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Sugerencia de la semana: Noche en el hotel, Slawomir Mrozek (microcuento)

martes, 19 de octubre de 2010

El diablo en el cuerpo, Raymond Radiguet


    De redacción sencilla, lineal, narrada de una manera desenvuelta, es la historia novelada de lo que sucedió a un adolescente entre 1917 y 1919 en su ciudad natal de Francia, durante la primera guerra mundial. Sin embargo, la guerra apenas si es mencionada en esta historia, pues la juventud y la pasión que se manifiestan en esta obra excusa bastante que el personaje haya sentado su mirada en eso otro que lo embargaba y que retenía toda su atención: el primer amor. ....Yo no le veo mucho de diabólico en realidad, a un libro que, al parecer, ha sido muy criticado en su época, en tanto reproduce una relación socialmente reprensible: la muchacha de la que Radiguet se ha enamorado se acaba de casar con otro hombre por disposición familiar, pero más que nada, por la propia cobardía de Radiguet de declarársele. De esta forma, el personaje, su alter ego, comienza a visitar a Marthe, quien está sola en su casa matrimonial tras haber partido su marido a la guerra. El amor y la pasión juvenil, no exentos de voluptuosidad, de descubrimiento del propio cuerpo y de sus misterios se ven reflejados en la prosa, lo que el narrador compara con una adicción al tabaco o al alcohol; cuando se ve privado de Marthe por un regreso de fin de semana de su marido, experimenta la abstinencia. No obstante, no hay escenas propiamente eróticas, apenas son mencionadas de manera evasiva. Lo que existe es la elipsis, la inferencia que debe hacer el lector del hecho consumado.
    Es una prosa que carece de complacencias, una escritura consciente que no se permite el autoengaño y que, por momentos, hace uso de una honestidad brutal. El narrador suele hablar así (este de abajo no es el caso que mejor lo expone, pero vale para ejemplificar):
    "Faltar a clase quería decir para mí que estaba enamorado de Marthe. Me equivocaba. Marthe era tan solo el pretexto para justificar esos novillos."
    .Aunque, luego de un tiempo:
    "Unos meses atrás, cuando conocí a Marthe, mi pretendido amor no me impedía juzgarla, ni encontrar horrible la mayor parte de las cosas que a ella le parecían hermosas, ni infantil la mayor parte de lo que decía. Pero aquél día, si no pensaba igual que ella, yo mismo me quitaba la razón."
    "Aquella noche Marthe me acompañó hasta casa [...] Al llegar delante de la casa de mis padres, no quise dejar que se marchara sola y la acompañé a su casa. Aquellos infantilismos no habrían acabado nunca, porque Marthe se empeñaba en acompañarme otra vez."
    Marthe tiene 19 años y él 16. Pero, véase qué curioso este diálogo en el que el propio personaje se permite dudar de las verdades convencionales:
    "Por muchas pasiones que experimente en el futuro, nunca serán igual que aquella adorable emoción de ver llorar a una joven de 19 años, porque se encontraba demasiado vieja."
    Me parecen interesantes estas "verdades" que Marthe le explica a su enamorado clandestino, para que se separe de ella, por su bien:
    "Marthe me explicaba por qué se creía demasiado vieja para mí. Dentro de quince años, mi vida no habrá hecho más que comenzar, y se enamorarán de mí mujeres que tendrán la misma edad que tiene ella ahora. Por desgracia yo era demasiado sensible a la juventud para no haber previsto que me alejaría de Marthe el día en que su juventud se marchitara y la mía alcanzase madurez."
    ¡Apenas se llevan tres años! Sin embargo, cuando él alcance "madurez" ella estará "marchita". ¿Cómo se entiende esto? Se debe entender de acuerdo al contexto histórico y social y a los papeles que desempeñaban los distintos sexos. La mujer debía ser linda y buscarse un hombre, su mayor virtud (si no la única que se le permitía cultivar) era mantenerse deseable y procurarse un buen partido. Cuando la edad arruinaba estos atributos, no teniendo otros, la mujer se "marchitaba". Es un buen ejemplo de lo que Mary Wollstoncraft venía denunciando hacía dos siglos atrás.
    "Muchas veces creemos ser los primeros en sentir ciertas turbaciones, ignorando que el amor es como la poesía y que todos los amantes, hasta los más mediocres, se creen innovadores. [...] Sin darnos cuenta de la indecencia de nuestra actitud, caminábamos con los cuerpos pegados y las manos agarradas."
    Las múltiples excusas que pone este adolescente para verse con Marthe, para encontrarse en esa casa donde el marido está ausente, son variadas y hay pilladas graciosas como ésta que le hace la madre:
"—Por cierto, ha venido René a las cuatro y se ha quedado muy sorprendido al enterarse de que estaba de excursión contigo."
    René, su amigo, le hace una propuesta que bien podría calificarse como propuesta indecente. Se ha puesto de novio y le pide a él que, para probar si su enamorada es capaz de engañarlo, la tiente. La muchacha cae en la trampa.
    "Yo esperaba por lo menos encontrar placer en ello, pero era como el fumador habituado a una sola marca. Solo me quedó, pues, el remordimiento de haber engañado a René, a quien por supuesto, juré que su amante había rechazado toda insinuación."
    La trama está salpicada de máximas, contra-máximas, y reflexiones en general de una profundidad increíble y admirable para los diecisiete años que tenía este autor al momento de escribir esta novela:
    "Aquellas escaramuzas le apenaban a Marthe; aunque era lo bastante inteligente y estaba lo suficientemente enamorada para darse cuenta de que la felicidad no estriba en la estima de los vecinos, reaccionaba como esos poetas que saben que la verdadera poesía es algo "maldito", pero que, a pesar de su convencimiento, se quejan a veces de no conseguir la adhesión que ellos mismos desprecian." 
    Ante la infidelidad de un marido se hacía la vista gorda, podía fácilmente despacharse con una sonrisa. Pero ante la infidelidad de una esposa, el barrio entero reaccionaba con hostilidad y evasión.     Finalmente Marthe queda embarazada. Lo escandaloso es subterráneo, pues los padres de Marthe ocultan la verdad que les salta a los ojos y tratan de reencausar la relación de su hija con el yerno, que es absolutamente ajeno a la realidad.
    "Éramos como unos niños subidos a una silla, que se sienten orgullosos de ser más altos que los mayores. Las circunstancias nos empujan a superarnos, pero aún seguíamos siendo incapaces. Y si, debido a nuestra propia inexperiencia, ciertas cosas complicadas nos parecían sencillísimas; por el contrario, otras muy sencillas se convertían en grandes obstáculos."
    Ingeniosísima frase esta, me encantó, qué figura poética:
"Aquel hombre, que creía sorprender nuestro tercer beso, sorprendía siempre el mismo."
    Las desconfianzas, los celos, los vaivenes de un espíritu propiamente adolescente, la pasión, el miedo, el temor al ridículo, el egoísmo camuflado de altruismo, las trampas a los padres, todo está contando en retrospección con la madurez reflexiva propia de un adulto y con una prosa incuestionablemente buena, llena de observaciones de tono impersonal y frío. Utiliza la ironía para poner en evidencia la hipocresía de la moral burguesa. Hay algunos personajes que son más bien caricaturescos y que vienen a ilustrar esa falsedad, esa falta de correspondencia entre lo que se piensa y lo que se dice, y entre lo que se dice y lo que se hace, que convierten a la sociedad en una masa irreflexiva, acatadora de normas de conducta vacías o ridículas. 
    El final nunca se cuenta en una reseña, lo único que puedo decir es que no es predecible. 
    Dejo una última reflexión de este chico, un escritor que muere a los veinte años sin poder desarrollar en plenitud su carrera literaria:
    "Lo que fastidia no es dejar la vida, sino abandonar aquello que le da sentido."

7 comentarios:

Marisa dijo...

Entrañable libro el que describes, acompañado de una historia no menos curiosa de la vida efímera de su autor.
El amor visto desde los 17 años, es un suculento plato en el que intervienen numerosos y variados ingredientes, que has ido analizando de una forma muy amena y certera. El libro se hace muy apetecible.
Excelente frase: "Lo que fastidia no es dejar la vida, si no abandonar aquello que le da sentido."

Me ha gustado, Noelia.
Un abrazo.

Noelia A dijo...

Así es, Marisa, me sorprendí al consultar la biografía y descubrir la edad con la que había escrito la obra. Tiene reflexiones muy profundas, y más allá de que algunas máximas puedan ser cuestionables, pueda estar uno a favor o en contra, no deja de sorprender la lucidez con que las postula y con que se pregunta sobre la vida y su forma de funcionar.

Otro abrazo.

Lucas dijo...

Hola, tienes un blog muy interesante!! tengo un pequeño problema, al descargar este libro me pedía una contraseña el archivo zip, pero no tengo ni idea de cuál es.

Anónimo dijo...

Cual es la contraseña del libro??

Noelia A dijo...

Las claves para descargar, por normativa general, son: unlibro+ o 1libro+

(Probar con ambas)

¡Saludos!

Unknown dijo...

Muy buena reseña para un texto que relata directa y honesta situaciones que se generan cuando hay sentimientos, a veces, tan fuertes...

Anónimo dijo...

Descarga o lee El diablo en el cuerpo http://www.euskalnet.net/xgalarreta/artxiboak/09_liburua.pdf

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