.

Sugerencia de la semana: Noche en el hotel, Slawomir Mrozek (microcuento)

miércoles, 20 de abril de 2011

Los pichiciegos, Rodolfo Enrique Fogwill

Es un novela que desarrolla una historia ficticia ambientada en Malvinas, durante la guerra de 1982. Contada con humor y con lenguaje cotidiano, puede resultar engorrosa para un lector ajeno a los argentinismos y a las expresiones propias del lenguaje de este país. Subtitulada Visiones de una batalla subterránea, trata de un grupo de combatientes que se aparta del ejército argentino, se refugia en una especie de búnker precario cavado sobre la piedra, y comercializa con el enemigo, vende información e incluso se presta a llevar a cabo algunas acciones a cambio de alimentos y enseres. No batallan, han sido tomados por muertos por sus tropas. Los integrantes de esta banda se autodenominan pichiciegos. ....Los que hablan son muchos y, de esta manera, se representa a la sociedad, una sociedad censurada, amedrentada por el terrorismo de estado, dirigida, crédula y decepcionada. Los pichis son de diferentes provincias.
-El pichi es un bicho que vive abajo de la tierra. Hace cuevas. Tiene cáscara dura-una caparazón- y no ve. Anda de noche. Vos lo agarrás, lo das vuelta, y nunca sabe enderezarse. -Es la mulita-cantó alguien. -El peludo-dijo otro, un bahiense.
La obra fue escrita antes de que la guerra terminara y, según el autor, en sólo tres días. Marca el contraste que genera la esperanza de ganar con la certeza de que se va a perder. Las contradicciones ideológicas expresadas en la libre conversación de los pichis y una moral apuntalada únicamente por la sobrevivencia, son las columnas que sostienen la trama. Los que están afuera, los connacionales que aún combaten, forman tropas desorganizadas y faltas de tecnología en comparación con las de los ingleses. Estos grupos de soldados muertos de hambre y de frío coordinados por superiores limpios y bien alimentados, autoritarios, corruptos y abusivos, vagan en las afueras. Hay un desdén implícito hacia el ejército, no hay cómo respetar a los que se saben represores, torturadores y asesinos.
-Videla dicen que mató a quince mil-dijo uno, el puntano. -Quince mil... ¡no puede ser! [...] -Lástima que no esté el sargento. Él sabía de eso. -¡Y cómo no iba a saber, si él trabajó de eso! ¡Si tenía una medalla del Operativo Independencia!-dijo Acosta.
Los pichis son un grupo marginal, odiado por los ingleses, por ser argentinos, y por los argentinos, por ser desertores y traicioneros. En realidad conforman una organización secreta con fines de autosustentación.
Y el Turco confesó que a veces tenía miedo de que los ingleses los vendieran. Explicó: -Son capaces de cambiarnos por cualquier cosa a los oficiales argentinos. Con ellos son como iguales, se tratan como iguales, toman el té juntos. Son capaces de cambiarte por algo y hacerte fusilar. Por eso yo quisiera que tuviéramos a algún inglés aquí de pichi, con nosotros.
Con mucho diálogo, con lenguaje directo y oral, expone el miedo, los intereses y los pensamientos de los adolescentes que se refugian en la trinchera a esperar que pase la guerra. Es uno de los protagonistas el que relata la historia que ha registrado en apuntes y grabaciones.
Las fotos del té las había atraído García con el diario. Les habían dado un fajo dec opias de las fotos de los oficiales rendidos tomando té con los capitanes de los barcos de la flota británica. Atrás estaban puestos los nombres de los argentinos y el nombre del lugar donde se había rendido cada uno. -Tirémoslas-aconsejó Viterbo. Insistía en eso. Los ingleses habían pedido que los pichis las repartieran entre los de Intendencia, para apurar la rendición. -¡Tirémoslas! ¡Que no se rindan! Que se maten entre ellos y que se vayan a la puta que los parió todos. Las tiramos y les decimos que las repartimos igual.
El que no sea argentino, precisa saber algunos datos básicos acerca de la guerra y su contexto histórico antes de leer el libro: Fue declarada por un militar en estado de ebriedad. Es la culminación de la dictadura argentina que más muertos y desaparecidos políticos tuvo. Se dio en un gobierno anticonstitucional, censurador. Fue emprendida de manera caprichosa, con poca preparación y escasos recursos.
-¿Cuál fue el génesis del título? -Escuché “pichiciegos” por primera vez en 1980 en una celda de la Cámara Federal de la calle Viamonte, donde nos hacinábamos más de 20 presos a la espera de turno para comparecer ante los jueces.
Entrevista a Fogwill
-Según el relato, muchos pichis fueron dados por muertos, desaparecidos o prisioneros de británicos. ¿Para la tropa argentina los pichis son desertores? -Los pichis no existen, ni existieron. La idea en la novela es que los imaginen como fantasmas, que lo son, en realidad son mis fantasmas.
Entrevista a Fogwill

lunes, 4 de abril de 2011

Cuentos completos, parte 2, Flannery O'Connor

La narrativa de Flannery O'Connor aborda el tema del mal desde una perspectiva despierta y honesta. No escatima la violencia si le es necesaria para ilustrar una situación, o si el personaje es propenso a ella, o si la propia realidad la requiere. ....He encontrado poca bibliografía acerca de vida y obra (para no decir nada) sobre esta autora.
Es una de las grandes cuentistas de la literatura norteamericana, pero no goza de la misma fama en el resto del mundo porque ha sido poco difundida fuera de su país (sus últimos cuentos se tradujeron al español en 2005). En español al parecer existen pocos estudios sobre ella. Yo he sabido de tres que, por ser tesis doctorales, están en poder de las Universidades donde fueron presentadas. Si bien éstas las ofrecen al público como libros de consulta en sus bibliotecas, son facultades españolas (bien lejos de mi país) y por desgracia no tienen digitalizados los textos en cuestión. Así que, habrá que esperar unos años para poder comprar un estudio interpretativo sobre la narrativa de O'Connor. 
He husmeado algunos comentarios y reseñas fortuitos, y la verdad es que los personajes son impredecibles, eso es cierto, pero yo no creo que sea porque estén locos o porque su accionar sea inconsecuente. De hecho el loco es alguien privado de su juicio o su capacidad de razonamiento. Pues los personajes en cuestión no parecen sufrir de este tipo de privaciones. Tienen un juicio propio y hacen uso de la razón, pero poseen modelos éticos erráticos, son productos de su pasado y de las injusticias sociales. Una vez que nos enteramos de su historia, o que tenemos una noción, incluso cuando podemos sospecharlo, sus actos no nos parecen tan inconsecuentes, tan locos. Crueles y reprensibles, desde luego, pero no incoherentes, tienen una coherencia tremenda, una correlación de causa y efecto, por ejemplo: Enoch ha sido obligado a mudarse a esta ciudad, por eso está solo y desentona; Ruby tiene un pasado traumatizante que explica su fobia; el Desequilibrado de Un hombre bueno es difícil de encontrar no cree haber sido apresado con justicia. Creo que en sus cuentos los personajes son lo que hacen (y también lo que hicieron con ellos). Pero no algo de lo que hacen, no una determinada acción que sobresale negativa o positivamente del resto de actividades cotidianas. Los personajes son todo lo que hacen. Y también, por supuesto, lo que no hacen. Hay una consciencia integradora que evita mostrar solo un aspecto de cada individuo. De aquí que ninguno sea absolutamente malo, ni tampoco ninguno sea nunca absolutamente bueno.
El corazón del parque: Se retoman los dos personajes del relato anterior, El pelapatatas: Haze y Enoch. El segundo visita todos los días un parque y se lo encuentra al primero que lo anda buscando. Me gusta la forma en que queda pintado el personaje de Enoch en pocas líneas:
Allí se tomaba un batido con leche malteada y chocolate y le hacía unos cuantos comentarios sugerentes a la camarera, a la que creía enamorada de él en secreto.
-¿De ande has sacado un coche tan lindo? ¿Por qué no le pones unos carteles por fuera que digan algo así como: "Súbete, nena"?
En este relato se materializa lo que la autora sostiene cuando dice que todos sus relatos tratan sobre la gracia en alguien que no la desea:
-Tú eres un muchacho guapo-dijo Maude-. Se nota qu'eres trigo limpio, sigue así, no te juntes con un hijo de puta como ese qu'está ahí sentao. Siempre sé reconocer a los muchachos que son trigo limpio.
*
-No soy trigo limpio-dijo Haze. Enoch no oyó aquellas palabras hasta que Hazel las repitó. -No soy trigo limpio-repitió.
Un golpe de buena suerte: Ruby se siente enferma, pero se niega a ir al médico. Hay un terror al embarazo. El recuerdo de una madre que se fue muriendo con cada hijo, que se fue agotando hasta extinguirse, genera angustia y la obsesión enfermiza de evitar tomar el mismo camino.
Enoch y el gorila: Este relato me hizo recordar a un cuento de Chéjov titulado Tristeza, pues en ambos aparece un personaje con la necesidad imperiosa de conversar con alguna persona y, no encontrando a nadie dispuesto, se contenta con hablarle a un animal (o a un supuesto animal). Incluso los encuentro paralelos también en el tratamiento de la forma, que despierta compasión y risa al mismo tiempo. 
Este es el tercer cuento en que encontramos de manera consecutiva a Enoch Emery, y para estas alturas lo conocemos, si no bastante, por lo menos mejor que a cualquier otro personaje. Es un joven que está solo en esta ciudad, que ha venido obligado por el padre y que persigue a Haze (que no aparece en este cuento) con la desesperada urgencia de hacerse de un amigo. ....La personalidad de Enoch es tan inocente por momentos, como patética. A veces despierta ternura y por ratos rechazo. Su persona es cómica, lo que le sucede no tiene parangón.
Se encontró cara a cara con un cartel a todo color, tamaño natural, de un gorila. En letras rojas se leía: "¡GONGA! ¡El gigantesco monarca de la jungla! [...] ¡Entradas gratis para los diez primeros valientes que se atrevan a darle la mano!
¿Qué hace Enoch ante esto? Se pone en la cola junto a los niños, porque:
Según él la oportunidad de insultar a un mono de éxito se le presentaba de la mano de la providencia.
Pero luego:
Era la primera mano que le tendían a Enoch desde que había llegado a la ciudad. Era cálida y blanda. De entrada no supo qué hacer y se quedó ahí, agarrado a aquella mano. Después, empezó a tartamudear. -Me llamo Enoch Emery-farfulló-. Fui a l'Academia d'Estudios Bíblicos Rodemill pa niños. Trabajo en el zoológico municipal. Vi dos carteles tuyos. Tengo dieciocho años recién cumplíos pero ya trabajo pal municipio. Mi papá me ha obligao a venir...-Y se le quebró la voz.
Un hombre bueno es difícil de encontrar: Este es su relato más famoso. Me gustaría hallar un análisis de él, porque es un cuento en el que entendemos el argumento, pero eso que está implícito queda un poco flotando sin ser aprehendido. Aquí tenemos una pareja con dos hijos y la abuela paterna de las criaturas. Ésta última parece ser bastante manipuladora y absorbente. También hay un asesino suelto justo en la ciudad donde la pareja quiere ir a vacacionar y donde termina encontrándoselo. ....La abuela quiere ser querida, pero ese sentimiento termina siendo muy egoísta. Hasta manipula el deseo de los niños para que los padres cambien la trayectoria de viaje según sus propias motivaciones. ¿Es eso lo que quiere transmitirnos? Tengo la sensación de que el careo final de la abuela con el criminal es un cotejo en el que ella sale perdiendo, pues el malhechor, al menos, es abiertamente malo y eso le da, por lo menos, la ventaja de la sinceridad.
—¡Jesús! —gritó la anciana—. ¡Tienes buena sangre! ¡Yo sé que no dispararías a una dama! ¡Sé que vienes d'una familia buena! ¡Reza! Por Dios, no deberías disparar a una dama. ¡Te daré to el dinero que tengo! —Señora —repuso el Desequilibrado mirando hacia el bosque—, nunca ha habido un cadáver que diera una propina al sepulturero. Se oyeron otros dos disparos y la abuela levantó la cabeza como un viejo pavo sediento pidiendo agua y gritó: «¡Bailey, hijo, Bailey, hijo!», como si fuera a partírsele el corazón. —Jesús es el único qu'ha resucitao a los muertos —continuó el Desequilibrado—, y no tendría qu'haberlo hecho. Rompió el equilibrio de to. Si Él hacía lo que decía, entonces sólo te queda dejarlo to y seguirlo, y si no lo hacía, entonces sólo te queda disfrutar de los pocos minutos que tienes de la mejor manera posible, matando a alguien o quemándole la casa o haciéndole alguna otra maldad. No hay placer, sino maldad.
Un encuentro tardío con el enemigo: El general va a la ceremonia de graduación de su hija, una mujer adulta ya. Está habituado a ser el centro de atención o cree serlo cuando en realidad no despierta mucho interés en el público. Sus motivaciones son egoístas e infantiles. ....Nota curiosa: me llamó la atención el hecho de que el general comenzara a tener la sensación de un agujero en la cabeza, justo en la coronilla, antes de su muerte, ya que esto es lo que los budistas del Tibet (según Alexandra David Neel) describían como paso previo al fallecimiento, pues por ahí debía salir el alma.
La vida que salvéis puede ser la vuestra: Un forastero para en la casa de una mujer viuda que tiene una hija de treinta años ("que parece de dieciséis). No se nos informa abiertamente, pero se insinúa un retardo mental en la chica. El trato que se le da a la chica por parte de la madre termina siendo el mismo que se le da a un tesoro, pero en forma de botín. ....La mentalidad de la sociedad, por tradición, tiende a sentir lástima por las personas que no forman pareja. El culmen de la realización personal pasaba y pasa muchas veces por formar una familia. Pareciera que la peor tragedia es la de quedarse soltero. Esto es, quizás, lo que se intenta transmitir y criticar en el relato (si lo he captado bien). ....Por otro lado, se exhiben requisitos meramente formales y materiales como determinantes de matrimonio. ....En otras palabras, esta madre que adora con verdadero amor a su hija ha logrado "acomodarla".
El río: Un niño es llevado por su niñera donde un predicador. La niñera cree que la madre del chico sufre alguna enfermedad. Sin embargo, el predicador niega ante la multitud poseer tales dones. El hombre bautiza al niño y le dice:
-Ahora se te tiene en cuenta-aseguró el predicador-. Antes ni siquiera eso
O sea, para este predicador cristiano no todos son iguales ante los ojos de Dios.
-No olvide a su madre-dijo la señora Connin-. El crío quiere que usté rece por su mamá. Está enferma. -Señor-dijo el predicador-, oramos por alguien que sufre y no está aquí presente para dar testimonio. ¿Está tu madre enferma en el hospital?-preguntó-. ¿Es presa del dolor? El pequeño lo miró. -Todavía no se ha levantado-respondió con voz aguda y aturdida-. Tiene resaca.
Ese último es un buen ejemplo de la mezcla humorística y compasiva que despiertan algunos pasajes. Pues el alcoholismo también es una enfermedad y, aunque se tratase de otra cosa, aunque fuera sólo desidia, desgano o abandono, acaso, tratándose de espiritualidad ¿no podrían sanarse las enfermedades del alma? ....Entre tanta ruindad, atropello, abyección, Flannery nos presenta a un niño que debajo de todos sus malos hábitos, seguramente adquiridos de su entorno e, incluso, del seno familiar, conserva algo de inocencia y de luz. El final quizás sería preciso que lo analizara alguien con nociones de teología, es drástico y tal vez no muy bien recibido por los lectores del contexto de la escritora. 
Es conveniente mencionar a este respecto que Flannery pertenecía a una minoría católica inmersa en una sociedad mayoritariamente protestante. Por eso es dable preguntarse si la crítica va contra el mal entendimiento del cristianismo en general, contra el mal enfoque de algunos de sus líderes o si señala a la religión vecina. También puede suceder que no haya tal crítica, pues no aparece un marcador absoluto, ni siquiera irónico. Se trata de una escena redactada con limpieza. Ir a la parte 1