa de su retraso, no ha internalizado los patrones de conducta de su época, su moralidad se reduce a normas básicas, es por eso que no comprende que no debe hablar con ciertas personas, como por ejemplo, con el negro o con la mujer (sectores segregados de la sociedad, reducidos a meras posesiones). ....Luego de terminado el libro, me pareció que la fuerza bruta no debe de referirse a la del obvio fortachón, ese ser vulnerable, dependiente y enérgico que es centro del relato, ese niño-adulto que no tiene malas intenciones, sino mera torpeza física. La fuerza bruta es la que hay en torno, la que dicta sentencias, margina, golpea, explota y obliga a la gente a convertirse a la brutalidad como único medio para soportarla. Of mice and men* es el título original, cuya traducción literal es De ratones y de hombres (título que lleva la película rodada en 1992, protagonizada por John Malkovich, en el papel de Lennie y Gary Sinise, en el de George). El film es fiel y los diálogos son textuales, por lo menos en la versión doblada al español que he visto.-Oiga, ¿qué diablos le pasa a ese tipo? Lennie no le hizo nada. El anciano miró cautelosamente a la puerta para asegurarse de que nadie le escuchaba. -Es el hijo del patrón -contestó quedamente-. Es bastante peleador. Ha boxeado bastante. Es peso ligero, y bastante pendenciero. -Bueno, que sea peleador -admitió George- pero no tiene por qué meterse con Lennie. Lennie no le hizo nada. ¿Qué tenía contra Lennie? El barrendero reflexionó un momento. -Bueno..., te diré. Curley es como muchos otros hombres pequeños. Odia a los grandulones. No hace más que buscar pendencia a los grandulones. Como si se enojara con ellos porque él no es grande. Habrás conocido tipos así, ¿verdad? Siempre buscando pendencia.
5 comentarios:
A medida que iba leyendo tu entrada y descubriendo al Lennie que nos describes, iba pensando en el significado metafórico de la fuerza bruta de este personaje que, casi al final de tu post resumes perfectamente: esa fuerza bruta de Lennie no es tal, solo torpeza física que desencadena accidentes mortales (esos ratones) mientras que la fuerza bruta de los que le rodean es voluntaria, esplotadora y aniquiladora.
Creo que ese contraste que ha logrado el autor es muy acertado para poner de manifiesto esa crítica a la verdadera brutalidad del hombre.
Como siempre, estupendo tu análisis, Noelia, y el poema que cierra tu entrada, toda una verídica lección de vida.
Un beso y buena semana.
Gracias, Marisa, por pasarte siempre y dejar comentario.
Yo ando medio retrasada y a veces no contentesto los coments, pero siempre los leo con agrado.
Un beso grande y que comiences bien la semana.
Steinbeck es, definitivamente, un escritor a quien hay que tener en cuenta.
Hombre de Neanderthal, sep, sin duda.
La manera en como escribe , esa fluidez, te atrapa en un instante, así que me propuse leer el libro. Y fuera del mensaje que pudiera este dar, me atrajeron tanto los personas, y tal vez, esto suene casi común, pero no hay manera de dejar de identificarse , no en todo, pero de alguna u otra manera con el personaje. En este caso fue Lennin, que muchas veces comparandola con mi vida personal, muchas veces me vi en el libro. Y es de esta manera que creé una amistad con este personaje, que luego de leer el libro y saber de su final, sentí un gran dolor, sentí que perdí a un amigo muy cercano.
Es tan mágico y a la vez inexplicable sentir lo que siento. Pero puede decir que he llenado mi ser.
Hay tantas cosas que te puede ofrecer un libro. Vaya dichas que nos ofrecen nuestros amigos,"los escritores"
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