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martes, 1 de febrero de 2011

Todos los fuegos el fuego, Julio Cortázar


Editado en 1966 por primera vez, despliega una rica gama estilística; va desde relatos medianamente realistas, como puede apreciarse en El otro cielo (apenas teñido de cierto retorcimiento en el lenguaje, de cierto enturbiamiento expresivo) o en La señorita Cora (un relato coral, con mucho lenguaje cotidiano) hasta cuentos manifiestamente fantásticos, como Instrucciones para John Howell o Todos los fuegos el fuego en los que la realidad y la ficción se entrelazan y se mezclan homogéneamente hasta ser una misma cosa. 
Esto último quizás sea la intención final de la obra en su totalidad, ilustrar por medio de un grupo de cuentos heteróclitos, que todo es una misma cosa, ya sea vista desde diferentes locaciones y en diferentes momentos históricos, contada de una manera verista o caprichosa. El humano es predecible y su psicología, por más intrincada que sea, responde a parámetros, a viejos impulsos, a miedos ancestrales, a intereses universales que son, casi siempre, motivaciones individuales o ambiciones egoístas.
La autopista del sur: Narra lo sucedido durante un atasco. Al principio todo lo que ocurre es normal, verosímil, alguien que se baja del automóvil, alguien que pregunta quién puede tener agua, algunos que descienden, cansados de esperar. Pero el elemento fantástico es la duración misma del atasco y la especie de resignación a él. Se establece una verdadera convivencia, con todos sus matices y dramas. 
La salud de los enfermos: En esta casa la madre de estos tres hermanos es débil de salud, permanece en cama de manera crónica, aún así, es una mujer jovial y curiosa. El incidente sobreviene cuando uno de sus hijos muere trágicamente en un accidente de tránsito. El médico de la familia anticipa que será demasiado riesgoso decirle a la señora la verdad, con ese estado de salud tan delicado. Los disimulos, las excusas y los inventos, que cada vez requieren de más artimañas, tratarán de llenar el vacío que deja el hijo tan querido. Pero siempre las cosas se complican, pues el hijo escribe cartas, pero nunca se decide a regresar. ....Reunión: Se recrea un episodio en el que se alude de manera tácita al Che Guevara y quizás, si interpreté bien, a Fidel. Hay como una insinuación que puede ayudar para identificarlos, pasa que justo cuando andan en batalla se les da por ponerse otros nombres y, por supuesto, el relator nunca descubre los verdaderos. ....Y así al final me quedaré dormido, pero antes alcanzaré a preguntarme si algún día sabremos pasar del movimiento donde suena el alalí del cazador, a la conquistada plenitud del adagio y de ahí al allegro final que me canturreo con un hilo de voz, si seremos capaces de alcanzar la reconciliación con todo lo que haya quedado vivo frente nosotros. Aparece en este relato una buena gama de dialectismos y expresiones dialectales latinoamericanas. 
La señorita Cora: Un muchacho de quince años es internado por apendicitis. A partir de esto se relata las emociones internas del paciente, la enfermera y la madre del chico. Pero el relato está íntegro en primera persona, es un narrador múltiple. Se trata del relato introspectivo, de lo que piensan los personajes. No hay marcadores, ni puntos a parte que dividan o señalen los cambios de narrador, estos se hacen sin transición. Sin embargo se detectan sin esfuerzo porque el narrador pasa a ser objeto de contemplación o porque las circunstancias, puntos de vista o maneras delatan quién es el que habla. A menudo es el empleo de cronolectos o sociolectos lo que pone de manifiesto la identidad del hablante. Y digo bien al decir hablante, porque es un relato donde interviene fuertemente la oralidad. 
La isla al medio día: Trata de la obsesión de un hombre por una isla griega que observa regularmente desde las ventanillas del avión donde trabaja. 
Instrucciones para John Howell: Un espectador termina siendo involucrado en una obra de teatro. Le dan instrucciones vagas para protagonizar un papel y también le otorgan cierto campo de acción libre. Trata de rehuir y replica, él sólo ha ido a observar una obra.
"Pero yo no soy un actor". Todos, hasta la muchacha, sonrieron alentándolo. "Precisamente", dijo el hombre alto. "Usted se da bien cuenta de la diferencia. Usted no es un actor, usted es Howell". ....Los bordes de la realidad se pierden en la ficción. No se sabe cuál es el verdadero teatro, quién es el verdadero John Howell y qué es lo que está sucediendo. 
Todos los fuegos el fuego: Recomendado. Me gustó mucho. Es un cuento en el que se entrelazan accidentalmente dos historias, a través del tiempo. Por supuesto, al igual que en La señorita Cora, no hay marcadores, ni subtítulos, ni separación por párrafo que las delimite. 
¿Por qué todos los fuegos el fuego? Estimo que, además del fuego que se materializa de manera literal en la trama, se alude a eso que no cambia en el ser humano a través del tiempo, tanto en lo bueno como en lo malo, eso que es, sencillamente, la parte emocional, el motor, las pulsiones, la fracción sentimental que nos hace ser lo que somos, repito, para bien y para mal. Todos los fuegos están hechos de fuego, el fuego es siempre el mismo elemento, aunque lo aviven distintos combustibles o se lo aplique para distintas circunstancias. Esto no lo explica él, es divagación mía. Aunque ni tanto, creo que se desprende de la misma historia, dos casos paralelos de lo mismo, algo que no cambia en el tiempo: la pasión, la venganza, la traición. 
Mira su mano que ha acariciado distraídamente al gato antes de marcar las cifras (¿y no se oyen otras cifras en el teléfono, no hay una voz distante que dicta números a alguien que no habla, que sólo está allí para copiar obedientemente?) 
El otro cielo: Plasma una disyuntiva recurrente, la del hombre que está entre la libertad de lo casual o descomprometido, y el sometimiento a un plan de vida burgués que implica un matrimonio, un trabajo fijo y el ajuste a normativas preestablecidas. Tiene dos alternativas, pero en realidad una sola, a la que termina sucumbiendo.

13 comentarios:

José A. García dijo...

Una profesora de literartura me contó una vez que el día en que murió Cortázar (o unos días después, no lo recuerdo bien), sucedió un atasco tremendo en la misma autopista que él menciona en su cuenta.

Como si el universo quisera hacerle un homenaje a tan grande personaje.


También, pero mucho menos prosaicos, hace unos años hicieron una publicidad de autos que tomaban el mismo cuento como hilo para la historia. Pero tampoco recuerdo qué marca de autos se trataba...

Y si, es un buen libro de cuentos.

Saludos

J.

Noelia A dijo...

José, qué interesante dato, no lo había escuchado. Ya leeré alguna biografía de Cortázar, hace rato tengo ganas de leer una.

Un abrazo

Joe dijo...

Yo creo que lo del atasco lo hizo un fan apropósito, no creo en las casualidades. En fin, que quería saber que opinabas del cuento "Todos los fuegos el fuego" por que me pasa a veces que no lo entiendo, es menos literal que Borges, como para nombrar a un autor "de difícil lectura", pero a Borges siempre le termino encontrando el por qué, a Cortazar, viejo guachín, muchas veces me siento que me cierra la puerta en la cara a mitad de todo.

Saludos!

jlg

Noelia A dijo...

Joe, sucede que Cortázar opta por el cuento fantástico sin anagnórisis final, más bien digamos que es el proceso mismo lo que importa, lo que se va descubriendo en la trama.
Lo que pasa en Todos los fuegos el fuego, es que se yuxtaponen dos historias, una que pasaría durante el imperio romano y otra en la actualidad del narrador, en Paris. Historias de amor frustrado.
El porqué y el cómo no se explica, yo tomo al teléfono como un conducto. Cortázar suele jugar así con la idea de la traslación en el tiempo, que ya estaba en El perseguidor con el tema de los agujeros negros.
Y lo que te pasa con Cortázar me parece perfectamente normal, él quería que el lector rellenara los espacios, y procuraba que en ese espacio pudieran caber varias cosas, y lo que cabe tiene mucho que ver con la interpretaciín personal del lector. Como que te deja librado a tu criterio lo que pasa en los cuentos, apenas te pone unos cabos para que los ates y varios huecos.

Un abrazo

Marisa dijo...

Completísimo análisis, como siempre, buen trabajo, Noelia.
Un abrazo.

Noelia A dijo...

Gracias, Marisa, un beso grande.

Nelson dijo...

Interesante, me faltan leer muchos cuentos de Julio.

Roberto dijo...

como lo disfruté ese libro...me lo devoraba a cada rato

gracias por hacerme rememorar...un beso

Noelia A dijo...

Gracias, Nelson, por pasarte.
Roberto, es un libro para devorar.

Saludos

Daniel Santiago Rocha dijo...

A mi me encantan "historias de cronopios y famas" es lo mejor :)

Noelia A dijo...

Hola, Daniel, bienvenido. Ese otro que mencionás es fabuloso también.
Te quise visitar a tu blog, pero tenés le perfil inhabilitado, te cuento porque quizás no lo sepas. Un abrazo

Anónimo dijo...

Alguno de casualidad sabe en el cuento de las intrucciones para john howell... Quien mata a eva?

Unknown dijo...

Hola, tengo que hacer una monografia sobre el cuento pero no se que hipótesis plantearme, o tambien que relacion hay entre los 8 cuentos.. gracias!

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