Este breve libro recopila anécdotas, experiencias personales y testimonios de personas que han sufrido ataques de pánico o que padecen del denominado trastorno de pánico. Se detalla con mucha precisión la diferencia entre ambos padecimientos. Hay una interesante introducción mitológica, y se trata al pánico desde su raíz etimológica . Se rastrean conceptualizaciones a lo largo de la historia de la humanidad. No es algo nuevo, como puede intuirse en la cita introductoria:
"Un hombre puede matar lo que hay en su interior: el amor, el odio, sus creencias, incluso sus dudas. Pero mientras se aferre a la vida, no podrá destruir el miedo"
Joseph Conrad
Pero sí es algo "rentable", que las industrias intentan aprovechar en su afán de vendernos medicamentos.
"creer que es un invento de la industria farmacéutica resulta inexacto. Lo que ésta hace es, en realidad, mucho más grave: por un lado, se aprovecha de los cuadros de ansiedad a través de psiquiatras y médicos que reparten recetas de ansiolíticos y antidepresivos como si fueran aspirinas. Por otro, si para vender un producto necesita que ciertos protocolos médicos, categorías diagnósticas, o las pautas de " lo normal" sean modificados, presionará para hacerlo, y de hecho, lo hace"
PÁNICO, Ana Prieto
Tanto el trastorno de pánico como los ataques aislados están en estrecha relación con lo que la persona vivencia en el momento en que estos aparecen. Necesitan tratamiento terapéutico. Son normales en ciertas circunstancias de la vida; más frecuentes, al parecer, en determinado tipo de personalidades y en crisis caracterizadas por cambios abruptos o pérdidas. El abordaje que sugiere la autora es, en principio, un tratamiento serio del asunto, fuera de los escepticismos y prejuicios relacionados al respecto, y atacar la raíz del problema: la causa, que, en cada persona, puede ser distinta.
Sugiero acompañar la lectura de este libro con la de algunos artículos de actualidad, como El normópata y Francia desmonta el negocio en torno de los llamados niños hiperactivos
Tengamos cuidado al conceptualizar la "normalidad". Algo que dije en un relato que escribí hace muy poco fue "hay que tener cuidado al delimitar la normalidad, porque la normalidad tiene márgenes, y todo lo que tiene margen, margina"
3 comentarios:
Todavía me siguen sorprendiendo ver los medicamentos para niños que anuncian con letras más grandes que el nombre del propio medicamento, que tienen un % de ibuprofeno. ¿No entienden los padres que si comienzan a darle ese tipo de químicos desde tan pequeños (porque suelen ser medicinas recomendadas para niños de entre 2 y 5 años) están criando una generación que será resistente a ese tipo de medicamentos y que necesitará cada vez dosis más alta del mismo para que sientan algún efecto?
Lo de las farmacéuticas es bien claro, lo que no entiendo es qué pasó con el sentido común de la gente...
Saludos y Suerte
J.
Así es, José. Aunque yo cada vez tengo más dudas de lo que sea el sentido común, ¡ja! Pero vivimos en una sociedad muy desprevenida y crédula, proclive a acatar pautas publicitarias sin cuestionarse nada.
Saludos, gracias por pasar y dejar comentario.
Sobretodo crédula, sin dudas.
Saludos y Suerte
J.
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