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sábado, 12 de marzo de 2011

Vibrador, Mari Akasaka

Escrita en primera persona, narra los sucesos desde un yo múltiple y perturbador. La relatora protagonista convierte la trama en una madeja de hechos, diálogos y pensamientos que no siempre están bien delimitados. Se trata de una periodista de treinta y un años cuya identidad se ve borrosa y alterada. Sufre de insomnio y recurre al vómito desde que, en una entrevista, una bulímica le comentó los efectos sedativos que éste poseía. Usa el alcohol para enmudecer las voces que oye dentro de su cabeza, que siempre opinan distinto. 
Si bien las escenas de sexo son explícitas, no creo que por contener dos de ellas se deba caratular al libro como literatura erótica. Hay dosis altas de erotismo, pero no es un libro que se aplique de lleno a ello. Al parecer, pertenece al género japonés denominado shi shosetsu (novela del yo), una clase de narrativa que admite tanto partes autobiográficas como ficticias. El título no remite a lo que parece remitir. En los tiempos que corren todos llevamos algo que vibra en el bolsillo. ....La publicidad y yo no hacemos otra cosa que actuar conforme los principios del mercado, sin duda, y a mí me parece que los principios fundamentales de la sociedad contemporánea son los del mercado [...] Lo que quiero decir es que estamos completamente rodeados por este tipo de estímulos, están por todas partes, pueden volver neurótico a cualquiera [...] Y desde luego, mientras continuemos viviendo en una sociedad moderna nos veremos obligados a intentar ignorarlos. Lo que significa que estemos constantemente engañando a nuestro sistema nervioso, intentando resguardarlo de las sensaciones. ¿No será entonces que cuando comienzan a sonar las verdaderas alarmas no somos ya capaces de oírlas, por más que la situación sea realmente peligrosa? ¿No les ocurre de vez en cuando, acaso, que en un estado de este tipo una pequeña tontería, algo inesperado, provoca en ustedes una exagerada reacción defensiva? 
Básicamente se trata de eso. La imagen. No solo la imagen física de la persona sino la imagen pública, el perfil. La relatora trabaja en una revista y ve editar continuamente las biografías de los personajes allí retratados. En este proceso de edición se fragmenta y se eligen los mejores pedazos, desechando el resto. La autora acusa una sociedad obsesionada con su apariencia física y social. Un mundo de ilusiones.

Les dije a mis padres que mi maestro me había golpeado sin motivo alguno. Yo esperaba que el asunto terminara en manos del consejo de educación [...] pero en vez de eso mi madre se limitó a decir que seguramente yo había hecho algo malo. ....-¿Qué necesidad tienes de hacerme pasar vergüenza? ....A los padres no les interesaba proteger el cuerpo viviente de sus hijos, sino otra cosa [...] locos, todos ellos, todos, todos, todos, cada uno de ellos, totalmente locos.
Yo quería despellejarlos y mostrar lo que esconden. ¿Y qué si son mayoría, a quién le importa? Ésa no es ninguna puta prueba de que estén en lo cierto. 
Por lo que pude averiguar en otros momentos, cuando me enteré del fenómeno llamado hikikomori, la sociedad japonesa tiende a ser poco comunicativa, a ocultar los problemas psíquicos, aunque esto signifique un empeoramiento. ....Mari Akasaka da cuenta de cómo un incidente traumatizante, si no se trata, puede ampliar las cosas al punto de condicionar estados mucho más graves en la adultez.
.-Quiero ir-dije-a un psiquiatra. Y en un solo instante el aura cálida y amable que colgaba del aire alrededor de mi madre se desvaneció.
Lo que vibra en esta novela es la propia personalidad de la protagonista, ya que oscila constantemente, va de un pensamiento a otro con toda facilidad. Sus pensamientos le hablan en segunda persona, la juzgan y le marcan directrices. A veces muchas voces se expresan simultáneamente señalándole distintos caminos. Debajo de todas ellas hay un susurro débil que casi nunca se deja oír, pues se necesita aplacar el ruido de las demás. 
...quería emplear el alcohol como el solvente orgánico que realmente es, utilizarlo para disolver el sentimiento siempre presente de estar fuera de lugar, de no encajar con todo aquello que está fuera de mi piel.

Mari Akasaka nació en Suginami, Tokio, y estudió Politica en el Departamento de Leyes de la Universidad Keio. En 1999 su novela Vibrador fue nominada para el Premio Akutagawa. Fue nominada por segunda vez para dicho premio en el 2000 por su novela, Musa, y ganó el Premio Norma por la misma novela. Vibrador fue adaptada al cine en 2003 con las actuaciones de Shinobu Terajima y Nao Omori. Información de contratapa: 
Mari Akasaka es fiel exponente de una nueva generación de escritores japoneses que disecciona como pocas el aislamiento y la angustia de una sociedad paralizada por el autismo, el derroche y el conformismo. Aquí el trailer del film. Ojalá lo halle con subtítulos en español.

1 comentario:

Joe dijo...

Bueno, las novelas japonesas siempre han sido una sorpresa para mi, biográficas o no, en la literatura de dicho país se da todo lo contrario a lo que uno piensa de ellos, ese enmascaramiento del que hablas sobre los problemas, inclusive psíquicos, funciona en la visión que tenemos los occidentales de ellos (la que nos llega), por eso las novelas viscerales sobre realidades sociales siempre son impactantes.

PD: Que momento elegiste para hacer una crítica de un autor japones... haha!

jlg

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